Versículos de la Biblia sobre cómo proteger su corazón

Proverbios 4:23: 23 Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón, Porque de él mana la vida.

Santiago 4:7-8: 7 Someteos pues á Dios, resistid al diablo, y de vosotros huirá. 8 Allegaos á Dios, y él se allegará á vosotros. Pecadores, limpiad las manos, y vosotros de doblado ánimo, purificad los corazones.

Gálatas 5:16: 16 Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne.

Isaías 26:3: 3 Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti se ha confiado.

Mateo 5:8: 8 Bienaventurados los de limpio corazón: porque ellos verán á Dios.

1 Pedro 5:8: 8 Sed templados, y velad, porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando á quien devore

Santiago 3:13-18: 13 ¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? muestre por buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría. 14 Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriés, ni seáis mentirosos contra la verdad: 15 Que esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica. 16 Porque donde hay envidia y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17 Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida. 18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.

1 Corintios 2:9: 9 Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman.

Apocalipsis 19:1-21: 19 DESPUÉS de estas cosas oí una gran voz de gran compañía en el cielo, que decía: Aleluya: Salvación y honra y gloria y potencia al Señor Dios nuestro 2 Porque sus juicios son verdaderos y justos, porque él ha juzgado á la grande ramera, que ha corrompido la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. 3 Y otra vez dijeron: Aleluya. Y su humo subió para siempre jamás. 4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales se postraron en tierra, y adoraron á Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: Amén: Aleluya. 5 Y salió una voz del trono, que decía: Load á nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. 6 Y oí como la voz de una grande compañía, y como el ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya: porque reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso. 7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria, porque son venidas las bodas del Cordero, y su esposa se ha aparejado. 8 Y le fué dado que se vista de lino fino, limpio y brillante: porque el lino fino son las justificaciones de los santos. 9 Y él me dice: Escribe: Bienaventurados los que son llamados á la cena del Cordero. Y me dijo: Estas palabras de Dios son verdaderas. 10 Y yo me eché á sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira que no lo hagas: yo soy siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús: adora á Dios, porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. 11 Y vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco, y el que estaba sentado sobre él, era llamado Fiel y Verdadero, el cual con justicia juzga y pelea. 12 Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas, y tenía un nombre escrito que ninguno entendía sino él mismo. 13 Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio. 15 Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes: y él los regirá con vara de hierro, y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 17 Y vi un ángel que estaba en el sol, y clamó con gran voz, diciendo á todas las aves que volaban por medio del cielo: Venid, y congregaos á la cena del gran Dios, 18 Para que comáis carnes de reyes, y de capitanes, y carnes de fuertes, y carnes de caballos, y de los que están sentados sobre ellos, y carnes de todos, libres y siervos, de pequeños y de grandes 19 Y vi la bestia, y los reyes de la tierra y sus ejércitos, congregados para hacer guerra contra el que estaba sentado sobre el caballo, y contra su ejército. 20 Y la bestia fué presa, y con ella el falso profeta que había hecho las señales delante de ella, con las cuales había engañado á los que tomaron la señal de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego ardiendo en azufre. 21 Y los otros fueron muertos con la espada que salía de la boca del que estaba sentado sobre el caballo, y todas las aves fueron hartas de las carnes de ellos.

Apocalipsis 3:1-22: 3 Y ESCRIBE al ángel de la iglesia en SARDIS: El que tiene los siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus obras que tienes nombre que vives, y estás muerto. 2 Sé vigilante y confirma las otras cosas que están para morir, porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. 3 Acuérdate pues de lo que has recibido y has oído, y guárda lo, y arrepiéntete. Y si no velares, vendré á ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré á ti. 4 Mas tienes unas pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras: y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignos. 5 El que venciere, será vestido de vestiduras blancas, y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. 6 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. 7 Y escribe al ángel de la iglesia en FILADELFIA: Estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: 8 Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar, porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 9 He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás, los que se dicen ser Judíos, y no lo son, mas mienten, he aquí, yo los constreñiré á que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado. 10 Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo, para probar á los que moran en la tierra. 11 He aquí, yo vengo presto, retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. 12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera, y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo. 13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. 14 Y escribe al ángel de la iglesia en LAODICEA: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios: 15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ­Ojalá fueses frío, ó caliente! 16 Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17 Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa, y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo, 18 Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez, y unge tus ojos con colirio, para que veas. 19 Yo reprendo y castigo á todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete. 20 He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo. 21 Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.

3 Juan 1:2: 2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas cosas, y que tengas salud, así como tu alma está en prosperidad.

1 Pedro 2:9: 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas á su luz admirable.

1 Pedro 1:1-25: 1 PEDRO, apóstol de Jesucristo, á los extranjeros esparcidos en Ponto, en Galacia, en Capadocia, en Asia, y en Bithinia, 2 Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicada. 3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 Para una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, reservada en los cielos 5 Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo. 6 En lo cual vosotros os alegráis, estando al presente un poco de tiempo afligidos en diversas tentaciones, si es necesario, 7 Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fuera manifestado: 8 Al cual, no habiendo visto, le amáis, en el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado, 9 Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas. 10 De la cual salud los profetas que profetizaron de la gracia que había de venir á vosotros, han inquirido y diligentemente buscado, 11 Escudriñando cuándo y en qué punto de tiempo significaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual prenunciaba las aflicciones que habían de venir á Cristo, y las glorias después de ellas. 12 A los cuales fué revelado, que no para sí mismos, sino para nosotros administraban las cosas que ahora os son anunciadas de los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo, en las cuales desean mirar los ángeles. 13 Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesucristo os es manifestado: 14 Como hijos obedientes, no conformándoos con los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, 15 Sino como aquel que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación: 16 Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 17 Y si invocáis por Padre á aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conversad en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación: 18 Sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana conversación, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro ó plata, 19 Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación: 20 Ya ordenado de antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postrimeros tiempos por amor de vosotros, 21 Que por él creéis á Dios, el cual le resucitó de los muertos, y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sea en Dios. 22 Habiendo purificado vuestra almas en la obediencia de la verdad, por el Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento, amaos unos á otros entrañablemente de corazón puro: 23 Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, que vive y permanece para siempre. 24 Porque Toda carne es como la hierba, Y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba: Secóse la hierba, y la flor se cayó, 25 Mas la palabra del Señor permanece perpetuamente. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.

2 Timoteo 1:1-18: 1 PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, 2 A Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia, y paz de Dios el Padre y de Jesucristo nuestro Señor. 3 Doy gracias á Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar tengo memoria de ti en mis oraciones noche y día, 4 Deseando verte, acordándome de tus lágrimas, para ser lleno de gozo, 5 Trayendo á la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy cierto que en ti también. 6 Por lo cual te aconsejo que despiertes el don de Dios, que está en ti por la imposición de mis manos. 7 Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza. 8 Por tanto no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, antes sé participante de los trabajos del evangelio según la virtud de Dios, 9 Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme á nuestras obras, mas según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10 Mas ahora es manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte, y sacó á la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 11 Del cual yo soy puesto predicador, y apóstol, y maestro de los Gentiles. 12 Por lo cual asimismo padezco esto: mas no me avergüenzo, porque yo sé á quien he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 13 Retén la forma de las sanas palabras que de mi oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. 14 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que habita en nosotros. 15 Ya sabes esto, que me han sido contrarios todos los que son en Asia, de los cuales son Figello y Hermógenes. 16 Dé el Señor misericordia á la casa de Onesíforo, que muchas veces me refrigeró, y no se avergonzó de mi cadena: 17 Antes, estando él en Roma, me buscó solícitamente, y me halló. 18 Déle el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Efeso, tú lo sabes mejor.

1 Timoteo 5:14-15: 14 Quiero pues, que las que son jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen la casa, que ninguna ocasión den al adversario para maldecir. 15 Porque ya algunas han vuelto atrás en pos de Satanás.

1 Timoteo 3:1-16: 3 PALABRA fiel: Si alguno apetece obispado, buena obra desea. 2 Conviene, pues, que el obispo sea irreprensible, marido de una mujer, solícito, templado, compuesto, hospedador, apto para enseñar, 3 No amador del vino, no heridor, no codicioso de torpes ganancias, sino moderado, no litigioso, ajeno de avaricia, 4 Que gobierne bien su casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad, 5 (Porque el que no sabe gobernar su casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?) 6 No un neófito, porque inflándose no caiga en juicio del diablo. 7 También conviene que tenga buen testimonio de los extraños, porque no caiga en afrenta y en lazo del diablo. 8 Los diáconos asimismo, deben ser honestos, no bilingües, no dados á mucho vino, no amadores de torpes ganancias, 9 Que tengan el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Y éstos también sean antes probados, y así ministren, si fueren sin crimen. 11 Las mujeres asimismo, honestas, no detractoras, templadas, fieles en todo. 12 Los diáconos sean maridos de una mujer, que gobiernen bien sus hijos y sus casas. 13 Porque los que bien ministraren, ganan para sí buen grado, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús. 14 Esto te escribo con esperanza que iré presto á ti: 15 Y si no fuere tan presto, para que sepas cómo te conviene conversar en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad. 16 Y sin cotradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne, ha sido justificado con el Espíritu, ha sido visto de los ángeles, ha sido predicado á los Gentiles, ha sido creído en el mundo, ha sido recibido en gloria.

Efesios 6:15: 15 Y calzados los pies con el apresto del evangelio de paz

Efesios 6:14: 14 Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad, y vestidos de la cota de justicia.

Efesios 6:12-18: 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo. 14 Estad pu
s firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad, y vestidos de la cota de justicia. 15 Y calzados los pies con el apresto del evangelio de paz, 16 Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de salud, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios, 18 Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda instancia y suplicación por todos los santos

Efesios 6:10-12: 10 Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires.

Efesios 4:15: 15 Antes siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todas cosas en aquel que es la cabeza, a saber, Cristo

Gálatas 5:16-26: 16 Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne. 17 Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se oponen la una á la otra, para que no hagáis lo que quisieres. 18 Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, 20 Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, 23 Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley. 24 Porque los que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias. 25 Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu. 26 No seamos codiciosos de vana gloria, irritando los unos á los otros, envidiándose los unos á los otros.

Gálatas 3:1-29: 3 OH Gálatas insensatos! ¿quién os fascinó, para no obedecer á la verdad, ante cuyos ojos Jesucristo fué ya descrito como crucificado entre vosotros? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, ó por el oir de la fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿habiendo comenzado por el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne? 4 ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si empero en vano. 5 Aquel, pues, que os daba el Espíritu, y obraba maravillas entre vosotros ¿hacíalo por las obras de la ley, ó por el oir de la fe? 6 Como Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia. 7 Sabéis por tanto, que los que son de fe, los tales son hijos de Abraham. 8 Y viendo antes la Escritura que Dios por la fe había de justificar á los Gentiles, evangelizó antes á Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9 Luego los de la fe son benditos con el creyente Abraham. 10 Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo de maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11 Mas por cuanto por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá. 12 La ley también no es de la fe, sino, El hombre que los hiciere, vivirá en ellos. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición, (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero:) 14 Para que la bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús, para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu. 15 Hermanos, hablo como hombre: Aunque un pacto sea de hombre, con todo, siendo confirmado, nadie lo cancela, ó le añade. 16 A Abraham fueron hechas las promesas, y á su simiente. No dice: Y á las simientes, como de muchos, sino como de uno: Y á tu simiente, la cual es Cristo. 17 Esto pues digo: Que el contrato confirmado de Dios para con Cristo, la ley que fué hecha cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. 18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa: empero Dios por la promesa hizo la donación á Abraham. 19 ¿Pues de qué sirve la ley? Fué puesta por causa de las rebeliones, hasta que viniese la simiente á quien fué hecha la promesa, ordenada aquélla por los ángeles en la mano de un mediador. 20 Y el mediador no es de uno, pero Dios es uno. 21 ¿Luego la ley es contra las promesas de Dios? En ninguna manera: porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22 Mas encerró la Escritura todo bajo pecado, para que la promesa fuese dada á los creyentes por la fe de Jesucristo. 23 Empero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados para aquella fe que había de ser descubierta. 24 De manera que la ley nuestro ayo fué para llevarnos á Cristo, para que fuésemos justificados por la fe. 25 Mas venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26 Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. 27 Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos. 28 No hay Judío, ni Griego, no hay siervo, ni libre, no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente la simiente de Abraham sois, y conforme á la promesa los herederos.

2 Corintios 10:3-5: 3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne. 4 (Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,) 5 Destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento á la obediencia, de Cristo

Romanos 8:28: 28 Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados.

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