Versículos de la Biblia acerca de los niños como una bendición

Salmos 127:3-5: 3 He aquí, heredad de Jehová son los hijos: Cosa de estima el fruto del vientre. 4 Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. 5 Bienaventurado el hombre que hinchió su aljaba de ellos: No será avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta.

Génesis 1:28: 28 Y los bendijo Dios, y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Proverbios 22:6: 6 Instruye al niño en su carrera: Aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.

Efesios 6:4: 4 Y vosotros, padres, no provoquéis á ira á vuestros hijos, sino fhhijos, sino fh amonestación del Señor.

Lucas 18:15-17: 15 Y traían á él los niños para que los tocase, lo cual viendo los discípulos les reñían. 16 Mas Jesús llamándolos, dijo: Dejad los niños venir á mí, y no los impidáis, porque de tales es el reino de Dios. 17 De cierto os digo, que cualquiera que no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Salmos 139:13-16: 13 Porque tú poseiste mis riñones, Cubrísteme en el vientre de mi madre. 14 Te alabaré, porque formidables, maravillosas son tus obras: Estoy maravillado, Y mi alma lo conoce mucho. 15 No fué encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fuí formado, Y compaginado en lo más bajo de la tierra. 16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.

Deuteronomio 6:6-9: 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón: 7 Y las repetirás á tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes: 8 Y has de atarlas por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos: 9 Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas.

Hebreos 11:6: 6 Empero sin fe es imposible agradar á Dios, porque es menester que el que á Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Colosenses 3:20: 20 Hijos, obedeced á vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.

2 Corintios 6:1-18: 6 Y ASI nosotros, como ayudadores juntamente con él, os exhortamos también á que no recibáis en vano la gracia de Dios, 2 En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salud te he socorrido: he aquí ahora el tiempo aceptable, he aquí ahora el día de salud:) 3 No dando á nadie ningún escándalo, porque el ministerio nuestro no sea vituperado: 4 Antes habiéndonos en todas cosas como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias, 5 En azotes, en cárceles, en alborotos, en trabajos, en vigilias, en ayunos, 6 En castidad, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en Espíritu Santo, en amor no fingido, 7 En palabra de verdad, en potencia de Dios, en armas de justicia á diestro y á siniestro, 8 Por honra y por deshonra, por infamia y por buena fama, como engañadores, mas hombres de verdad, 9 Como ignorados, mas conocidos, como muriendo, mas he aquí vivimos, como castigados, mas no muertos, 10 Como doloridos, mas siempre gozosos, como pobres, mas enriqueciendo á muchos, como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo. 11 Nuestra boca está abierta á vosotros, oh Corintios: nuestro corazón es ensanchado. 12 No estáis estrechos en nosotros, mas estáis estrechos en vuestras propias entrañas. 13 Pues, para corresponder al propio modo (como á hijos hablo), ensanchaos también vosotros. 14 No os juntéis en yugo con los infieles: porque ¿qué compañía tienes la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿ó qué parte el fiel con el infiel? 16 ¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos, y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo, Y yo os recibiré, 18 Y seré á vosotros Padre, Y vosotros me seréis á mí hijos é hijas, dice el Señor Todopoderoso.

1 Corintios 7:3-5: 3 El marido pague á la mujer la debida benevolencia, y asimismo la mujer al marido. 4 La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: é igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer. 5 No os defraudéis el uno al otro, á no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos en la oración: y volved á juntaros en uno, porque no os tiente Satanás á causa de vuestra incontinencia.

1 Corintios 7:1-40: 7 CUANTO á las cosas de que me escribisteis, bien es al hombre no tocar mujer. 2 Mas á causa de las fornicaciones, cada uno tenga su mujer, y cada una tenga su marido. 3 El marido pague á la mujer la debida benevolencia, y asimismo la mujer al marido. 4 La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: é igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer. 5 No os defraudéis el uno al otro, á no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos en la oración: y volved á juntaros en uno, porque no os tiente Satanás á causa de vuestra incontinencia. 6 Mas esto digo por permisión, no por mandamiento. 7 Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo: empero cada uno tiene su propio don de Dios, uno á la verdad así, y otro así. 8 Digo pues á los solteros y á las viudas, que bueno les es si se quedaren como yo. 9 Y si no tienen don de continencia, cásense, que mejor es casarse que quemarse. 10 Mas á los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se aparte del marido, 11 Y si se apartare, que se quede sin casar, ó reconcíliese con su marido, y que el marido no despida á su mujer. 12 Y á los demás yo digo, no el Señor: si algún hermano tiene mujer infiel, y ella consiente en habitar con él, no la despida. 13 Y la mujer que tiene marido infiel, y él consiente en habitar con ella, no lo deje. 14 Porque el marido infiel es santificado en la mujer, y la mujer infiel en el marido: pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, empero ahora son santos. 15 Pero si el infiel se aparta, apártese: que no es el hermano ó la hermana sujeto á servidumbre en semejante caso, antes á paz nos llamó Dios. 16 Porque ¿de dónde sabes, oh mujer, si quizá harás salva á tu marido? ¿ó de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salvo á tu mujer? 17 Empero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó á cada uno, así ande: y así enseño en todas las iglesias. 18 ¿Es llamado alguno circuncidado? quédese circunciso. ¿Es llamado alguno incircuncidado? que no se circuncide. 19 La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino la observancia de las mandamientos de Dios. 20 Cada uno en la vocación en que fué llamado, en ella se quede. 21 ¿Eres llamado siendo siervo? no se te dé cuidado, mas también si puedes hacerte libre, procúralo más. 22 Porque el que en el Señor es llamado siendo siervo, liberto es del Señor: asimismo también el que es llamado siendo libre, siervo es de Cristo. 23 Por precio sois comprados, no os hagáis siervos de los hombres. 24 Cada uno, hermanos, en lo que es llamado, en esto se quede para con Dios. 25 Empero de las vírgenes no tengo mandamiento del Señor, mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel. 26 Tengo, pues, esto por bueno á causa de la necesidad que apremia, que bueno es al hombre estarse así. 27 ¿Estás ligado á mujer? no procures soltarte. ¿Estáis suelto de mujer? no procures mujer. 28 Mas también si tomares mujer, no pecaste, y si la doncella se casare, no pecó: pero aflicción de carne tendrán los tales, mas yo os dejo. 29 Esto empero digo, hermanos, que el tiempo es corto: lo que resta es, que los que tienen mujeres sean como los que no las tienen, 30 Y los que lloran, como los que no lloran, y los que se huelgan, como los que no se huelgan, y los que compran, como los que no poseen, 31 Y los que usan de este mundo, como los que no usan: porque la apariencia de este mundo se pasa. 32 Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas que son del Señor, cómo ha de agradar al Señor: 33 Empero el que se casó tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo ha de agradar á su mujer. 34 Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella: la doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en el espíritu: mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, cómo ha de agradar á su marido. 35 Esto empero digo para vuestro provecho, no para echaros lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os lleguéis al Señor. 36 Mas, si á alguno parece cosa fea en su hija virgen, que pase ya de edad, y que así conviene que se haga, haga lo que quisiere, no peca, cásese. 37 Pero el que está firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene libertad de su voluntad, y determinó en su corazón esto, el guardar su hija virgen, bien hace. 38 Así que, el que la da en casamiento, bien hace, y el que no la da en casamiento, hace mejor. 39 La mujer casada está atada á la ley, mientras vive su marido, mas si su marido muriere, libre es: cásese con quien quisiere, con tal que sea en el Señor. 40 Empero más venturosa será si se quedare así, según mi consejo, y pienso que también yo tengo Espíritu de Dios.

Juan 10:10: 10 El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Lucas 1:1-80: 1 HABIENDO muchos tentado á poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, 2 Como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron por sus ojos, y fueron ministros de la palabra, 3 Me ha parecido también á mí, después de haber entendido todas las cosas desde el principio con diligencia, escribírtelas por orden, oh muy buen Teófilo, 4 Para que conozcas la verdad de las cosas en las cuales has sido enseñado. 5 HUBO en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la suerte de Abías, y su mujer, de las hijas de Aarón, llamada Elisabet. 6 Y eran ambos justos delante de Dios, andando sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor. 7 Y no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran avanzados en días. 8 Y aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios por el orden de su vez, 9 Conforme á la costumbre del sacerdocio, salió en suerte á poner el incienso, entrando en el templo del Señor. 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando á la hora del incienso. 11 Y se le apareció el ángel del Señor puesto en pie á la derecha del altar del incienso. 12 Y se turbó Zacarías viéndo le, y cayó temor sobre él. 13 Mas el ángel le dijo: Zacarías, no temas, porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te parirá un hijo, y llamarás su nombre Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se gozarán de su nacimiento. 15 Porque será grande delante de Dios, y no beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el seno de su madre. 16 Y á muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor Dios de ellos. 17 Porque él irá delante de él con el espíritu y virtud de Elías, para convertir los corazones de los padres á los hijos, y los rebeldes á la prudencia de los justos, para aparejar al Señor un pueblo apercibido. 18 Y dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? porque yo soy viejo, y mi mujer avanzada en días. 19 Y respondiendo el ángel le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y soy enviado á hablarte, y á darte estas buenas nuevas. 20 Y he aquí estarás mudo y no podrás hablar, hasta el día que esto sea hecho, por cuanto no creíste á mis palabras, las cuales se cumplirán á su tiempo. 21 Y el pueblo estaba esperando á Zacarías, y se maravillaban de que él se detuviese en el templo. 22 Y saliendo, no les podía hablar: y entendieron que había visto visión en el templo: y él les hablaba por señas, y quedó mudo. 23 Y fué, que cumplidos los días de su oficio, se vino á su casa. 24 Y después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se encubrió por cinco meses, diciendo: 25 Porque el Señor me ha hecho así en los días en que miró para quitar mi afrenta entre los hombres. 26 Y al sexto mes, el ángel Gabriel fué enviado de Dios á una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 A una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David: y el nombre de la virgen era María. 28 Y entrando el ángel á donde estaba, dijo, ­Salve, muy favorecida! el Señor es contigo: bendita tú entre las mujeres. 29 Mas ella, cuando le vió, se turbó de sus palabras, y pensaba qué salutación fuese ésta. 30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia cerca de Dios. 31 Y he aquí, concebirás en tu seno, y parirás un hijo, y llamarás su nombre JESUS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo: y le dará el Señor Dios el trono de David su padre: 33 Y reinará en la casa de Jacob por siempre, y de su reino no habrá fin. 34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? porque no conozco varón. 35 Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te hará sombra, por lo cual también lo Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36 Y he aquí, Elisabet tu parienta, también ella ha concebido hijo en su vejez, y este es el sexto mes á ella que es llamada la estéril: 37 Porque ninguna cosa es imposible para Dios. 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor, hágase á mí conforme á tu palabra. Y el ángel partió de ella. 39 En aquellos días levantándose María, fué á la montaña con priesa, á una ciudad de Judá, 40 Y entró en casa de Zacarías, y saludó á Elisabet. 41 Y aconteció, que como oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre, y Elisabet fué llena del Espíritu Santo, 42 Y exclamó á gran voz, y dijo. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. 43 ¿Y de dónde esto á mí, que la madre de mi Señor venga á mí? 44 Porque he aquí, como llegó la voz de tu salutación á mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45 Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor. 46 Entonces María dijo: engrandece mi alma al Señor, 47 Y mi espíritu se alegró en Dios mi Salvador, 48 Porque ha mirado á la bajeza de su criada, Porque he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. 49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso, Y santo es su nombre. 50 Y su misericordia de generación á generación A los que le temen. 51 Hizo valentía con su brazo: Esparció los soberbios del pensamiento de su corazón. 52 Quitó los poderosos de los tronos, Y levantó á los humildes. 53 A los hambrientos hinchió de bienes, Y á los ricos envió vacíos. 54 Recibió á Israel su siervo, Acordandose de la misericordia. 55 Como habló á nuestros padres A Abraham y á su simiente para siempre. 56 Y se quedó María con ella como tres meses: después se volvió á su casa. 57 Y á Elisabet se le cumplió el tiempo de parir, y parió un hijo. 58 Y oyeron los vecinos y los parientes que Dios había hecho con ella grande misericordia, y se alegraron con ella. 59 Y aconteció, que al octavo día vinieron para circuncidar al niño, y le llamaban del nombre de su padre, Zacarías. 60 Y respondiendo su madre, dijo: No, sino Juan será llamado. 61 Y le dijeron: ¿Por qué? nadie hay en tu parentela que se llame de este nombre. 62 Y hablaron por señas á su padre, cómo le quería llamar. 63 Y demandando la tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron. 64 Y luego fué abierta su boca y su lengua, y habló bendiciendo á Dios. 65 Y fué un temor sobre todos los vecinos de ellos, y en todas las montañas de Judea fueron divulgadas todas estas cosas. 66 Y todos los que las oían, las conservaban en su corazón, diciendo: ¿Quién será este niño? Y la mano del Señor estaba con él. 67 Y Zacarías su padre fué lleno de Espíritu Santo, y profetizó, diciendo: 68 Bendito el Señor Dios de Israel, Que ha visitado y hecho redención á su pueblo, 69 Y nos alzó un cuerno de salvación En la casa de David su siervo, 70 Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio:
1 Salvación de nuestros enemigos, y de mano de todos los que nos aborrecieron, 72 Para hacer misericordia con nuestros padres, Y acordándose de su santo pacto, 73 Del juramento que juró á Abraham nuestro padre, Que nos había de dar, 74 Que sin temor librados de nuestros enemigos, Le serviríamos 75 En santidad y en justicia delante de él, todos los días nuestros. 76 Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado, Porque irás ante la faz del Señor, para aparejar sus caminos, 77 Dando conocimiento de salud á su pueblo, Para remisión de sus pecados, 78 Por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, Con que nos visitó de lo alto el Oriente, 79 Para dar luz á los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, Para encaminar nuestros pies por camino de paz. 80 Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu: y estuvo en los desiertos hasta el día que se mostró á Israel.

Mateo 19:14: 14 Y Jesús dijo: Dejad á los niños, y no les impidáis de venir á mí, porque de los tales es el reino de los cielos.

Mateo 6:33: 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Malaquías 2:15: 15 Pues qué ¿no hizo él uno solo aunque tenía la abundancia del espíritu? ¿Y por qué uno? Para que procurara una simiente de Dios. Guardaos pues en vuestros espíritus, y contra la mujer de vuestra mocedad no seáis desleales.

Jeremías 1:5: 5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te santifiqué, te dí por profeta á las gentes.

Deuteronomio 22:5: 5 No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer, porque abominación es á Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.

Éxodo 1:1-22: 1 ESTOS son los nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto con Jacob, cada uno entró con su familia. 2 Rubén, Simeón, Leví y Judá, 3 Issachâr, Zabulón y Benjamín, 4 Dan y Nephtalí, Gad y Aser. 5 Y todas las almas de los que salieron del muslo de Jacob, fueron setenta. Y José estaba en Egipto. 6 Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación. 7 Y los hijos de Israel crecieron, y multiplicaron, y fueron aumentados y corroborados en extremo, y llenóse la tierra de ellos. 8 Levantóse entretanto un nuevo rey sobre Egipto, que no conocía á José, el cual dijo á su pueblo: 9 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros: 10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, porque no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se junte con nuestros enemigos, y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. 11 Entonces pusieron sobre él comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas, y edificaron á Faraón las ciudades de los bastimentos, Phithom y Raamses. 12 Empero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían: así que estaban ellos fastidiados de los hijos de Israel. 13 Y los Egipcios hicieron servir á los hijos de Israel con dureza: 14 Y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo, y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigorismo. 15 Y habló el rey de Egipto á las parteras de las Hebreas, una de las cuales se llamaba Siphra, y otra Phúa, y díjoles: 16 Cuando parteareis á las Hebreas, y mirareis los asientos, si fuere hijo, matadlo, y si fuere hija, entonces viva. 17 Mas las parteras temieron á Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que reservaban la vida á los niños. 18 Y el rey de Egipto hizo llamar á las parteras y díjoles: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis reservado la vida á los niños? 19 Y las parteras respondieron á Faraón: Porque las mujeres Hebreas no son como las Egipcias: porque son robustas, y paren antes que la partera venga á ellas. 20 Y Dios hizo bien á las parteras: y el pueblo se multiplicó, y se corroboraron en gran manera. 21 Y por haber las parteras temido á Dios, él les hizo casas. 22 Entonces Faraón mandó á todo su pueblo, diciendo: Echad en el río todo hijo que naciere, y á toda hija reservad la vida.

Génesis 38:9-10: 9 Y sabiendo Onán que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba á la mujer de su hermano vertía en tierra, por no dar simiente á su hermano. 10 Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y también quitó á él la vida.

Génesis 38:9: 9 Y sabiendo Onán que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba á la mujer de su hermano vertía en tierra, por no dar simiente á su hermano.

Génesis 38:1-30: 38 Y ACONTECIO en aquel tiempo, que Judá descendió de con sus hermanos, y fuése á un varón Adullamita, que se llamaba Hira. 2 Y vió allí Judá la hija de un hombre Cananeo, el cual se llamaba Súa, y tomóla, y entró á ella: 3 La cual concibió, y parió un hijo, y llamó su nombre Er. 4 Y concibió otra vez, y parió un hijo, y llamó su nombre Onán. 5 Y volvió á concebir, y parió un hijo, y llamó su nombre Sela. Y estaba en Chezib cuando lo parió. 6 Y Judá tomó mujer para su primogénito Er, la cual se llamaba Thamar. 7 Y Er, el primogénito de Judá, fué malo á los ojos de Jehová, y quitóle Jehová la vida. 8 Entonces Judá dijo á Onán: Entra á la mujer de tu hermano, y despósate con ella, y suscita simiente á tu hermano. 9 Y sabiendo Onán que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba á la mujer de su hermano vertía en tierra, por no dar simiente á su hermano. 10 Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y también quitó á él la vida. 11 Y Judá dijo á Thamar su nuera: Estáte viuda en casa de tu padre, hasta que crezca Sela mi hijo, porque dijo: Que quizá no muera él también como sus hermanos. Y fuése Thamar, y estúvose en casa de su padre. 12 Y pasaron muchos días, y murió la hija de Súa, mujer de Judá, y Judá se consoló, y subía á los trasquiladores de sus ovejas á Timnath, él y su amigo Hira el Adullamita. 13 Y fué dado aviso á Thamar, diciendo: He aquí tu suegro sube á Timnath á trasquilar sus ovejas. 14 Entonces quitó ella de sobre sí los vestidos de su viudez, y cubrióse con un velo, y arrebozóse, y se puso á la puerta de las aguas que están junto al camino de Timnath, porque veía que había crecido Sela, y ella no era dada á él por mujer. 15 Y vióla Judá, y túvola por ramera, porque había ella cubierto su rostro. 16 Y apartóse del camino hacia ella, y díjole: Ea, pues, ahora entraré á ti, porque no sabía que era su nuera, y ella dijo: ¿Qué me has de dar, si entrares á mí? 17 El respondió: Yo te enviaré del ganado un cabrito de las cabras. Y ella dijo: Hasme de dar prenda hasta que lo envíes. 18 Entonces él dijo: ¿Qué prenda te daré? Ella respondió: Tu anillo, y tu manto, y tu bordón que tienes en tu mano. Y él se los dió, y entró á ella, la cual concibió de él. 19 Y levantóse, y fuése: y quitóse el velo de sobre sí, y vistióse las ropas de su viudez. 20 Y Judá envió el cabrito de las cabras por mano de su amigo el Adullamita, para que tomase la prenda de mano de la mujer, mas no la halló. 21 Y preguntó á los hombres de aquel lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera de las aguas junto al camino? Y ellos le dijeron: No ha estado aquí ramera. 22 Entonces él se volvió á Judá, y dijo: No la he hallado, y también los hombres del lugar dijeron: Aquí no ha estado ramera. 23 Y Judá dijo: Tómeselo para sí, porque no seamos menospreciados: he aquí yo he enviado este cabrito, y tú no la hallaste. 24 Y acaeció que al cabo de unos tres meses fué dado aviso á Judá, diciendo: Thamar tu nuera ha fornicado, y aun cierto está preñada de las fornicaciones. Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada. 25 Y ella cuando la sacaban, envió á decir á su suegro: Del varón cuyas son estas cosas, estoy preñada: y dijo más: Mira ahora cuyas son estas cosas, el anillo, y el manto, y el bordón. 26 Entonces Judá los reconoció, y dijo: Más justa es que yo, por cuanto no la he dado á Sela mi hijo. Y nunca más la conoció. 27 Y aconteció que al tiempo del parir, he aquí había dos en su vientre. 28 Y sucedió, cuando paría, que sacó la mano el uno, y la partera tomó y ató á su mano un hilo de grana, diciendo: Este salió primero. 29 Empero fué que tornando él á meter la mano, he aquí su hermano salió, y ella dijo: ¿Por qué has hecho sobre ti rotura? Y llamó su nombre Phares. 30 Y después salió su hermano, el que tenía en su mano el hilo de grana, y llamó su nombre Zara.

Génesis 33:5: 5 Y alzó sus ojos, y vió las mujeres y los niños, y dijo: ¿Qué te tocan éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado á tu siervo.

Comments

comments