Versículos de la Biblia por aumentar de peso

Gálatas 5:16: 16 Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne.

1 Samuel 16:7: 7 Y Jehová respondió á Samuel: No mires á su parecer, ni á lo grande de su estatura, porque yo lo desecho, porque Jehová mira no lo que el hombre mira, pues que el hombre mira lo que está delante de sus ojos, mas Jehová mira el corazón.

1 Corintios 6:19-20: 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Filipenses 4:13: 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

1 Corintios 10:13: 13 No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podeís llevar, antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar.

Romanos 6:23: 23 Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Romanos 3:23: 23 Por cuanto todos pecaron, y están distituídos de la gloria de Dios

1 Juan 1:9: 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.

Santiago 1:17: 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

1 Corintios 4:2: 2 Mas ahora se requiere en los dispensadores, que cada uno sea hallado fiel.

Romanos 10:17: 17 Luego la fe es por el oir, y el oir por la palabra de Dios.

Romanos 8:9: 9 Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él.

Marcos 7:1-37: 7 Y SE juntaron á él los Fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalem, 2 Los cuales, viendo á algunos de sus discípulos comer pan con manos comunes, es á saber, no lavadas, los condenaban. 3 (Porque los Fariseos y todos los Judíos, teniendo la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. 4 Y volviendo de la plaza, si no se lavaren, no comen. Y otras muchas cosas hay, que tomaron para guardar, como las lavaduras de los vasos de beber, y de los jarros, y de los vasos de metal, y de los lechos.) 5 Y le preguntaron los Fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme á la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos comunes? 6 Y respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo con los labios me honra, Mas su corazón lejos está de mí. 7 Y en vano me honra, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 8 Porque dejando el mandamiento de Dios, tenéis la tradición de los hombres, las lavaduras de los jarros y de los vasos de beber: y hacéis otras muchas cosas semejantes. 9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 10 Porque Moisés dijo: Honra á tu padre y á tu madre, y: El que maldijera al padre ó á la madre, morirá de muerte. 11 Y vosotros decís: Basta si dijere un hombre al padre ó á la madre: Es Corbán (quiere decir, don mío á Dios) todo aquello con que pudiera valerte, 12 Y no le dejáis hacer más por su padre ó por su madre, 13 Invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que disteis: y muchas cosas hacéis semejantes á éstas. 14 Y llamando á toda la multitud, les dijo: Oidme todos, y entended: 15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar: mas lo que sale de él, aquello es lo que contamina al hombre. 16 Si alguno tiene oídos para oir, oiga. 17 Y apartado de la multitud, habiendo entrado en casa, le preguntaron sus discípulos sobra la parábola. 18 Y díjoles: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 19 Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale á la secreta? Esto decía, haciendo limpias todas las viandas. 20 Mas decía, que lo que del hombre sale, aquello contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 Los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, las desvergüenzas, el ojo maligno, las injurias, la soberbia, la insensatez. 23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre. 24 Y levantándose de allí, se fué á los términos de Tiro y de Sidón, y entrando en casa, quiso que nadie lo supiese, mas no pudo esconderse. 25 Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se echó á sus pies. 26 Y la mujer era Griega, Sirofenisa de nación, y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. 27 Más Jesús le dijo: Deja primero hartarse los hijos, porque no es bien tomar el pan de los hijos y echarlo á los perrillos. 28 Y respondió ella, y le dijo: Sí, Señor, pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. 29 Entonces le dice: Por esta palabra, ve, el demonio ha salido de tu hija. 30 Y como fué á su casa, halló que el demonio había salido, y á la hija echada sobre la cama. 31 Y volviendo á salir de los términos de Tiro, vino por Sidón á la mar de Galilea, por mitad de los términos de Decápolis. 32 Y le traen un sordo y tartamudo, y le ruegan que le ponga la mano encima. 33 Y tomándole aparte de la gente, metió sus dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua, 34 Y mirando al cielo, gimió, y le dijo: Ephphatha: que es decir: Sé abierto. 35 Y luego fueron abiertos sus oídos, y fué desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien. 36 Y les mandó que no lo dijesen á nadie, pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. 37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: Bien lo ha hecho todo: hace á los sordos oir, y á los mudos hablar.

Isaías 6:8: 8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién nos irá? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame á mí.

Éxodo 4:10-12: 10 Entonces dijo Moisés á Jehová: ­Ay Señor! yo no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer, ni aun desde que tú hablas á tu siervo, porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. 11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dió la boca al hombre? ¿ó quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿no soy yo Jehová? 12 Ahora pues, ve, que yo seré en tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.

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