Versículos de la Biblia sobre la dirección

Proverbios 3:5-6: 5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no estribes en tu prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.

Isaías 11:2: 2 Y reposará sobre él el espíritu de Jehová, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

Jeremías 1:7-8: 7 Y díjome Jehová: No digas, soy niño, porque á todo lo que te enviaré irás tú, y dirás todo lo que te mandaré. 8 No temas delante de ellos, porque contigo soy para librarte, dice Jehová.

Deuteronomio 1:32-33: 32 Y aun con esto no creisteis en Jehová vuestro Dios, 33 El cual iba delante de vosotros por el camino, para reconoceros el lugar donde habíais de asentar el campo, con fuego de noche para mostraros el camino por donde aduvieseis, y con nube de día.

Juan 6:35: 35 Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que á mí viene, nunca tendrá hambre, y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Hebreos 10:19-20: 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de Jesucristo, 20 Por el camino que él nos consagró nuevo y vivo, por el velo, esto es, por su carne

Job 33:14-15: 14 Sin embargo, en una ó en dos maneras habla Dios, Mas el hombre no entiende. 15 Por sueño de visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho

Job 33:12-25: 12 He aquí en esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre. 13 ¿Por qué tomaste pleito contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. 14 Sin embargo, en una ó en dos maneras habla Dios, Mas el hombre no entiende. 15 Por sueño de visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho, 16 Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo, 17 Para quitar al hombre de su obra, Y apartar del varón la soberbia. 18 Detendrá su alma de corrupción, Y su vida de que pase á cuchillo. 19 También sobre su cama es castigado Con dolor fuerte en todos sus huesos, 20 Que le hace que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave. 21 Su carne desfallece sin verse, Y sus huesos, que antes no se veían, aparecen. 22 Y su alma se acerca al sepulcro, Y su vida á los que causan la muerte. 23 Si tuviera cerca de él Algún elocuente anunciador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber, 24 Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención: 25 Enterneceráse su carne más que de niño, Volverá á los días de su mocedad.

1 Corintios 6:19: 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Marcos 8:25-26: 25 Luego le puso otra vez las manos sobre sus ojos, y le hizo que mirase, y fué restablecido, y vió de lejos y claramente á todos. 26 Y envióle á su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas á nadie en la aldea.

Jeremías 29:11: 11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

1 Pedro 4:11: 11 Si alguno habla, hable conforme á las palabras de Dios, si alguno ministra, ministre conforme á la virtud que Dios suministra: para que en todas cosas sea Dios glorificado por Jesucristo, al cual es gloria é imperio para siempre jamás. Amén.

Hechos 26:4-29: 4 Mi vida pues desde la mocedad, la cual desde el principio fué en mi nación, en Jerusalem, todos los Judíos la saben: 5 Los cuales tienen ya conocido que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme á la más rigurosa secta de nuestra religión he vivido Fariseo. 6 Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios á nuestros padres, soy llamado en juicio, 7 A la cual promesa nuestras doce tribus, sirviendo constantemente de día y de noche, esperan que han de llegar. Por la cual esperanza, oh rey Agripa, soy acusado de los Judíos. 8 Qué! ¿Júzgase cosa increíble entre vosotros que Dios resucite los muertos? 9 Yo ciertamente había pensando deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret: 10 Lo cual también hice en Jerusalem, y yo encerré en cárcel es á muchos de los santos, recibida potestad de los príncipes de los sacerdotes, y cuando eran matados, yo dí mi voto. 11 Y muchas veces, castigándolos por todas las sinagogas, los forcé á blasfemar, y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extrañas. 12 En lo cual ocupado, yendo á Damasco con potestad y comisión de los príncipes de los sacerdotes, 13 En mitad del día, oh rey, vi en el camino una luz del cielo, que sobrepujaba el resplandor del sol, la cual me rodeó y á los que iban conmigo. 14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebraica: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones. 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, á quien tú persigues. 16 Mas levántate, y ponte sobre tus pies, porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que apareceré á ti: 17 Librándote del pueblo y de los Gentiles, á los cuales ahora te envío, 18 Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas á la luz, y de la potestad de Satanás á Dios, para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados y suerte entre los santificados. 19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fuí rebelde á la visión celestial: 20 Antes anuncié primeramente á los que están en Damasco, y Jerusalem, y por toda la tierra de Judea, y á los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen á Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. 21 Por causa de esto los Judíos, tomándome en el templo, tentaron matarme. 22 Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio á pequeños y á grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir: 23 Que Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y á los Gentiles. 24 Y diciendo él estas cosas en su defensa, Festo á gran voz dijo: Estás loco, Pablo: las muchas letras te vuelven loco. 25 Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de templanza. 26 Pues el rey sabe estas cosas, delante del cual también hablo confiadamente. Pues no pienso que ignora nada de esto, pues no ha sido esto hecho en algún rincón. 27 ¿Crees, rey Agripa, á los profetas? Yo sé que crees. 28 Entonces Agripa dijo á Pablo: Por poco me persuades á ser Cristiano. 29 Y Pablo dijo: ­Pluguiese á Dios que por poco ó por mucho, no solamente tú, mas también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas prisiones!

Cantares 1:1-17: 1 CANCION de canciones, la cual es de Salomón. 2 Oh si él me besara con ósculos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino. 3 Por el olor de tus suaves unguüentos, (Ungüento derramado es tu nombre,) Por eso las doncellas te amaron. 4 Llévame en pos de ti, correremos. Metióme el rey en sus cámaras: Nos gozaremos y alegraremos en ti, Acordarémonos de tus amores más que del vino: Los rectos te aman. 5 Morena soy, oh hijas de Jerusalem, Mas codiciable, Como las cabañas de Cedar, Como las tiendas de Salomón. 6 No miréis en que soy morena, Porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí, Hiciéronme guarda de viñas, Y mi viña, que era mía, no guardé. 7 Hazme saber, ó tú á quien ama mi alma, Dónde repastas, dónde haces tener majada al medio día: Porque, ¿por qué había yo de estar como vagueando Tras los rebaños de tus compañeros? 8 Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, Sal, yéndote por las huellas del rebaño, Y apacienta tus cabritas junto á las cabañas de los pastores. 9 A yegua de los carros de Faraón Te he comparado, amiga mía. 10 Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, Tu cuello entre los collares. 11 Zarcillos de oro te haremos, Con clavos de plata. 12 Mientras que el rey estaba en su reclinatorio, Mi nardo dió su olor. 13 Mi amado es para mí un manojito de mirra, Que reposa entre mis pechos. 14 Racimo de copher en las viñas de Engadi Es para mí mi amado. 15 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía, He aquí que eres bella: tus ojos de paloma. 16 He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y suave: Nuestro lecho también florido. 17 Las vigas de nuestra casa son de cedro, Y de ciprés los artesonados.

Proverbios 22:6: 6 Instruye al niño en su carrera: Aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.

Daniel 2:23: 23 A ti, oh Dios de mis padres, confieso y te alabo, que me diste sabiduría y fortaleza, y ahora me enseñaste lo que te pedimos, pues nos has enseñado el negocio del rey.

Isaías 48:17-18: 17 Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que andas. 18 Ojalá miraras tú á mis mandamientos! fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas de la mar.

Génesis 12:1-7: 12 EMPERO Jehová había dicho á Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, á la tierra que te mostraré, 2 Y haré de ti una nación grande, y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición: 3 Y bendeciré á los que te bendijeren, y á los que te maldijeren maldeciré: y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4 Y fuése Abram, como Jehová le dijo, y fué con él Lot: y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. 5 Y tomó Abram á Sarai su mujer, y á Lot hijo de su hermano, y toda su hacienda que habían ganado, y las almas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir á tierra de Canaán, y á tierra de Canaán llegaron. 6 Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Sichêm, hasta el valle de Moreh: y el Cananeo estaba entonces en la tierra. 7 Y apareció Jehová á Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta tierra. Y edificó allí un altar á Jehová, que le había aparecido.

Efesios 6:4: 4 Y vosotros, padres, no provoquéis á ira á vuestros hijos, sino fhhijos, sino fh amonestación del Señor.

Efesios 1:11: 11 En él digo, en quien asimismo tuvimos suerte, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad

Hechos 18:9-12: 9 Entonces él Señor dijo de noche en visión á Pablo: No temas, sino habla, y no calles: 10 Porque yo estoy contigo, y ninguno te podrá hacer mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. 11 Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios. 12 Y siendo Galión procónsul de Acaya, los Judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal

Hechos 18:4-11: 4 Y disputaba en la sinagoga todos los sábados, y persuadía á Judíos y á Griegos. 5 Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba constreñido por la palabra, testificando á los Judíos que Jesús era el Cristo. 6 Mas contradiciendo y blasfemando ellos, les dijo: sacudiendo sus vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra cabeza, yo, limpio, desde ahora me iré á los Gentiles. 7 Y partiendo de allí, entró en casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la casa del cual estaba junto á la sinagoga. 8 Y Crispo, él prepósito de la sinagoga, creyó al Señor con toda su casa: y muchos de los Corintios oyendo creían, y eran bautizados. 9 Entonces él Señor dijo de noche en visión á Pablo: No temas, sino habla, y no calles: 10 Porque yo estoy contigo, y ninguno te podrá hacer mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. 11 Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios.

Lucas 24:1-53: 24 Y EL primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las drogas aromáticas que habían aparejado, y algunas otras mujeres con ellas. 2 Y hallaron la piedra revuelta del sepulcro. 3 Y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Y aconteció, que estando ellas espantadas de esto, he aquí se pararon junto á ellas dos varones con vestiduras resplandecientes, 5 Y como tuviesen ellas temor, y bajasen el rostro á tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6 No está aquí, mas ha resucitado: acordaos de lo que os habló, cuando aun estaba en Galilea, 7 Diciendo: Es menester que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. 8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras, 9 Y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas á los once, y á todos los demás. 10 Y eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, las que dijeron estas cosas á los apóstoles. 11 Mas á ellos les parecían como locura las palabras de ellas, y no las creyeron. 12 Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro: y como miró dentro, vió solos los lienzos echados, y se fué maravillándose de lo que había sucedido. 13 Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día á una aldea que estaba de Jerusalem sesenta estadios, llamada Emmaús. 14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acaecido. 15 Y aconteció que yendo hablando entre sí, y preguntándose el uno al otro, el mismo Jesús se llegó, é iba con ellos juntamente. 16 Mas los ojos de ellos estaban embargados, para que no le conociesen. 17 Y díjoles: ¿Qué pláticas son estas que tratáis entre vosotros andando, y estáis tristes? 18 Y respondiendo el uno, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Tú sólo peregrino eres en Jerusalem, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido estos días? 19 Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, el cual fué varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo, 20 Y cómo le entregaron los príncipes de los sacerdotes y nuestros príncipes á condenación de muerte, y le crucificaron. 21 Mas nosotros esperábamos que él era el que había de redimir á Israel: y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer día que esto ha acontecido. 22 Aunque también unas mujeres de los nuestros nos han espantado, las cuales antes del día fueron al sepulcro: 23 Y no hallando su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, los cuales dijeron que él vive. 24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, más á él no le vieron. 25 Entonces él les dijo: ­Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían. 28 Y llegaron á la aldea á donde iban: y él hizo como que iba más lejos. 29 Mas ellos le detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró pues á estarse con ellos. 30 Y aconteció, que estando sentado con ellos á la mesa, tomando el pan, bendijo, y partió, y dióles. 31 Entonces fueron abiertos los ojos de ellos, y le conocieron, mas él se desapareció de los ojos de ellos. 32 Y decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? 33 Y levantándose en la misma hora, tornáronse á Jerusalem, y hallaron á los once reunidos, y á los que estaban con ellos. 34 Que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido á Simón. 35 Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo había sido conocido de ellos al partir el pan. 36 Y entre tanto que ellos hablaban estas cosas, él se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz á vosotros. 37 Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veían espíritu. 38 Mas él les dice: ¿Por qué estáis turbados, y suben pensamientos á vuestros corazones? 39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy: palpad, y ved, que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. 40 Y en diciendo esto, les mostró las manos y los pies. 41 Y no creyéndolo aún ellos de gozo, y maravillados, díjoles: ¿Tenéis aquí algo de comer? 42 Entonces ellos le presentaron parte de un pez asado, y un panal de miel. 43 Y él tomó, y comió delante de ellos. 44 Y él les dijo: Estas son las palabras que os hablé, e
tando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos. 45 Entonces les abrió el sentido, para que entendiesen las Escrituras, 46 Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día, 47 Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalem. 48 Y vosotros sois testigos de estas cosas. 49 Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalem, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto. 50 Y sacólos fuera hasta Bethania, y alzando sus manos, los bendijo. 51 Y aconteció que bendiciéndolos, se fué de ellos, y era llevado arriba al cielo. 52 Y ellos, después de haberle adorado, se volvieron á Jerusalem con gran gozo, 53 Y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo á Dios. Amén.

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