Versículos de la Biblia sobre Adorar ídolos

Éxodo 20:4-5: 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: 5 No te inclinarás á ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen

Mateo 6:33: 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Deuteronomio 5:9: 9 No te inclinarás á ellas ni les servirás: porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre los terceros, y sobre los cuartos, á los que me aborrecen

Mateo 23:9: 9 Y vuestro padre no llaméis á nadie en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el cual está en los cielos.

Apocalipsis 22:18: 18 Porque yo protesto á cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere á estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro.

Marcos 7:7: 7 Y en vano me honra, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.

Apocalipsis 9:11: 11 Y tienen sobre sí por rey al ángel del abismo, cuyo nombre en hebraico es Abaddon, y en griego, Apollyon.

2 Timoteo 3:16: 16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia

Juan 20:17: 17 Dícele Jesús: No me toques: porque aun no he subido á mi Padre: mas ve á mis hermanos, y diles: Subo á mi Padre y á vuestro Padre, á mi Dios y á vuestro Dios.

Juan 19:41: 41 Y en aquel lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aun no había sido puesto ninguno.

Lucas 8:28: 28 El cual, como vió á Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo á gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Ruégote que no me atormentes.

Mateo 7:13-14: 13 Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva á perdición, y muchos son los que entran por ella. 14 Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva á la vida, y pocos son los que la hallan.

Mateo 2:2: 2 Diciendo: ¿Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos á adorarle.

Mateo 2:1-23: 2 Y COMO fué nacido Jesús en Bethlehem de Judea en días del rey Herodes, he aquí unos magos vinieron del oriente á Jerusalem, 2 Diciendo: ¿Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos á adorarle. 3 Y oyendo esto el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalem con él. 4 Y convocados todos los príncipes de los sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5 Y ellos le dijeron: En Bethlehem de Judea, porque así está escrito por el profeta: 6 Y tú, Bethlehem, de tierra de Judá, No eres muy pequeña entre los príncipes de Judá, Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará á mi pueblo Israel. 7 Entonces Herodes, llamando en secreto á los magos, entendió de ellos diligentemente el tiempo del aparecimiento de la estrella, 8 Y enviándolos á Bethlehem, dijo: Andad allá, y preguntad con diligencia por el niño, y después que le hallareis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. 9 Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron: y he aquí la estrella que habían visto en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando, se puso sobre donde estaba el niño. 10 Y vista la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. 11 Y entrando en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, le adoraron, y abriendo sus tesoros, le ofrecieron dones, oro, é incienso y mirra. 12 Y siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen á Herodes, se volvieron á su tierra por otro camino. 13 Y partidos ellos, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños á José, diciendo: Levántate, y toma al niño y á su madre, y huye á Egipto, y estáte allá hasta que yo te lo diga, porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo. 14 Y él despertando, tomó al niño y á su madre de noche, y se fué á Egipto, 15 Y estuvo allá hasta la muerte de Herodes: para que se cumpliese lo que fué dicho por el Señor, por el profeta que dijo: De Egipto llamé á mi Hijo. 16 Herodes entonces, como se vió burlado de los magos, se enojó mucho, y envió, y mató á todos los niños que había en Bethlehem y en todos sus términos, de edad de dos años abajo, conforme al tiempo que había entendido de los magos. 17 Entonces fué cumplido lo que se había dicho por el profeta Jeremías, que dijo: 18 Voz fué oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido: Rachêl que llora sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron. 19 Mas muerto Herodes, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños á José en Egipto, 20 Diciendo: Levántate, y toma al niño y á su madre, y vete á tierra de Israel, que muertos son los que procuraban la muerte del niño. 21 Entonces él se levantó, y tomó al niño y á su madre, y se vino á tierra de Israel. 22 Y oyendo que Archelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, temió ir allá: mas amonestado por revelación en sueños, se fué á las partes de Galilea. 23 Y vino, y habitó en la ciudad que se llama Nazaret: para que se cumpliese lo que fué dicho por los profetas, que había de ser llamado Nazareno.

Isaías 1:1-31: 1 VISION de Isaías hijo de Amoz, la cual vió sobre Judá y Jerusalem, en días de Uzzías, Jotham, Achâz y Ezechîas, reyes de Judá. 2 Oid, cielos, y escucha tú, tierra, porque habla Jehová: Crié hijos, y engrandecílos, y ellos se rebelaron contra mí. 3 El buey conoce á su dueño, y el asno el pesebre de su señor: Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento. 4 Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron á Jehová, provocaron á ira al Santo de Israel, tornáronse atrás. 5 ¿Para qué habéis de ser castigados aún? todavía os rebelaréis. Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa ilesa, sino herida, hinchazón y podrida llaga: no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. 7 Vuestra tierra está destruída, vuestras ciudades puestas á fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida de extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. 8 Y queda la hija de Sión como choza en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. 9 Si Jehová de los ejércitos no hubiera hecho que nos quedasen muy cortos residuos, como Sodoma fuéramos, y semejantes á Gomorra. 10 Príncipes de Sodoma, oid la palabra de Jehová, escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. 11 ¿Para qué á mí, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gruesos: no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demandó esto de vuestras manos, cuando vinieseis á presentaros delante de mí, para hollar mis atrios? 13 No me traigáis más vano presente: el perfume me es abominación: luna nueva y sábado, el convocar asambleas, no las puedo sufrir: son iniquidad vuestras solemnidades. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras solemnidades tiene aborrecidas mi alma: me son gravosas, cansado estoy de llevarlas. 15 Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos: asimismo cuando multiplicareis la oración, yo no oiré: llenas están de sangre vuestras manos. 16 Lavad, limpiaos, quitad la iniquidad de vuestras obras de ante mis ojos, dejad de hacer lo malo: 17 Aprended á hacer bien: buscad juicio, restituid al agraviado, oid en derecho al huérfano, amparad á la viuda. 18 Venid luego, dirá Jehová, y estemos á cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán á ser como blanca lana. 19 Si quisiereis y oyereis, comieréis el bien de la tierra: 20 Si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos á espada: porque la boca de Jehová lo ha dicho. 21 ¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de juicio, en ella habitó equidad, mas ahora, homicidas. 22 Tu plata se ha tornado escorias, tu vino mezclado está con agua. 23 Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones: todos aman las dádivas, y van tras las recompensas: no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda. 24 Por tanto, dice el Señor Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, vengaréme de mis adversarios: 25 Y volveré mi mano sobre ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré todo tu estaño: 26 Y restituiré tus jueces como al principio, y tus consejeros como de primero: entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel. 27 Sión con juicio será rescatada, y los convertidos de ella con justicia. 28 Mas los rebeldes y pecadores á una serán quebrantados, y los que dejan á Jehová serán consumidos. 29 Entonces os avergonzarán los olmos que amasteis, y os afrentarán los bosques que escogisteis. 30 Porque seréis como el olmo que se le cae la hoja, y como huerto que le faltan las aguas. 31 Y el fuerte será como estopa, y lo que hizo como centella, y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague.

Deuteronomio 10:12-13: 12 Ahora pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas á Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas á Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, 13 Que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que hayas bien?

2 Pedro 3:9: 9 El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

2 Pedro 2:9: 9 Sabe el Señor librar de tentación á los píos, y reservar á los injustos para ser atormentados en el día del juicio

Santiago 2:19: 19 Tú crees que Dios es uno, bien haces: también los demonios creen, y tiemblan.

Hebreos 9:27: 27 Y de la manera que está establecido á los hombres que mueran una vez, y después el juicio

Romanos 10:9: 9 Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Hechos 2:38: 38 Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Hechos 2:37-38: 37 Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón, y dijeron á Pedro y á los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Marcos 16:16: 16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo, mas el que no creyere, será condenado.

Marcos 9:43: 43 Y si tu mano te escandalizare, córtala: mejor te es entrar á la vida manco, que teniendo dos manos ir á la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado

Mateo 22:37-39: 37 Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente. 38 Este es el primero y el grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante á éste: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.

Mateo 16:18: 18 Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.

2 Reyes 2:11: 11 Y aconteció que, yendo ellos hablando, he aquí, un carro de fuego con caballos de fuego apartó á los dos: y Elías subió al cielo en un torbellino.

1 Reyes 18:1-46: 18 PASADOS muchos días, fué palabra de Jehová á Elías en el tercer año, diciendo: Ve, muéstrate á Achâb, y yo daré lluvia sobre la haz de la tierra. 2 Fué pues Elías á mostrarse á Achâb. Había á la sazón grande hambre en Samaria. 3 Y Achâb llamó á Abdías su mayordomo, el cual Abdías era en grande manera temeroso de Jehová, 4 Porque cuando Jezabel destruía á los profetas de Jehová, Abdías tomó cien profetas, los cuales escondió de cincuenta en cincuenta por cuevas, y sustentólos á pan y agua. 5 Y dijo Achâb á Abdías: Ve por el país á todas las fuentes de aguas, y á todos los arroyos, que acaso hallaremos grama con que conservemos la vida á los caballos y á las acémilas, para que no nos quedemos sin bestias. 6 Y partieron entre sí el país para recorrerlo: Achâb fué de por sí por un camino, y Abdías fué separadamente por otro. 7 Y yendo Abdías por el camino, topóse con Elías, y como le conoció, postróse sobre su rostro, y dijo: ¿No eres tú mi señor Elías? 8 Y él respondió: Yo soy, ve, di á tu amo: He aquí Elías. 9 Pero él dijo: ¿En qué he pecado, para que tú entregues tu siervo en mano de Achâb para que me mate? 10 Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino donde mi señor no haya enviado á buscarte, y respondiendo ellos: No está aquí, él ha conjurado á reinos y naciones si no te han hallado. 11 ¿Y ahora tú dices: Ve, di á tu amo: Aquí está Elías? 12 Y acontecerá que, luego que yo me haya partido de ti, el espíritu de Jehová te llevará donde yo no sepa, y viniendo yo, y dando las nuevas á Achâb, y no hallándote él, me matará, y tu siervo teme á Jehová desde su mocedad. 13 ¿No ha sido dicho á mi señor lo que hice, cuando Jezabel mataba á los profetas de Jehová que escondí cien: varones de los profetas de Jehová: que escondí cien varones de los profetas de Jehová de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los mantuve á pan y agua? 14 ¿Y ahora dices tú: Ve, di á tu amo: Aquí está Elías: para que él me mate? 15 Y díjole Elías: Vive Jehová de los ejércitos, delante del cual estoy, que hoy me mostraré á él. 16 Entonces Abdías fué á encontrarse con Achâb, y dióle el aviso, y Achâb vino á encontrarse con Elías. 17 Y como Achâb vió á Elías, díjole Achâb: ¿Eres tú el que alborotas á Israel? 18 Y él respondió: Yo no he alborotado á Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo á los Baales. 19 Envía pues ahora y júntame á todo Israel en el monte de Carmelo, y los cuatrocientos y cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de los bosques, que comen de la mesa de Jezabel. 20 Entonces Achâb envió á todos los hijos de Israel, y juntó los profetas en el monte de Carmelo. 21 Y acercándose Elías á todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle, y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra. 22 Y Elías tornó á decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová, mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos y cincuenta hombres. 23 Dénsenos pues dos bueyes, y escójanse ellos el uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, mas no pongan fuego debajo, y yo aprestaré el otro buey, y pondrélo sobre leña, y ningún fuego pondré debajo. 24 Invocad luego vosotros en el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré en el nombre de Jehová: y el Dios que respondiere por fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho. 25 Entonces Elías dijo á los profetas de Baal: Escogeos el un buey, y haced primero, pues que vosotros sois los más: é invocad en el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo. 26 Y ellos tomaron el buey que les fué dado, y aprestáronlo, é invocaron en el nombre de Baal desde la mañana hasta el medio día, diciendo: ­Baal, respóndenos! Mas no había voz, ni quien respondiese, entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. 27 Y aconteció al medio día, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, que dios es: quizá está conversando, ó tiene algún empeño, ó va de camino, acaso duerme, y despertará. 28 Y ellos clamaban á grandes voces, y sajábanse con cuchillos y con lancetas conforme á su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. 29 Y como pasó el medio día, y ellos profetizaran hasta el tiempo del sacrificio del presente, y no había voz, ni quien respondiese ni escuchase, 30 Elías dijo entonces á todo el pueblo: Acercaos á mí. Y todo el pueblo se llegó á él: y él reparó el altar de Jehová que estaba arruinado. 31 Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido palabra de Jehová, diciendo: Israel será tu nomb
e, 32 Edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová: después hizo una reguera alrededor del altar, cuanto cupieran dos satos de simiente. 33 Compuso luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y púsolo sobre la leña. 34 Y dijo: Henchid cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez, y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez, é hiciéronlo la tercera vez. 35 De manera que las aguas corrían alrededor del altar, y había también henchido de agua la reguera. 36 Y como llegó la hora de ofrecerse el holocausto, llegóse el profeta Elías, y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. 37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú volviste atrás el corazón de ellos. 38 Entonces cayó fuego de Jehová, el cual consumió el holocausto, y la leña, y las piedras, y el polvo, y aun lamió las aguas que estaban en la reguera. 39 Y viéndolo todo el pueblo, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ­Jehová es el Dios! ­Jehová es el Dios! 40 Y díjoles Elías: Prended á los profetas de Baal, que no escape ninguno. Y ellos los prendieron, y llevólos Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló. 41 Y entonces Elías dijo á Achâb: Sube, come y bebe, porque una grande lluvia suena. 42 Y Achâb subió á comer y á beber. Y Elías subió á la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. 43 Y dijo á su criado: Sube ahora, y mira hacia la mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió á decir: Vuelve siete veces. 44 Y á la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube de la mar. Y él dijo: Ve, y di á Achâb: Unce y desciende, porque la lluvia no te ataje. 45 Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Achâb, vino á Jezreel. 46 Y la mano de Jehová fué sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y vino corriendo delante de Achâb hasta llegar á Jezreel.

Génesis 22:2: 2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, á quien amas, y vete á tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Génesis 19:24: 24 Entonces llovió Jehová sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos

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