Versículos de la Biblia sobre el legalismo

Efesios 2:8: 8 Porque por gracia sois salvos por la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios

Colosenses 2:20-23: 20 Pues si sois muertos con Cristo cuanto á los rudimentos del mundo, ¿por qué como si vivieseis al mundo, os sometéis á ordenanzas, 21 Tales como, No manejes, ni gustes, ni aun toques, 22 (Las cuales cosas son todas para destrucción en el uso mismo), en conformidad á mandamientos y doctrinas de hombres? 23 Tales cosas tienen á la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, y humildad, y en duro trato del cuerpo, no en alguna honra para el saciar de la carne.

Tito 3:5: 5 No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo

Gálatas 5:13-15: 13 Porque vosotros, hermanos, á libertad habéis sido llamados, solamente que no uséis la libertad como ocasión á la carne, sino servíos por amor los unos á los otros. 14 Porque toda la ley en aquesta sola palabra se cumple: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. 15 Y si os mordéis y os coméis los unos á los otros, mirad que también no os consumáis los unos á los otros.

Romanos 14:1-23: 14 RECIBID al flaco en la fe, pero no para contiendas de disputas. 2 Porque uno cree que se ha de comer de todas cosas: otro que es débil, come legumbres. 3 El que come, no menosprecie al que no come: y el que no come, no juzgue al que come, porque Dios le ha levantado. 4 ¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? para su señor está en pie, ó cae: mas se afirmará, que poderoso es el Señor para afirmarle. 5 Uno hace diferencia entre día y día, otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté asegurado en su ánimo. 6 El que hace caso del día, háce lo para el Señor: y el que no hace caso del día, no lo hace para el Señor. El que come, come para el Señor, porque da gracias á Dios, y el que no come, no come para el Señor, y da gracias á Dios. 7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8 Que si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ó que vivamos, ó que muramos, del Señor somos. 9 Porque Cristo para esto murió, y resucitó, y volvió á vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. 10 Mas tú ¿por qué juzgas á tu hermano? ó tú también, ¿por qué menosprecias á tu hermano? porque todos hemos de estar ante el tribunal de Cristo. 11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que á mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará á Dios. 12 De manera que, cada uno de nosotros dará á Dios razón de sí. 13 Así que, no juzguemos más los unos de los otros: antes bien juzgad de no poner tropiezo ó escándalo al hermano. 14 Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que de suyo nada hay inmundo: mas á aquel que piensa alguna cosa ser inmunda, para él es inmunda. 15 Empero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme á la caridad. No arruines con tu comida á aquél por el cual Cristo murió. 16 No sea pues blasfemado vuestro bien: 17 Que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo por el Espíritu Santo. 18 Porque el que en esto sirve á Cristo, agrada á Dios, y es acepto á los hombres. 19 Así que, sigamos lo que hace á la paz, y á la edificación de los unos á los otros. 20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas á la verdad son limpias: mas malo es al hombre que come con escándalo. 21 Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, ó se ofenda ó sea debilitado. 22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena á sí mismo con lo que aprueba. 23 Mas el que hace diferencia, si comiere, es condenado, porque no comió por fe: y todo lo que no es de fe, es pecado.

Mateo 5:20-48: 20 Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 21 Oísteis que fué dicho á los antiguos: No matarás, mas cualquiera que matare, será culpado del juicio. 22 Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio, y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo, y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego. 23 Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 Deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente. 25 Concíliate con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino, porque no acontezca que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en prisión. 26 De cierto te digo, que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante. 27 Oísteis que fué dicho: No adulterarás: 28 Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 31 También fué dicho: Cualquiera que repudiare á su mujer, déle carta de divorcio: 32 Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casare con la repudiada, comete adulterio. 33 Además habéis oído que fué dicho á los antiguos: No te perjurarás, mas pagarás al Señor tus juramentos. 34 Mas yo os digo: No juréis en ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, 35 Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies, ni por Jerusalem, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer un cabello blanco ó negro. 37 Mas sea vuestro hablar: Sí, sí, No, no, porque lo que es más de esto, de mal procede. 38 Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Mas yo os digo: No resistáis al mal, antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra, 40 Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa, 41 Y á cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pidiere, dale, y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses. 43 Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo. 44 Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen, 45 Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos. 46 Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

2 Corintios 3:6: 6 El cual asimismo nos hizo ministros suficientes de un nuevo pacto: no de la letra, mas del espíritu, porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.

Hebreos 11:6: 6 Empero sin fe es imposible agradar á Dios, porque es menester que el que á Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Romanos 12:2: 2 Y no os conforméis á este siglo, mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Romanos 10:9: 9 Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

1 Pedro 1:15: 15 Sino como aquel que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación

Hebreos 11:1-6: 11 ES pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven. 2 Porque por ella alcanzaron testimonio los antiguos. 3 Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía. 4 Por la fe Abel ofreció á Dios mayor sacrificio que Caín, por la cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio á sus presentes, y difunto, aun habla por ella. 5 Por la fe Enoc fué traspuesto para no ver muerte, y no fué hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado á Dios. 6 Empero sin fe es imposible agradar á Dios, porque es menester que el que á Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Hebreos 11:1: 11 ES pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.

Colosenses 2:8: 8 Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sustilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme á los elementos del mundo, y no según Cristo

Gálatas 5:22-23: 22 Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, 23 Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley.

Gálatas 5:16: 16 Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne.

Gálatas 3:1-3: 3 OH Gálatas insensatos! ¿quién os fascinó, para no obedecer á la verdad, ante cuyos ojos Jesucristo fué ya descrito como crucificado entre vosotros? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, ó por el oir de la fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿habiendo comenzado por el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne?

1 Juan 4:1: 4 AMADOS, no creáis á todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo.

Santiago 1:26-27: 26 Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es esta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.

Colosenses 2:6: 6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él

Romanos 10:13: 13 Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Juan 14:15: 15 Si me amáis, guardad mis mandamientos

Juan 9:1-41: 9 Y PASANDO Jesús, vió un hombre ciego desde su nacimiento. 2 Y preguntáronle sus discípulos, diciendo: Rabbí, ¿quién pecó, éste ó sus padres, para que naciese ciego? 3 Respondió Jesús: Ni éste pecó, ni sus padres: mas para que las obras de Dios se manifiesten en él. 4 Conviéneme obrar las obrar del que me envió, entre tanto que el día dura: la noche viene, cuando nadie puede obrar. 5 Entre tanto que estuviere en el mundo, luz soy del mundo. 6 Esto dicho, escupió en tierra, é hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo sobre los ojos del ciego, 7 Y díjole: Ve, lávate en el estanque de Siloé (que significa, si lo interpretares, Enviado). Y fué entonces, y lavóse, y volvió viendo. 8 Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿no es éste el que se sentaba y mendigaba? 9 Unos decían: Este es, y otros: A él se parece. El decía: Yo soy. 10 Y dijéronle: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? 11 Respondió él y dijo: El hombre que se llama Jesús, hizo lodo, y me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate: y fuí, y me lavé, y recibí la vista. 12 Entonces le dijeron: ¿Dónde está aquél? El dijo: No sé. 13 Llevaron á los Fariseos al que antes había sido ciego. 14 Y era sábado cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. 15 Y volviéronle á preguntar también los Fariseos de qué manera había recibido la vista. Y él les dijo: Púsome lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. 16 Entonces unos de los Fariseos decían: Este hombre no es de Dios, que no guarda el sábado. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. 17 Vuelven á decir al ciego: ¿Tú, qué dices del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta. 18 Mas los Judíos no creían de él, que había sido ciego, y hubiese recibido la vista, hasta que llamaron á los padres del que había recibido la vista, 19 Y preguntáronles, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? 20 Respondiéronles sus padres y dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego: 21 Mas cómo vea ahora, no sabemos, ó quién le haya abierto los ojos, nosotros no lo sabemos, él tiene edad, preguntadle á él, él hablará de sí. 22 Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los Judíos: porque ya los Judíos habían resuelto que si alguno confesase ser él el Mesías, fuese fuera de la sinagoga. 23 Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle á él. 24 Así que, volvieron á llamar al hombre que había sido ciego, y dijéronle: Da gloria á Dios: nosotros sabemos que este hombre es pecador. 25 Entonces él respondió, y dijo: Si es pecador, no lo sé: una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. 26 Y volviéronle á decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? 27 Respondióles: Ya os lo he dicho, y no habéis atendido: ¿por qué lo queréis otra vez oir? ¿queréis también vosotros haceros sus discípulos? 28 Y le ultrajaron, y dijeron: Tú eres su discípulo, pero nosotros discípulos de Moisés somos. 29 Nosotros sabemos que á Moisés habló Dios: mas éste no sabemos de dónde es. 30 Respondió aquel hombre, y díjoles: Por cierto, maravillosa cosa es ésta, que vosotros no sabéis de dónde sea, y á mí me abrió los ojos. 31 Y sabemos que Dios no oye á los pecadores: mas si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, á éste oye. 32 Desde el siglo no fué oído, que abriese alguno los ojos de uno que nació ciego. 33 Si éste no fuera de Dios, no pudiera hacer nada. 34 Respondieron, y dijéronle: En pecados eres nacido todo, ¿y tú nos enseñas? Y echáronle fuera. 35 Oyó Jesús que le habían echado fuera, y hallándole, díjole: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 36 Respondió él, y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? 37 Y díjole Jesús: Y le has visto, y el que habla contigo, él es. 38 Y él dice: Creo, Señor, y adoróle. 39 Y dijo Jesús: Yo, para juicio he venido á este mundo: para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. 40 Y ciertos de los Fariseos que estaban con él oyeron esto, y dijéronle: ¿Somos nosotros también ciegos? 41 Díjoles Jesús: Si fuerais ciegos, no tuvierais pecado: mas ahora porque decís, Vemos, por tanto vuestro pecado permanece.

Mateo 21:23-32: 23 Y como vino al templo, llegáronse á él cuando estaba enseñando, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo, diciendo. ¿Con qué autoridad haces esto? ¿y quién te dió esta autoridad? 24 Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os preguntaré una palabra, la cual si me dijereis, también yo os diré con qué autoridad hago esto. 25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿del cielo, ó de los hombres? Ellos entonces pensaron entre sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué pues no le creísteis? 26 Y si dijéremos, de los hombres, tememos al pueblo, porque todos tienen á Juan por profeta. 27 Y respondiendo á Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Ni yo os digo con qué autoridad hago esto. 28 Mas, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y llegando al primero, le dijo: Hijo, ve hoy á trabajar en mi viña. 29 Y respondiendo él, dijo: No quiero, mas después, arrepentido, fué. 30 Y llegando al otro, le dijo de la misma manera, y respondiendo él, dijo: Yo, señor, voy. Y no fué. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dicen ellos: El primero. Díceles Jesús: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras os van delante al reino de Dios. 32 Porque vino á vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis, y los publicanos y las rameras le creyeron, y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Mateo 15:1-39: 15 ENTONCES llegaron á Jesús ciertos escribas y Fariseos de Jerusalem, diciendo: 2 ¿Por qué tus discípulos traspasan la tradición de los ancianos? porque no se lavan las manos cuando comen pan. 3 Y él respondiendo, les dijo: ¿Por qué también vosotros traspasáis el mandamiento de Dios por vuestr
tradición? 4 Porque Dios mandó, diciendo: Honra al padre y á la madre, y, El que maldijere al padre ó á la madre, muera de muerte. 5 Mas vosotros decís: Cualquiera que dijere al padre ó á la madre: Es ya ofrenda mía á Dios todo aquello con que pudiera valerte, 6 No deberá honrar á su padre ó á su madre con socorro. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. 7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, diciendo: 8 Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón lejos está de mí. 9 Mas en vano me honran, Enseñando doctrinas y mandamientos de hombres. 10 Y llamando á sí las gentes, les dijo: Oid, y entended: 11 No lo que entra en la boca contamina al hombre, mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. 12 Entonces llegándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los Fariseos oyendo esta palabra se ofendieron? 13 Mas respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. 14 Dejadlos: son ciegos guías de ciegos, y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo. 15 Y respondiendo Pedro, le dijo: Decláranos esta parábola. 16 Y Jesús dijo: ¿Aun también vosotros sois sin entendimiento? 17 ¿No entendéis aún, que todo lo que entra en la boca, va al vientre, y es echado en la letrina? 18 Mas lo que sale de la boca, del corazón sale, y esto contamina al hombre. 19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias. 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre: que comer con las manos por lavar no contamina al hombre. 21 Y saliendo Jesús de allí, se fué á las partes de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí una mujer Cananea, que había salido de aquellos términos, clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí, mi hija es malamente atormentada del demonio. 23 Mas él no le respondió palabra. Entonces llegándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despáchala, pues da voces tras nosotros. 24 Y él respondiendo, dijo: No soy enviado sino á las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella vino, y le adoró, diciendo: Señor socórreme. 26 Y respondiendo él, dijo: No es bien tomar el pan de los hijos, y echarlo á los perrillos. 27 Y ella dijo: Sí, Señor, mas los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores. 28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe, sea hecho contigo como quieres. Y fué sana su hija desde aquella hora. 29 Y partido Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea: y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y llegaron á él muchas gentes, que tenían consigo cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos: y los echaron á los pies de Jesús, y los sanó: 31 De manera que se maravillaban las gentes, viendo hablar los mudos, los mancos sanos, andar los cojos, y ver los ciegos: y glorificaron al Dios de Israel. 32 Y Jesús llamando á sus discípulos, dijo: Tengo lástima de la gente, que ya hace tres días que perseveran conmigo, y no tienen qué comer, y enviarlos ayunos no quiero, porque no desmayen en el camino. 33 Entonces sus discípulos le dicen: ¿Dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, que hartemos á tan gran compañía? 34 Y Jesús les dice: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y mandó á las gentes que se recostasen sobre la tierra. 36 Y tomando los siete panes y los peces, haciendo gracias, partió y dió á sus discípulos, y los discípulos á la gente. 37 Y comieron todos, y se hartaron: y alzaron lo que sobró de los pedazos, siete espuertas llenas. 38 Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin las mujeres y los niños. 39 Entonces, despedidas las gentes, subió en el barco: y vino á los términos de Magdalá.

Mateo 12:9-14: 9 Y partiéndose de allí, vino á la sinagoga de ellos. 10 Y he aquí había allí uno que tenía una mano seca: y le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito curar en sábado? por acusarle. 11 Y él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si cayere ésta en una fosa en sábado, no le eche mano, y la levante? 12 Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Así que, lícito es en los sábados hacer bien. 13 Entonces dijo á aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y fué restituída sana como la otra. 14 Y salidos los Fariseos, consultaron contra él para destruirle.

Hebreos 4:12: 12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Juan 8:32: 32 Y conoceréis la verdad, y la verdad os libertará.

Isaías 5:20: 20 Ay de los que á lo malo dicen bueno, y á lo bueno malo, que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz, que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

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