Versículos de la Biblia sobre el baile en la iglesia

Salmos 150:1-6: 150 Aleluya. ALABAD á Dios en su santuario: Alabadle en la extensión de su fortaleza. 2 Alabadle por sus proezas: Alabadle conforme á la muchedumbre de su grandeza. 3 Alabadle á son de bocina: Alabadle con salterio y arpa. 4 Alabadle con adufe y flauta: Alabadle con cuerdas y órgano. 5 Alabadle con címbalos resonantes: Alabadle con címbalos de júbilo. 6 Todo lo que respira alabe á JAH. Aleluya.

Jeremías 31:13: 13 Entonces la virgen se holgará en la danza, los mozos y los viejos juntamente, y su lloro tornaré en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor.

Eclesiastés 3:4: 4 Tiempo de llorar, y tiempo de reir, tiempo de endechar, y tiempo de bailar

Jeremías 31:4: 4 Aun te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel: todavía serás adornada con tus panderos, y saldrás en corro de danzantes.

1 Samuel 18:6-7: 6 Y aconteció que como volvían ellos, cuando David tornó de matar al Filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando, y con danzas, con tamboriles, y con alegrías y sonajas, á recibir al rey Saúl. 7 Y cantaban las mujeres que danzaba, y decían: Saúl hirió sus miles, Y David sus diez miles.

Jueces 11:34: 34 Y volviendo Jephté á Mizpa á su casa, he aquí que su hija le salió á recibir con adufes y danzas, y era la sola, la única suya, no tenía fuera de ella otro hijo ni hija.

Lucas 15:25: 25 Y su hijo el mayor estaba en el campo, el cual como vino, y llegó cerca de casa, oyó la sinfonía y las danzas

Marcos 6:22: 22 Y entrando la hija de Herodías, y danzando, y agradando á Herodes y á los que estaban con él á la mesa, el rey dijo á la muchacha: Pídeme lo que quisieres, que yo te lo daré.

Éxodo 15:1-27: 15 ENTONCES cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico á Jehová, y dijeron: Cantaré yo á Jehová, porque se ha magnificado grandemente, Echando en la mar al caballo y al que en él subía. 2 Jehová es mi fortaleza, y mi canción, Y hame sido por salud: Este es mi Dios, y á éste engrandeceré, Dios de mi padre, y á éste ensalzaré. 3 Jehová, varón de guerra, Jehová es su nombre. 4 Los carros de Faraón y á su ejército echó en la mar, Y sus escogidos príncipes fueron hundidos en el mar Bermejo. 5 Los abismos los cubrieron, Como piedra descendieron á los profundos. 6 Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en fortaleza, Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo. 7 Y con la grandeza de tu poder has trastornado á los que se levantaron contra ti: Enviaste tu furor, los tragó como á hojarasca. 8 Con el soplo de tus narices se amontonaron las aguas, Paráronse las corrientes como en un montón, Los abismos se cuajaron en medio de la mar. 9 El enemigo dijo: Perseguiré, prenderé, repartiré despojos, Mi alma se henchirá de ellos, Sacaré mi espada, destruirlos ha mi mano. 10 Soplaste con tu viento, cubriólos la mar: Hundiéronse como plomo en las impetuosas aguas. 11 ¿Quién como tú, Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en loores, hacedor de maravillas? 12 Extendiste tu diestra, La tierra los tragó. 13 Condujiste en tu misericordia á este pueblo, al cual salvaste, Llevástelo con tu fortaleza á la habitación de tu santuario. 14 Oiránlo los pueblos, y temblarán, Apoderarse ha dolor de los moradores de Palestina. 15 Entonces los príncipes de Edom se turbarán, A los robustos de Moab los ocupará temblor, Abatirse han todos los moradores de Canaán. 16 Caiga sobre ellos temblor y espanto, A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra, Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste. 17 Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, En el lugar de tu morada, que tú has aparejado, oh Jehová, En el santuario del Señor, que han afirmado tus manos. 18 Jehová reinará por los siglos de los siglos. 19 Porque Faraón entró cabalgando con sus carros y su gente de á caballo en la mar, y Jehová volvió á traer las aguas de la mar sobre ellos, mas los hijos de Israel fueron en seco por medio de la mar. 20 Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. 21 Y María les respondía: Cantad á Jehová, porque en extremo se ha engrandecido, Echando en la mar al caballo, y al que en él subía. 22 E hizo Moisés que partiese Israel del mar Bermejo, y salieron al desierto de Shur, y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. 23 Y llegaron á Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas, por eso le pusieron el nombre de Mara. 24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? 25 Y Moisés clamó á Jehová, y Jehová le mostró un árbol, el cual metídolo que hubo dentro de las aguas, las aguas se endulzaron. Allí les dió estatutos y ordenanzas, y allí los probó, 26 Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, é hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído á sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié á los Egipcios te enviaré á ti, porque yo soy Jehová tu Sanador. 27 Y llegaron á Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmas, y asentaron allí junto á las aguas.

Job 38:7: 7 Cuando las estrellas todas del alba alababan, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?

Éxodo 32:19: 19 Y aconteció, que como llegó él al campo, y vió el becerro y las danzas, enardeciósele la ira á Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y quebrólas al pie del monte.

Job 12:1-25: 12 Y RESPONDIO Job, y dijo: 2 Ciertamente que vosotros sois el pueblo, Y con vosotros morirá la sabiduría. 3 También tengo yo seso como vosotros, No soy yo menos que vosotros: ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto? 4 Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca á Dios, y él le responde: Con todo, el justo y perfecto es escarnecido. 5 Aquel cuyos pies van á resbalar, Es como una lámpara despreciada de aquel que está á sus anchuras. 6 Prosperan las tiendas de los ladrones, Y los que provocan á Dios viven seguros, En cuyas manos él ha puesto cuanto tienen. 7 Y en efecto, pregunta ahora á las bestias, que ellas te enseñarán, Y á las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán, 8 O habla á la tierra, que ella te enseñará, Los peces de la mar te lo declararán también. 9 ¿Qué cosa de todas estas no entiende Que la mano de Jehová la hizo? 10 En su mano está el alma de todo viviente, Y el espíritu de toda carne humana. 11 Ciertamente el oído distingue las palabras, Y el paladar gusta las viandas. 12 En los viejos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia. 13 Con Dios está la sabiduría y la fortaleza, Suyo es el consejo y la inteligencia. 14 He aquí, él derribará, y no será edificado: Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra. 15 He aquí, el detendrá las aguas, y se secarán, El las enviará, y destruirán la tierra. 16 Con él está la fortaleza y la existencia, Suyo es el que yerra, y el que hace errar. 17 El hace andar á los consejeros desnudos de consejo, Y hace enloquecer á los jueces. 18 El suelta la atadura de los tiranos, Y ata el cinto á sus lomos. 19 El lleva despojados á los príncipes, Y trastorna á los poderosos. 20 El impide el labio á los que dicen verdad, Y quita á los ancianos el consejo. 21 El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y enflaquece la fuerza de los esforzados. 22 El descubre las profundidades de las tinieblas, Y saca á luz la sombra de muerte. 23 El multiplica las gentes, y él las destruye: El esparce las gentes, y las torna á recoger. 24 El quita el seso de las cabezas del pueblo de la tierra, Y háceles que se pierdan vagueando sin camino: 25 Van á tientas como en tinieblas y sin luz, Y los hace errar como borrachos.

Mateo 14:6: 6 Mas celebrándose el día del nacimiento de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio, y agradó á Herodes.

1 Crónicas 17:1-27: 17 Y ACONTECIO que morando David en su casa, dijo David al profeta Nathán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Jehová debajo de cortinas. 2 Y Nathán dijo á David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios es contigo. 3 En aquella misma noche fué palabra de Dios á Nathán, diciendo: 4 Ve y di á David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite: 5 Porque no he habitado en casa alguna desde el día que saqué á los hijos de Israel hasta hoy, antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo. 6 En todo cuanto anduve con todo Israel ¿hablé una palabra á alguno de los jueces de Israel, á los cuales mandé que apacentasen mi pueblo, para decirles: Por qué no me edificáis una casa de cedro? 7 Por tanto, ahora dirás á mi siervo David: Así dijo Jehová de los ejércitos: Yo te tomé de la majada, de detrás del ganado, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel, 8 Y he sido contigo en todo cuanto has andado, y he talado á todos tus enemigos de delante de ti, y hete hecho grande nombre, como el nombre de los grandes que son en la tiera. 9 Asimismo he dispuesto lugar á mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite por sí, y que no sea más conmovido: ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes, 10 Y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel, mas humilllaré á todos tus enemigos. Hágote además saber que Jehová te ha de edificar casa. 11 Y será que, cuando tus días fueren cumplidos para irte con tus padres, levantaré tu simiente después de ti, la cual será de tus hijos, y afirmaré su reino. 12 El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternalmente. 13 Yo le seré por padre, y él me será por hijo: y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fué antes de ti, 14 Mas yo lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternalmente, y su trono será firme para siempre. 15 Conforme á todas estas palabras, y conforme á toda esta visión, así habló Nathán á David. 16 Y entró el rey David, y estuvo delante de Jehová, y dijo: Jehová Dios, ¿quién soy yo, y cuál es mi casa, que me has traído hasta este lugar? 17 Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para más lejos, y me has mirado como á un hombre excelente, oh Jehová Dios. 18 ¿Qué más puede añadir David pidiendo de ti para glorificar á tu siervo? mas tú conoces á tu siervo. 19 Oh Jehová, por amor de tu siervo y según tu corazón, has hecho toda esta grandeza, para hacer notorias todas tus grandezas. 20 Jehová, no hay semejante á ti, ni hay Dios sino tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos. 21 ¿Y qué gente hay en la tierra como tu pueblo Israel, cuyo Dios fuese y se redimiera un pueblo, para hacerte nombre con grandezas y maravillas, echando las gentes de delante de tu pueblo, que tú rescataste de Egipto? 22 Tú has constituído á tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre, y tú, Jehová, has venido á ser su Dios. 23 Ahora pues, Jehová, la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, sea firme para siempre, y haz como has dicho. 24 Permanezca pues, y sea engrandecido tu nombre para siempre, á fin de que se diga: Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, es Dios para Israel. Y sea la casa de tu siervo David firme delante de ti. 25 Porque tú, Dios mío, revelaste al oído á tu siervo que le has de edificar casa, por eso ha hallado tu siervo motivo de orar delante de ti. 26 Ahora pues, Jehová, tú eres el Dios que has hablado de tu siervo este bien, 27 Y ahora has querido bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti: porque tú, Jehová, la has bendecido, y será bendita para siempre.

Éxodo 32:1-35: 32 MAS viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, allegóse entonces á Aarón, y dijéronle: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque á este Moisés, aquel varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. 2 Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, y de vuestros hijos, y de vuestras hijas, y traédmelos. 3 Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y trajéronlos á Aarón: 4 El cual los tomó de las manos de ellos, y formólo con buril, é hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 5 Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro, y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta á Jehová. 6 Y el día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron pacíficos: y sentóse el pueblo á comer y á beber, y levantáronse á regocijarse. 7 Entonces Jehová dijo á Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de tierra de Egipto se ha corrompido: 8 Presto se han apartado del camino que yo les mandé, y se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y han sacrificado á él, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 9 Dijo más Jehová á Moisés: Yo he visto á este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz: 10 Ahora pues, déjame que se encienda mi furor en ellos, y los consuma: y á ti yo te pondré sobre gran gente. 11 Entonces Moisés oró á la faz de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor en tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran fortaleza, y con mano fuerte? 12 ¿Por qué han de hablar los Egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la haz de la tierra? Vuélvete del furor de tu ira, y arrepiéntete del mal de tu pueblo. 13 Acuérdate de Abraham, de Isaac, y de Israel tus siervos, á los cuales has jurado por ti mismo, y dícholes: Yo multiplicaré vuestra simiente como las estrellas del cielo, y daré á vuestra simiente toda esta tierra que he dicho, y la tomarán por heredad para siempre. 14 Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer á su pueblo. 15 Y volvióse Moisés, y descendió del monte trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados, de una parte y de otra estaban escritas. 16 Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. 17 Y oyendo Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo á Moisés: Alarido de pelea hay en el campo. 18 Y él respondió: No es eco de algazara de fuertes, ni eco de alaridos de flacos: algazara de cantar oigo yo. 19 Y aconteció, que como llegó él al campo, y vió el becerro y las danzas, enardeciósele la ira á Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y quebrólas al pie del monte. 20 Y tomó el becerro que habían hecho, y quemólo en el fuego, y moliólo hasta reducirlo á polvo, que esparció sobre las aguas, y diólo á beber á los hijos de Israel. 21 Y dijo Moisés á Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? 22 Y respondió Aarón: No se enoje mi señor, tú conoces el pueblo, que es inclinado á mal. 23 Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros, que á este Moisés, el varón que nos sacó de tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido. 24 Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y diéronmelo, y echélo en el fuego, y salió este becerro. 25 Y viendo Moisés que el pueblo estaba despojado, porque Aarón lo había despojado para vergüenza entre sus enemigos, 26 Púsose Moisés á la puerta del real, y dijo: ¿Quién es de Jehová? júntese conmigo. Y juntáronse con él todos los hijos de Leví. 27 Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo: pasad y volved de puerta á puerta por el campo, y matad cada uno á su hermano, y á su amigo, y á su pariente. 28 Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés: y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres. 29 Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado á Jehová, porque cada uno se ha consagrado en su hijo, y en su hermano, para que dé él hoy bendición sobre vosotros. 30 Y aconteció que el día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado: mas yo subiré ahora á Jehová, quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado. 31 Entonces volvió Moisés á Jehová, y dijo: Ruégote, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, 32 Que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito. 33 Y Jehová respondió á Moisés: Al que pecare contra mí, á éste raeré yo de mi libro
34 Ve pues ahora, lleva á este pueblo donde te he dicho: he aquí mi ángel irá delante de ti, que en el día de mi visitación yo visitaré en ellos su pecado. 35 Y Jehová hirió al pueblo, porque habían hecho el becerro que formó Aarón.

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