Versículos de la Biblia acerca de convertirse en

Efesios 2:8-9: 8 Porque por gracia sois salvos por la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios: 9 No por obras, para que nadie se gloríe.

Gálatas 5:19-21: 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, 20 Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Mateo 5:28: 28 Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Levítico 18:22: 22 No te echarás con varón como con mujer: es abominación.

Efesios 4:14: 14 Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los artificios del error

1 Corintios 6:19-20: 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

1 Corintios 6:19: 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Romanos 5:12: 12 De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.

Romanos 5:8: 8 Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Romanos 1:1: 1 PABLO, siervo de Jesucristo, llamado á ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios

Hechos 5:1-42: 5 MAS un varón llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una posesión, 2 Y defraudó del precio, sabiéndolo también su mujer, y trayendo una parte, púsola á los pies de los apóstoles. 3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón á que mintieses al Espíritu Santo, y defraudases del precio de la heredad? 4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba á ti? y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido á los hombres, sino á Dios. 5 Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y espiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. 6 Y levantándose los mancebos, le tomaron, y sacándolo, sepultáronlo. 7 Y pasado espacio como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. 8 Entonces Pedro le dijo: Dime: ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. 9 Y Pedro le dijo: ¿Por qué os concertasteis para tentar al Espíritu del Señor? He aquí á la puerta los pies de los que han sepultado á tu marido, y te sacarán. 10 Y luego cayó á los pies de él, y espiró: y entrados los mancebos, la hallaron muerta, y la sacaron, y la sepultaron junto á su marido. 11 Y vino un gran temor en toda la iglesia, y en todos los que oyeron estas cosas. 12 Y por las manos de los apóstoles eran hechos muchos milagros y prodigios en el pueblo, y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. 13 Y de los otros, ninguno osaba juntarse con ellos, mas el pueblo los alababa grandemente. 14 Y los que creían en el Señor se aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres, 15 Tanto que echaban los enfermos por las calles, y los ponían en camas y en lechos, para que viniendo Pedro, á lo menos su sombra tocase á alguno de ellos. 16 Y aun de las ciudades vecinas concurría multitud á Jerusalem, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos, los cuales todos eran curados. 17 Entonces levantándose el príncipe de los sacerdotes, y todos los que estaban con él, que es la secta de los Saduceos, se llenaron de celo, 18 Y echaron mano á los apóstoles, y pusiéronlos en la cárcel pública. 19 Mas el ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo: 20 Id, y estando en el templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida. 21 Y oído que hubieron esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, viniendo el príncipe de los sacerdotes, y los que eran con él, convocaron el concilio, y á todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron á la cárcel para que fuesen traídos. 22 Mas como llegaron los ministros, y no los hallaron en la cárcel, volvieron, y dieron aviso, 23 Diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas que estaban delante de las puertas, mas cuando abrimos, á nadie hallamos dentro. 24 Y cuando oyeron estas palabras el pontífice y el magistrado del templo y los príncipes de los sacerdotes, dudaban en qué vendría á parar aquello. 25 Pero viniendo uno, dióles esta noticia: He aquí, los varones que echasteis en la cárcel, están en el templo, y enseñan al pueblo. 26 Entonces fué el magistrado con los ministros, y trájolos sin violencia, porque temían del pueblo ser apedreados. 27 Y como los trajeron, los presentaron en el concilio: y el príncipe de los sacerdotes les preguntó, 28 Diciendo: ¿No os denunciamos estrechamente, que no enseñaseis en este nombre? y he aquí, habéis llenado á Jerusalem de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de este hombre. 29 Y respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es menester obedecer á Dios antes que á los hombres. 30 El Dios de nuestros padres levantó á Jesús, al cual vosotros matasteis colgándole de un madero. 31 A éste ha Dios ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar á Israel arrepentimiento y remisión de pecados. 32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios á los que le obedecen. 33 Ellos, oyendo esto, regañaban, y consultaban matarlos. 34 Entonces levantándose en el concilio un Fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerable á todo el pueblo, mandó que sacasen fuera un poco á los apóstoles. 35 Y les dijo: Varones Israelitas, mirad por vosotros acerca de estos hombres en lo que habéis de hacer. 36 Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien, al que se agregó un número de hombres como cuatrocientos: el cual fué matado, y todos los que le creyeron fueron dispersos, y reducidos á nada. 37 Después de éste, se levantó Judas el Galileo en los días del empadronamiento, y llevó mucho pueblo tras sí. Pereció también aquél, y todos los que consintieron con él, fueron derramados. 38 Y ahora os digo: Dejaos de estos hombres, y dejadlos, porque si este consejo ó esta obra es de los hombres, se desvanecerá: 39 Mas si es de Dios, no la podréis deshacer, no seáis tal vez hallados resistiendo á Dios. 40 Y convinieron con él: y llamando á los apóstoles, después de azotados, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y soltáronlos. 41 Y ellos partieron de delante del concilio, gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrenta por el Nombre. 42 Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar á Jesucristo.

Hechos 2:42: 42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones.

Juan 15:1-27: 15 YO soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado. 4 Estad en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid, así ni vosotros, si no estuviereis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no estuviere, será echado fuera como mal pámpano, y se secará, y los cogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. 9 Como el Padre me amó, también yo os he amado: estad en mi amor. 10 Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor, como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor. 11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. 12 Este es mi mandamiento: Que os améis los unos á los otros, como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando. 15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: mas os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os he hecho notorias. 16 No me elegisteis vosotros á mí, mas yo os elegí á vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca: para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé. 17 Esto os mando: Que os améis los unos á los otros. 18 Si el mundo os aborrece, sabed que á mí me aborreció antes que á vosotros. 19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo, mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo. 20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor. Si á mí mé han perseguido, también á vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. 21 Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. 22 Si no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, mas ahora no tienen excusa de su pecado. 23 El que me aborrece, también á mi Padre aborrece. 24 Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no tendrían pecado, mas ahora, y las han visto, y me aborrecen á mí y á mi Padre. 25 Mas para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Que sin causa me aborrecieron. 26 Empero cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí. 27 Y vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.

Juan 8:24: 24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados: porque si no creyereis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.

Juan 3:16: 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 3:3: 3 Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.

Lucas 13:3: 3 No, os digo, antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis igualmente.

Mateo 5:27-28: 27 Oísteis que fué dicho: No adulterarás: 28 Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Salmos 119:105: Nun 105 Lámpara es á mis pies tu palabra, Y lumbrera á mi camino.

Levítico 20:13: 13 Y cualquiera que tuviere ayuntamiento con varón como con mujer, abominación hicieron: entrambos han de ser muertos, sobre ellos será su sangre.

Génesis 2:24: 24 Por tanto, dejará el hombre á su padre y á su madre, y allegarse ha á su mujer, y serán una sola carne.

Génesis 1:26-27: 26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra imagen, conforme á nuestra semejanza, y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra. 27 Y crió Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crió, varón y hembra los crió.

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