Versículos de la Biblia sobre la búsqueda de marido

Hebreos 13:4: 4 Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, ùmas á los fornicarios y á los adúlteros juzgará Dios.

Isaías 2:1-22: 2 LO que vió Isaías, hijo de Amoz, tocante á Judá y a Jerusalem. 2 Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán á él todas las gentes. 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, á la casa del Dios de Jacob, y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová. 4 Y juzgará entre las gentes, y reprenderá á muchos pueblos, y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces: no alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra. 5 Venid, oh casa de Jacob, y caminemos á la luz de Jehová. 6 Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque son henchidos de oriente, y de agoreros, como los Filisteos, y en hijos ajenos descansan. 7 Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos, ni sus carros tienen número. 8 Además está su tierra llena de ídolos, y á la obra de sus manos se han arrodillado, á lo que fabricaron sus dedos. 9 Y hase inclinado el hombre, y el varón se ha humillado: por tanto no los perdonarás. 10 Métete en la piedra, escóndete en el polvo, de la presencia espantosa de Jehová y del resplandor de su majestad. 11 La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada, y Jehová solo será ensalzado en aquel día. 12 Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, y sobre todo ensalzado, y será abatido: 13 Y sobre todos los cedros del Líbano altos y sublimes, y sobre todos los alcornoques de Basán, 14 Y sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados levantados, 15 Y sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte, 16 Y sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas pinturas preciadas. 17 Y la altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada, y solo Jehová será ensalzado en aquel día. 18 Y quitará totalmente los ídolos. 19 Y meteránse en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la presencia espantosa de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levantare él para herir la tierra. 20 Aquel día arrojará el hombre, á los topos y murciélagos, sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, 21 Y se entrarán en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levantare para herir la tierra. 22 Dejaos del hombre, cuyo hálito está en su nariz, porque ¿de qué es él estimado?

Cantares 1:1-17: 1 CANCION de canciones, la cual es de Salomón. 2 Oh si él me besara con ósculos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino. 3 Por el olor de tus suaves unguüentos, (Ungüento derramado es tu nombre,) Por eso las doncellas te amaron. 4 Llévame en pos de ti, correremos. Metióme el rey en sus cámaras: Nos gozaremos y alegraremos en ti, Acordarémonos de tus amores más que del vino: Los rectos te aman. 5 Morena soy, oh hijas de Jerusalem, Mas codiciable, Como las cabañas de Cedar, Como las tiendas de Salomón. 6 No miréis en que soy morena, Porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí, Hiciéronme guarda de viñas, Y mi viña, que era mía, no guardé. 7 Hazme saber, ó tú á quien ama mi alma, Dónde repastas, dónde haces tener majada al medio día: Porque, ¿por qué había yo de estar como vagueando Tras los rebaños de tus compañeros? 8 Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, Sal, yéndote por las huellas del rebaño, Y apacienta tus cabritas junto á las cabañas de los pastores. 9 A yegua de los carros de Faraón Te he comparado, amiga mía. 10 Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, Tu cuello entre los collares. 11 Zarcillos de oro te haremos, Con clavos de plata. 12 Mientras que el rey estaba en su reclinatorio, Mi nardo dió su olor. 13 Mi amado es para mí un manojito de mirra, Que reposa entre mis pechos. 14 Racimo de copher en las viñas de Engadi Es para mí mi amado. 15 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía, He aquí que eres bella: tus ojos de paloma. 16 He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y suave: Nuestro lecho también florido. 17 Las vigas de nuestra casa son de cedro, Y de ciprés los artesonados.

Números 2:1-34: 2 Y HABLO Jehová á Moisés y á Aarón, diciendo: 2 Los hijos de Israel acamparán cada uno junto á su bandera, según las enseñas de las casas de sus padres, alrededor del tabernáculo del testimonio acamparán. 3 Estos acamparán al levante, al oriente: la bandera del ejército de Judá, por sus escuadrones, y el jefe de los hijos de Judá, Naasón hijo de Aminadab: 4 Su hueste, con los contados de ellos, setenta y cuatro mil y seiscientos. 5 Junto á él acamparán los de la tribu de Issachâr: y el jefe de los hijos de Issachâr, Nathanael hijo de Suar, 6 Y su hueste, con sus contados, cincuenta y cuatro mil y cuatrocientos: 7 Y la tribu de Zabulón: y el jefe de los hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón, 8 Y su hueste, con sus contados, cincuenta y siete mil y cuatrocientos. 9 Todos los contados en el ejército de Judá, ciento ochenta y seis mil y cuatrocientos, por sus escuadrones, irán delante. 10 La bandera del ejército de Rubén al mediodía, por sus escuadrones: y el jefe de los hijos de Rubén, Elisur hijo de Sedeur, 11 Y su hueste, sus contados, cuarenta y seis mil y quinientos. 12 Y acamparán junto á él los de la tribu de Simeón: y el jefe de los hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisaddai, 13 Y su hueste, con los contados de ellos, cincuenta y nueve mil y trescientos: 14 Y la tribu de Gad: y el jefe de los hijos de Gad, Eliasaph hijo de Rehuel, 15 Y su hueste, con los contados de ellos, cuarenta y cinco mil seiscientos y cincuenta. 16 Todos los contados en el ejército de Rubén, ciento cincuenta y un mil cuatrocientos y cincuenta, por sus escuadrones, irán los segundos. 17 Luego irá el tabernáculo del testimonio, el campo de los Levitas en medio de los ejércitos: de la manera que asientan el campo, así caminarán, cada uno en su lugar, junto á sus banderas. 18 La bandera del ejército de Ephraim por sus escuadrones, al occidente: y el jefe de los hijos de Ephraim, Elisama hijo de Ammiud, 19 Y su hueste, con los contados de ellos, cuarenta mil y quinientos. 20 Junto á él estará la tribu de Manasés, y el jefe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur, 21 Y su hueste, con los contados de ellos, treinta y dos mil y doscientos: 22 Y la tribu de Benjamín: y el jefe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeón, 23 Y su hueste, con los contados de ellos, treinta y cinco mil y cuatrocientos. 24 Todos los contados en el ejército de Ephraim, ciento ocho mil y ciento, por sus escuadrones, irán los terceros. 25 La bandera del ejército de Dan estará al aquilón, por sus escuadrones: y el jefe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo de Amisaddai, 26 Y su hueste, con los contados de ellos, sesenta y dos mil y setecientos. 27 Junto á él acamparán los de la tribu de Aser: y el jefe de los hijos de Aser, Phegiel hijo de Ocrán, 28 Y su hueste, con los contados de ellos, cuarenta y un mil y quinientos: 29 Y la tribu de Nephtalí: y el jefe de los hijos de Nephtalí, Ahira hijo de Enán, 30 Y su hueste, con los contados de ellos, cincuenta y tres mil y cuatrocientos. 31 Todos los contados en el ejército de Dan, ciento cincuenta y siete mil y seiscientos: irán los postreros tras sus banderas. 32 Estos son los contados de los hijos de Israel, por las casas de sus padres: todos los contados por ejércitos, por sus escuadrones, seiscientos tres mil quinientos y cincuenta. 33 Mas los Levitas no fueron contados entre los hijos de Israel, como Jehová lo mandó á Moisés. 34 E hicieron los hijos de Israel conforme á todas las cosas que Jehová mandó á Moisés, así asentaron el campo por sus banderas, y así marcharon cada uno por sus familias, según las casas de sus padres.

Romanos 6:1-23: 6 ¿PUES qué diremos? Perseveraremos en pecado para que la gracia crezca? 2 En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él á muerte por el bautismo, para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. 5 Porque si fuimos plantados juntamente en él á la semejanza de su muerte, así también lo seremos á la de su resurrección: 6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fué crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, á fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que es muerto, justificado es del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él, 9 Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere: la muerte no se enseñoreará más de él. 10 Porque el haber muerto, al pecado murió una vez, mas el vivir, á Dios vive. 11 Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos á Dios en Cristo Jesús Señor nuestro. 12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias, 13 Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumento de iniquidad, antes presentaos á Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros á Dios por instrumentos de justicia. 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. 15 ¿Pues qué? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo de la ley, sino bajo de la gracia? En ninguna manera. 16 ¿No sabéis que á quien os prestáis vosotros mismos por siervos para obedecer le, sois siervos de aquel á quien obedecéis, ó del pecado para muerte, ó de la obediencia para justicia? 17 Empero gracias á Dios, que aunque fuistes siervos del pecado, habéis obedecido de corazón á aquella forma de doctrina á la cual sois entregados, 18 Y libertados del pecado, sois hechos siervos de la justicia. 19 Humana cosa digo, por la flaqueza de vuestra carne: que como para iniquidad presentasteis vuestros miembros á servir á la inmundicia y á la iniquidad, así ahora para santidad presentéis vuestros miembros á servir á la justicia. 20 Porque cuando fuisteis siervos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21 ¿Qué fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? porque el fin de ellas es muerte. 22 Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos á Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y por fin la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Isaías 64:1-12: 64 OH si rompiese los cielos, y descendieras, y á tu presencia se escurriesen los montes, 2 Como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre á tus enemigos, y las gentes temblasen á tu presencia! 3 Cuando, haciendo terriblezas cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti. 4 Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera. 5 Saliste al encuentro al que con alegría obraba justicia, á los que se acordaban de ti en tus caminos: he aquí, tú te enojaste porque pecamos, en esos hay perpetuidad, y seremos salvos. 6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia, y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. 7 Y nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para tenerte, por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades. 8 Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre, nosotros lodo, y tú el que nos formaste, así que obra de tus manos, todos nosotros. 9 No te aires, oh Jehová, sobremanera, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad: he aquí mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros. 10 Tus santas ciudades están desiertas, Sión es un desierto, Jerusalem una soledad. 11 La casa de nuestro santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fué consumida al fuego, y todas nuestras cosas preciosas han sido destruídas. 12 ¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿callarás, y nos afligirás sobremanera?

Comments

comments