Versículos de la Biblia acerca de los fuertes vientos

Santiago 3:1-18: 3 HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. 2 Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo. 3 He aquí nosotros ponemos frenos en las bocas de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo. 4 Mirad también las naves: aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna. 5 Así también, la lengua es un miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ­cuán grande bosque enciende! 6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno. 7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres de la mar, se doma y es domada de la naturaleza humana: 8 Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. 9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos á los hombres, los cuales son hechos á la semejanza de Dios. 10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, no conviene que estas cosas sean así hechas. 11 ¿Echa alguna fuente por una misma abertura agua dulce y amarga? 12 Hermanos míos, ¿puede la higuera producir aceitunas, ó la vid higos? Así ninguna fuente puede hacer agua salada y dulce. 13 ¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? muestre por buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría. 14 Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriés, ni seáis mentirosos contra la verdad: 15 Que esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica. 16 Porque donde hay envidia y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17 Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida. 18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.

Santiago 4:1-17: 4 ¿DE dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No son de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros? 2 Codiciáis, y no tenéis, matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar, combatís y gerreáis, y no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. 4 Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5 ¿Pensáis que la Escritura dice sin causa: Es espíritu que mora en nosotros codicia para envidia? 6 Mas él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los humildes. 7 Someteos pues á Dios, resistid al diablo, y de vosotros huirá. 8 Allegaos á Dios, y él se allegará á vosotros. Pecadores, limpiad las manos, y vosotros de doblado ánimo, purificad los corazones. 9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10 Humillaos delante del Señor, y él os ensalzará. 11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano, y juzga á su hermano, este tal murmura de la ley, y juzga á la ley, pero si tú juzgas á la ley, no eres guardador de la ley, sino juez. 12 Uno es el dador de la ley, que puede salvar y perder: ¿quién eres tú que juzgas á otro? 13 Ea ahora, los que decís: Hoy y mañana iremos á tal ciudad, y estaremos allá un año, y compraremos mercadería, y ganaremos: 14 Y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quisiere, y si viviéremos, haremos esto ó aquello. 16 Mas ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala. 17 El pecado, pues, está en aquel que sabe hacer lo bueno, y no lo hace.

Santiago 1:1-27: 1 JACOBO, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, á las doce tribus que están esparcidas, salud. 2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando cayereis en diversas tentaciones, 3 Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia. 4 Mas tenga la paciencia perfecta su obra, para que seáis perfectos y cabales, sin faltar en alguna cosa. 5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela á Dios, el cual da á todos abundantemente, y no zahiere, y le será dada. 6 Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra. 7 No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor. 8 El hombre de doblado ánimo es inconstante en todos sus caminos. 9 El hermano que es de baja suerte, gloríese en su alteza: 10 Mas el que es rico, en su bajeza, porque él se pasará como la flor de la hierba. 11 Porque salido el sol con ardor, la hierba se secó, y su flor se cayó, y pereció su hermosa apariencia: así también se marchitará el rico en todos sus caminos. 12 Bienaventurado el varón que sufre la tentación, porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido á los que le aman. 13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios: porque Dios no puede ser tentado de los malos, ni él tienta á alguno: 14 Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado. 15 Y la concupiscencia, después que ha concebido, pare el pecado: y el pecado, siendo cumplido, engendra muerte. 16 Amados hermanos míos, no erréis. 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. 18 El, de su voluntad nos ha engendrado por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. 19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse: 20 Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 21 Por lo cual, dejando toda inmundicia y superfluidad de malicia, recibid con mansedumbre la palabra ingerida, la cual puede hacer salvas vuestras almas. 22 Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos. 23 Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se consideró á sí mismo, y se fué, y luego se olvidó qué tal era. 25 Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho. 26 Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es esta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.

Santiago 2:8: 8 Si en verdad cumplís vosotros la ley real, conforme á la Escritura: Amarás á tu prójimo como á ti mismo, bien hacéis

Santiago 2:1-26: 2 HERMANOS míos, no tengáis la fe de nuestro Señor Jesucristo glorioso en acepción de personas. 2 Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, y de preciosa ropa, y también entra un pobre con vestidura vil, 3 Y tuviereis respeto al que trae la vestidura preciosa, y le dijereis: Siéntate tú aquí en buen lugar: y dijereis al pobre: Estáte tú allí en pie, ó siéntate aquí debajo de mi estrado: 4 ¿No juzguáis en vosotros mismos, y venís á ser jueces de pensamientos malos? 5 Hermanos míos amados, oid: ¿No ha elegido Dios los pobres de este mundo, ricos en fe, y herederos del reino que ha prometido á los que le aman? 6 Mas vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran á los juzgados? 7 ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fué invocado sobre vosotros? 8 Si en verdad cumplís vosotros la ley real, conforme á la Escritura: Amarás á tu prójimo como á ti mismo, bien hacéis: 9 Mas si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y sois reconvenidos de la ley como transgresores. 10 Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de todos. 11 Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no hubieres matado, ya eres hecho transgresor de la ley. 12 Así hablad, y así obrad, como los que habéis de ser juzgados por la ley de libertad. 13 Porque juicio sin misericordia será hecho con aquel que no hiciere misericordia: y la misericordia se gloría contra el juicio. 14 Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15 Y si el hermano ó la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 Y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y hartaos, pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo: ¿qué aprovechará? 17 Así también la fe, si no tuviere obras, es muerta en sí misma. 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras: muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19 Tú crees que Dios es uno, bien haces: también los demonios creen, y tiemblan. 20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21 ¿No fué justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció á su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe obró con sus obras, y que la fe fué perfecta por las obras? 23 Y fué cumplida la Escritura que dice: Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia, y fué llamado amigo de Dios. 24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. 25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fué justificada por obras, cuando recibió los mensajeros, y los echó fuera por otro camino? 26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras es muerta.

Santiago 1:26: 26 Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana.

1 Juan 2:1-29: 2 HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis, y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo, 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 3 Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él, 5 Mas el que guarda su palabra, la caridad de Dios está verdaderamente perfecta en él: por esto sabemos que estamos en él. 6 El que dice que está en él, debe andar como él anduvo. 7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. 8 Otra vez os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas son pasadas, y la verdadera luz ya alumbra. 9 El que dice que está en luz, y aborrece á su hermano, el tal aun está en tinieblas todavía. 10 El que ama á su hermano, está en luz, y no hay tropiezo en él. 11 Mas el que aborrece á su hermano, está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe á donde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. 12 Os escribo á vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre. 13 Os escribo á vosotros, padres, porque habéis conocido á aquel que es desde el principio. Os escribo á vosotros, mancebos, porque habéis vencido al maligno. Os escribo á vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. 14 Os he escrito á vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito á vosotros, mancebos, porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno. 15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo. 17 Y el mundo se pasa, y su concupiscencia, mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre. 18 Hijitos, ya es el último tiempo: y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir, así también al presente han comenzado á ser muchos anticristos, por lo cual sabemos que es el último tiempo. 19 Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros, porque si fueran de nosotros, hubieran cierto permanecido con nosotros, pero salieron para que se manifestase que todos no son de nosotros. 20 Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. 21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino como á los que la conocéis, y que ninguna mentira es de la verdad. 22 ¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo. 23 Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre. Cualquiera que confiese al Hijo tiene también al Padre. 24 Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permaneciente en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio fuere permaneciente en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. 25 Y esta es la promesa, la cual él nos prometió, la vida eterna. 26 Os he escrito esto sobre los que os engañan. 27 Pero la unción que vosotros habéis recibido de él, mora en vosotros, y no tenéis necesidad que ninguno os enseñe, mas como la unción misma os enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha enseñado, perseveraréis en él. 28 Y ahora, hijitos, perseverad en él, para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos de él en su venida. 29 Si sabéis que él es justo, sabed también que cualquiera que hace justicia, es nacido de él.

1 Pedro 2:1-25: 2 DEJANDO pues toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las detracciones, 2 Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcáis en salud: 3 Si empero habéis gustado que el Señor es benigno, 4 Al cual allegándoos, piedra viva, reprobada cierto de los hombres, empero elegida de Dios, preciosa, 5 Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa espitirual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables á Dios por Jesucristo. 6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa, Y el que creyere en ella, no será confundido. 7 Ella es pues honor á vosotros que creéis: mas para los desobedientes, La piedra que los edificadores reprobaron, Esta fué hecha la cabeza del ángulo, 8 Y Piedra de tropiezo, y roca de escándalo á aquellos que tropiezan en la palabra, siendo desobedientes, para lo cual fueron también ordenados. 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas á su luz admirable. 10 Vosotros, que en el tiempo pasado no erais pueblo, mas ahora sois pueblo de Dios, que en el tiempo pasado no habíais alcanzado misericordia. 11 Amados, yo os ruego como á extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 12 Teniendo vuestra conversación honesta entre los Gentiles, para que, en lo que ellos murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen á Dios en el día de la visitación, estimándoos por las buenas obras. 13 Sed pues sujetos á toda ordenación humana por respeto á Dios: ya sea al rey, como á superior, 14 Ya á los gobernadores, como de él enviados para venganza de los malhechores, y para loor de los que hacen bien. 15 Porque esta es la voluntad de Dios, que haciendo bien, hagáis callara la ignorancia de los hombres vanos: 16 Como libres, y no como teniendo la libertad por cobertura de malicia, sino como siervos de Dios. 17 Honrad á todos. Amad la fraternidad. Temed á Dios. Honrad al rey. 18 Siervos, sed sujetos con todo temor á vuestros amos, no solamente á los buenos y humanos, sino también á los
igurosos. 19 Porque esto es agradable, si alguno á causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. 20 Porque ¿qué gloria es, si pecando vosotros sois abofeteados, y lo sufrís? mas si haciendo bien sois afligidos, y lo sufrís, esto ciertamente es agradable delante de Dios. 21 Porque para esto sois llamados, pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas: 22 El cual no hizo pecado, ni fué hallado engaño en su boca: 23 Quien cuando le maldecían no retornaba maldición: cuando padecía, no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente: 24 El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados. 25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, mas ahora habéis vuelto al Padre y Obispo de vuestras almas.

Santiago 5:1-20: 5 EA ya ahora, oh ricos, llorad aullando por vuestras miserias que os vendrán. 2 Vuestras riquezas están podridas: vuestras ropas están comidas de polilla. 3 Vuestro oro y plata están corrompidos de orín, y su orín os será testimonio, y comerá del todo vuestras carnes como fuego. Os habéis allegado tesoro para en los postreros días. 4 He aquí, el jornal de los obreros que han segado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado de vosotros, clama, y los clamores de los que habían segado, han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. 5 Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos, habéis cebado vuestros corazones como en el día de sacrificios. 6 Habéis condenado y muerto al justo, y él no os resiste. 7 Pues, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia, hasta que reciba la lluvia temprana y tardía. 8 Tened también vosotros paciencia, confirmad vuestros corazones: porque la venida del Señor se acerca. 9 Hermanos, no os quejéis unos contra otros, porque no seáis condenados, he aquí, el juez está delante de la puerta. 10 Hermanos míos, tomad por ejemplo de aflicción y de paciencia, á los profetas que hablaron en nombre del Señor. 11 He aquí, tenemos por bienaventurados á los que sufren. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y piadoso. 12 Mas sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por otro cualquier juramento, sino vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, porque no caigáis en condenación. 13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? haga oración. ¿Está alguno alegre? cante salmos. 14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? llame á los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. 15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si estuviere en pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos, la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho. 17 Elías era hombre sujeto á semejantes pasiones que nosotros, y rogó con oración que no lloviese, y no llovió sobre la tierra en tres años y seis meses. 18 Y otra vez oró, y el cielo dió lluvia, y la tierra produjo su fruto. 19 Hermanos, si alguno de entre vosotros ha errado de la verdad, y alguno le convirtiere, 20 Sepa que el que hubiere hecho convertir al pecador del error de su camino, salvará un alma de muerte, y cubrirá multitud de pecados.

Santiago 3:11: 11 ¿Echa alguna fuente por una misma abertura agua dulce y amarga?

Santiago 3:3-8: 3 He aquí nosotros ponemos frenos en las bocas de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo. 4 Mirad también las naves: aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna. 5 Así también, la lengua es un miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ­cuán grande bosque enciende! 6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno. 7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres de la mar, se doma y es domada de la naturaleza humana: 8 Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

Santiago 2:23: 23 Y fué cumplida la Escritura que dice: Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia, y fué llamado amigo de Dios.

Santiago 2:20: 20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?

Santiago 2:11: 11 Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no hubieres matado, ya eres hecho transgresor de la ley.

Efesios 6:4: 4 Y vosotros, padres, no provoquéis á ira á vuestros hijos, sino fhhijos, sino fh amonestación del Señor.

Gálatas 2:20: 20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí.

Marcos 7:1-37: 7 Y SE juntaron á él los Fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalem, 2 Los cuales, viendo á algunos de sus discípulos comer pan con manos comunes, es á saber, no lavadas, los condenaban. 3 (Porque los Fariseos y todos los Judíos, teniendo la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. 4 Y volviendo de la plaza, si no se lavaren, no comen. Y otras muchas cosas hay, que tomaron para guardar, como las lavaduras de los vasos de beber, y de los jarros, y de los vasos de metal, y de los lechos.) 5 Y le preguntaron los Fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme á la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos comunes? 6 Y respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo con los labios me honra, Mas su corazón lejos está de mí. 7 Y en vano me honra, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 8 Porque dejando el mandamiento de Dios, tenéis la tradición de los hombres, las lavaduras de los jarros y de los vasos de beber: y hacéis otras muchas cosas semejantes. 9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 10 Porque Moisés dijo: Honra á tu padre y á tu madre, y: El que maldijera al padre ó á la madre, morirá de muerte. 11 Y vosotros decís: Basta si dijere un hombre al padre ó á la madre: Es Corbán (quiere decir, don mío á Dios) todo aquello con que pudiera valerte, 12 Y no le dejáis hacer más por su padre ó por su madre, 13 Invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que disteis: y muchas cosas hacéis semejantes á éstas. 14 Y llamando á toda la multitud, les dijo: Oidme todos, y entended: 15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar: mas lo que sale de él, aquello es lo que contamina al hombre. 16 Si alguno tiene oídos para oir, oiga. 17 Y apartado de la multitud, habiendo entrado en casa, le preguntaron sus discípulos sobra la parábola. 18 Y díjoles: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 19 Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale á la secreta? Esto decía, haciendo limpias todas las viandas. 20 Mas decía, que lo que del hombre sale, aquello contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 Los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, las desvergüenzas, el ojo maligno, las injurias, la soberbia, la insensatez. 23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre. 24 Y levantándose de allí, se fué á los términos de Tiro y de Sidón, y entrando en casa, quiso que nadie lo supiese, mas no pudo esconderse. 25 Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se echó á sus pies. 26 Y la mujer era Griega, Sirofenisa de nación, y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. 27 Más Jesús le dijo: Deja primero hartarse los hijos, porque no es bien tomar el pan de los hijos y echarlo á los perrillos. 28 Y respondió ella, y le dijo: Sí, Señor, pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. 29 Entonces le dice: Por esta palabra, ve, el demonio ha salido de tu hija. 30 Y como fué á su casa, halló que el demonio había salido, y á la hija echada sobre la cama. 31 Y volviendo á salir de los términos de Tiro, vino por Sidón á la mar de Galilea, por mitad de los términos de Decápolis. 32 Y le traen un sordo y tartamudo, y le ruegan que le ponga la mano encima. 33 Y tomándole aparte de la gente, metió sus dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua, 34 Y mirando al cielo, gimió, y le dijo: Ephphatha: que es decir: Sé abierto. 35 Y luego fueron abiertos sus oídos, y fué desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien. 36 Y les mandó que no lo dijesen á nadie, pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. 37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: Bien lo ha hecho todo: hace á los sordos oir, y á los mudos hablar.

Mateo 12:36-37: 36 Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio, 37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Deuteronomio 5:18: 18 No adulterarás.

Deuteronomio 5:17: 17 No matarás.

Levítico 19:18: 18 No te vengarás, ni guardarás rencor á los hijos de tu pueblo: mas amarás á tu prójimo como á ti mismo: Yo Jehová.

Éxodo 20:14: 14 No cometerás adulterio.

Éxodo 20:13: 13 No matarás.

Génesis 15:6: 6 Y creyó á Jehová, y contóselo por justicia.

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