Versículos de la Biblia acerca del amor de esposos

Efesios 5:25: 25 Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella

1 Pedro 3:7: 7 Vosotros maridos, semejantemente, habitad con ellas según ciencia, dando honor á la mujer como á vaso más frágil, y como á herederas juntamente de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean impedidas.

Colosenses 3:19: 19 Maridos, amad á vuestras mujeres, y no seáis desapacibles con ellas.

Efesios 5:33: 33 Cada uno empero de vosotros de por sí, ame también á su mujer como á sí mismo, y la mujer reverencie á su marido.

Efesios 5:28: 28 Así también los maridos deben amar á sus mujeres como á sus mismos cuerpos. El que ama á su mujer, á sí mismo se ama.

Efesios 5:22: 22 Las casadas estén sujetas á sus propios maridos, como al Señor.

Génesis 3:16: 16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces, con dolor parirás los hijos, y á tu marido será tu deseo, y él se enseñoreará de ti.

1 Pedro 3:1: 3 ASIMISMO vosotras, mujeres, sed sujetas á vuestros maridos, para que también los que no creen á la palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres

Hebreos 13:4: 4 Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, ùmas á los fornicarios y á los adúlteros juzgará Dios.

Colosenses 3:18: 18 Casadas, estad sujetas á vuestros maridos, como conviene en el Señor.

Efesios 5:23: 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él es el que da la salud al cuerpo.

Efesios 5:31: 31 Por esto dejará el hombre á su padre y á su madre, y se allegará á su mujer, y serán dos en una carne.

Efesios 5:25-27: 25 Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella, 26 Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra, 27 Para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

Efesios 5:24: 24 Así que, como la iglesia está sujeta á Cristo, así también las casadas lo estén á sus maridos en todo.

Mateo 19:3: 3 Entonces se llegaron á él los Fariseos, tentándole, y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar á su mujer por cualquiera causa?

1 Juan 4:18: 18 En amor no hay temor, mas el perfecto amor echa fuera el temor: porque el temor tiene pena. De donde el que teme, no está perfecto en el amor.

1 Juan 3:16: 16 En esto hemos conocido el amor, porque él puso su vida por nosotros: también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

Colosenses 3:14: 14 Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección.

Efesios 5:26: 26 Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra

Efesios 5:22-33: 22 Las casadas estén sujetas á sus propios maridos, como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él es el que da la salud al cuerpo. 24 Así que, como la iglesia está sujeta á Cristo, así también las casadas lo estén á sus maridos en todo. 25 Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella, 26 Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra, 27 Para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar á sus mujeres como á sus mismos cuerpos. El que ama á su mujer, á sí mismo se ama. 29 Porque ninguno aborreció jamás á su propia carne, antes la sustenta y regala, como también Cristo á la iglesia, 30 Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre á su padre y á su madre, y se allegará á su mujer, y serán dos en una carne. 32 Este misterio grande es: mas yo digo esto con respecto á Cristo y á la iglesia. 33 Cada uno empero de vosotros de por sí, ame también á su mujer como á sí mismo, y la mujer reverencie á su marido.

Efesios 5:1-33: 5 SED, pues, imitadores de Dios como hijos amados: 2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó á sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio á Dios en olor suave. 3 Pero fornicación y toda inmundicia, ó avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene á santos, 4 Ni palabras torpes, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. 5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, ó inmundo, ó avaro, que es servidor de ídolos, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. 7 No seáis pues aparceros con ellos, 8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor: andad como hijos de luz, 9 (Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, y justicia, y verdad,) 10 Aprobando lo que es agradable al Señor. 11 Y no comuniquéis con las obras infructuosas de las tinieblas, sino antes bien redargüidlas. 12 Porque torpe cosa es aun hablar de lo que ellos hacen en oculto. 13 Mas todas las cosas cuando son redargüidas, son manifestadas por la luz, porque lo que manifiesta todo, la luz es. 14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. 15 Mirad, pues, cómo andéis avisadamente, no como necios, mas como sabios, 16 Redimiendo el tiempo, porque los días son malos. 17 Por tanto, no seáis imprudentes, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. 18 Y no os embriaguéis de vino, en lo cual hay disolución, mas sed llenos de Espíritu, 19 Hablando entre vosotros con salmos, y con himnos, y canciones espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones, 20 Dando gracias siempre de todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo: 21 Sujetados los unos á los otros en el temor de Dios. 22 Las casadas estén sujetas á sus propios maridos, como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él es el que da la salud al cuerpo. 24 Así que, como la iglesia está sujeta á Cristo, así también las casadas lo estén á sus maridos en todo. 25 Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella, 26 Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra, 27 Para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar á sus mujeres como á sus mismos cuerpos. El que ama á su mujer, á sí mismo se ama. 29 Porque ninguno aborreció jamás á su propia carne, antes la sustenta y regala, como también Cristo á la iglesia, 30 Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre á su padre y á su madre, y se allegará á su mujer, y serán dos en una carne. 32 Este misterio grande es: mas yo digo esto con respecto á Cristo y á la iglesia. 33 Cada uno empero de vosotros de por sí, ame también á su mujer como á sí mismo, y la mujer reverencie á su marido.

Gálatas 3:28: 28 No hay Judío, ni Griego, no hay siervo, ni libre, no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

1 Corintios 13:1-13: 13 SI yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo á ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy. 3 Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve. 4 La caridad es sufrida, es benigna, la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha, 5 No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal, 6 No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad, 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada, 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos, 10 Mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño. 12 Ahora vemos por espejo, en obscuridad, mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte, mas entonces conoceré como soy conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es la caridad.

Romanos 7:2: 2 Porque la mujer que está sujeta á marido, mientras el marido vive está obligada á la ley, mas muerto el marido, libre es de la ley del marido.

Mateo 5:32: 32 Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casare con la repudiada, comete adulterio.

Jeremías 3:14: 14 Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo: y os tomaré uno de una ciudad, y dos de una familia, y os introduciré en Sión

Isaías 54:5: 5 Porque tu marido es tu Hacedor, Jehová de los ejércitos es su nombre: y tu redentor, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra será llamado.

Eclesiastés 9:9: 9 Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad, que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad, porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.

Proverbios 31:1-31: 31 PALABRAS del rey Lemuel, la profecía con que le enseñó su madre. 2 ¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos? 3 No des á las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos á lo que es para destruir los reyes. 4 No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la cerveza. 5 No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los hijos afligidos. 6 Dad la cerveza al desfallecido, Y el vino á los de amargo ánimo: 7 Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no más se acuerden. 8 Abre tu boca por el mudo, En el juicio de todos los hijos de muerte. 9 Abre tu boca, juzga justicia, Y el derecho del pobre y del menesteroso. 10 Mujer fuerte, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepuja largamente á la de piedras preciosas. 11 El corazón de su marido está en ella confiado, Y no tendrá necesidad de despojo. 12 Darále ella bien y no mal, Todos los días de su vida. 13 Buscó lana y lino, Y con voluntad labró de sus manos. 14 Fué como navío de mercader: Trae su pan de lejos. 15 Levantóse aun de noche, Y dió comida á su familia, Y ración á sus criadas. 16 Consideró la heredad, y compróla, Y plantó viña del fruto de sus manos. 17 Ciñó sus lomos de fortaleza, Y esforzó sus brazos. 18 Gustó que era buena su granjería: Su candela no se apagó de noche. 19 Aplicó sus manos al huso, Y sus manos tomaron la rueca. 20 Alargó su mano al pobre, Y extendió sus manos al menesteroso. 21 No tendrá temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles. 22 Ella se hizo tapices, De lino fino y púrpura es su vestido. 23 Conocido es su marido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra. 24 Hizo telas, y vendió, Y dió cintas al mercader. 25 Fortaleza y honor son su vestidura, Y en el día postrero reirá. 26 Abrió su boca con sabiduría: Y la ley de clemencia está en su lengua. 27 Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde. 28 Levantáronse sus hijos, y llamáronla bienaventurada, Y su marido también la alabó. 29 Muchas mujeres hicieron el bien, Mas tú las sobrepujaste á todas. 30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura: La mujer que teme á Jehová, ésa será alabada. 31 Dadle el fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos.

Proverbios 18:22: 22 El que halló esposa halló el bien, Y alcanzó la benevolencia de Jehová.

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