Versículos de la Biblia sobre la inequidad

Levítico 19:11: 11 No hurtaréis, y no engañaréis, ni mentiréis ninguno á su prójimo.

1 Pedro 2:9: 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas á su luz admirable.

Gálatas 3:28: 28 No hay Judío, ni Griego, no hay siervo, ni libre, no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Hechos 2:17-18: 17 Y será en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, Y vuestros mancebos verán visiones, Y vuestros viejos soñarán sueños: 18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

Éxodo 20:13: 13 No matarás.

Génesis 3:15: 15 Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya, ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Judas 1:6: 6 Y á los ángeles que no guardaron su dignidad, mas dejaron su habitación, los ha reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día

1 Pedro 4:10-11: 10 Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo á los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios. 11 Si alguno habla, hable conforme á las palabras de Dios, si alguno ministra, ministre conforme á la virtud que Dios suministra: para que en todas cosas sea Dios glorificado por Jesucristo, al cual es gloria é imperio para siempre jamás. Amén.

1 Pedro 3:7: 7 Vosotros maridos, semejantemente, habitad con ellas según ciencia, dando honor á la mujer como á vaso más frágil, y como á herederas juntamente de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean impedidas.

1 Pedro 2:5: 5 Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa espitirual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables á Dios por Jesucristo.

1 Timoteo 3:12: 12 Los diáconos sean maridos de una mujer, que gobiernen bien sus hijos y sus casas.

1 Timoteo 2:12: 12 Porque no permito á la mujer enseñar, ni tomar autoridad sobre el hombre, sino estar en silencio.

1 Timoteo 2:5: 5 Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre

Gálatas 3:26-28: 26 Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. 27 Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos. 28 No hay Judío, ni Griego, no hay siervo, ni libre, no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

1 Corintios 14:34-35: 34 Vuestras mujeres callen en las congregaciones, porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley dice. 35 Y si quieren aprender alguna cosa, pregunten en casa á sus maridos, porque deshonesta cosa es hablar una mujer en la congregación.

1 Corintios 11:3: 3 Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.

Hechos 10:34-35: 34 Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: Por verdad hallo que Dios no hace acepción de personas, 35 Sino que de cualquiera nación que le teme y obra justicia, se agrada.

Juan 14:6: 6 Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.

Lucas 22:25-27: 25 Entonces él les dijo: Los reyes de las gentes se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen potestad, son llamados bienhechores: 26 Mas vosotros, no así: antes el que es mayor entre vosotros, sea como el más mozo, y el que es príncipe, como el que sirve. 27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta á la mesa, ó el que sirve? ¿No es el que se sienta á la mesa? Y yo soy entre vosotros como el que sirve.

Lucas 16:1-31: 16 Y DIJO también á sus discípulos: Había un hombre rico, el cual tenía un mayordomo, y éste fué acusado delante de él como disipador de sus bienes. 2 Y le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo. 3 Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ¿Qué haré? que mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo, mendigar, tengo vergüenza. 4 Yo sé lo que haré para que cuando fuere quitado de la mayordomía, me reciban en sus casas. 5 Y llamando á cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero: ¿Cuánto debes á mi señor? 6 Y él dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu obligación, y siéntate presto, y escribe cincuenta. 7 Después dijo á otro: ¿Y tú, cuánto debes? Y él dijo: Cien coros de trigo. Y él le dijo: Toma tu obligación, y escribe ochenta. 8 Y alabó el señor al mayordomo malo por haber hecho discretamente, porque los hijos de este siglo son en su generación más sagaces que los hijos de luz. 9 Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de maldad, para que cuando faltareis, os reciban en las moradas eternas. 10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel: y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. 11 Pues si en las malas riquezas no fuísteis fieles. ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? 13 Ningún siervo puede servir á dos señores, porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir á Dios y á las riquezas. 14 Y oían también todas estas cosas los Fariseos, los cuales eran avaros, y se burlaban de él. 15 Y díjoles: Vosotros sois los que os justificáis á vosotros mismos delante de los hombres, mas Dios conoce vuestros corazones, porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación. 16 La ley y los profetas hasta Juan: desde entonces el reino de Dios es anunciado, y quienquiera se esfuerza á entrar en él. 17 Empero más fácil cosa es pasar el cielo y la tierra, que frustrarse un tilde de la ley. 18 Cualquiera que repudia á su mujer, y se casa con otra, adultera: y el que se casa con la repudiada del marido, adultera. 19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado á la puerta de él, lleno de llagas, 21 Y deseando hartarse de las migajas que caían de la mesa del rico, y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Y aconteció que murió el mendigo, y fué llevado por los ángeles al seno de Abraham: y murió también el rico, y fué sepultado. 23 Y en el infierno alzó sus ojos, estando en los tormentos, y vió á Abraham de lejos, y á Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía á Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua, porque soy atormentado en esta llama. 25 Y díjole Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males, mas ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Y además de todo esto, una grande sima está constituída entre nosotros y vosotros, que los que quisieren pasar de aquí á vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27 Y dijo: Ruégote pues, padre, que le envíes á la casa de mi padre, 28 Porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, porque no vengan ellos también á este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dice: A Moisés y á los profetas tienen: óiganlos. 30 El entonces dijo: No, padre Abraham: mas si alguno fuere á ellos de los muertos, se arrepentirán. 31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen á Moisés y á los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos.

Marcos 10:42-45: 42 Mas Jesús, llamándolos, les dice: Sabéis que los que se ven ser príncipes entre las gentes, se enseñorean de ellas, y los que entre ellas son grandes, tienen sobre ellas potestad. 43 Mas no será así entre vosotros: antes cualquiera que quisiere hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor, 44 Y cualquiera de vosotros que quisiere hacerse el primero, será siervo de todos. 45 Porque el Hijo del hombre tampoco vino para ser servido, mas para servir, y dar su vida en rescate por muchos.

Marcos 9:23: 23 Y Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo es posible.

Mateo 18:1-35: 18 EN aquel tiempo se llegaron los discípulos á Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? 2 Y llamando Jesús á un niño, le puso en medio de ellos, 3 Y dijo: De cierto os digo, que si no os volviereis, y fuereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4 Así que, cualquiera que se humillare como este niño, éste es el mayor en el reino de los cielos. 5 Y cualquiera que recibiere á un tal niño en mi nombre, á mí recibe. 6 Y cualquiera que escandalizare á alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le anegase en el profundo de la mar. 7 Ay del mundo por los escándalos! porque necesario es que vengan escándalos, mas ­ay de aquel hombre por el cual viene el escándalo! 8 Por tanto, si tu mano ó tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo y echaló de ti: mejor te es entrar cojo ó manco en la vida, que teniendo dos manos ó dos pies ser echado en el fuego eterno. 9 Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo y échalo de ti: mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno del fuego. 10 Mirad no tengáis en poco á alguno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que está en los cielos. 11 Porque el Hijo del hombre ha venido para salvar lo que se había perdido. 12 ¿Qué os parece? Si tuviese algún hombre cien ovejas, y se descarriase una de ellas, ¿no iría por los montes, dejadas las noventa y nueve, á buscar la que se había descarriado? 13 Y si aconteciese hallarla, de cierto os digo, que más se goza de aquélla, que de las noventa y nueve que no se descarriaron. 14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños. 15 Por tanto, si tu hermano pecare contra ti, ve, y redargúyele entre ti y él solo: si te oyere, has ganado á tu hermano. 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo uno ó dos, para que en boca de dos ó de tres testigos conste toda palabra. 17 Y si no oyere á ellos, dilo á la iglesia: y si no oyere á la iglesia, tenle por étnico y publicano. 18 De cierto os digo que todo lo que ligareis en la tierra, será ligado en el cielo, y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo. 19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se convinieren en la tierra, de toda cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde están dos ó tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos. 21 Entonces Pedro, llegándose á él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré á mi hermano que pecare contra mí? ¿hasta siete? 22 Jesús le dice: No te digo hasta siete, mas aun hasta setenta veces siete. 23 Por lo cual, el reino de los cielos es semejante á un hombre rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24 Y comenzando á hacer cuentas, le fué presentado uno que le debía diez mil talentos. 25 Mas á éste, no pudiendo pagar, mandó su señor venderle, y á su mujer é hijos, con todo lo que tenía, y que se le pagase. 26 Entonces aquel siervo, postrado, le adoraba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 27 El señor, movido á misericordia de aquel siervo, le soltó y le perdonó la deuda. 28 Y saliendo aquel siervo, halló á uno de sus consiervos, que le debía cien denarios, y trabando de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que debes. 29 Entonces su consiervo, postrándose á sus pies, le rogaba, diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 30 Mas él no quiso, sino fué, y le echó en la cárcel hasta que pagase la deuda. 31 Y viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y viniendo, declararon á su señor todo lo que había pasado. 32 Entonces llamándole su señor, le dice: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste: 33 ¿No te convenía también á ti tener misericordia de tu consiervo, como también yo tuve misericordia de ti? 34 Entonces su señor, enojado, le entregó á los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. 35 Así también hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonareis de vuestros corazones cada uno á su hermano sus ofensas.

Mateo 5:31-32: 31 También fué dicho: Cualquiera que repudiare á su mujer, déle carta de divorcio: 32 Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casare con la repudiada, comete adulterio.

Malaquías 2:16: 16 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece que sea repudiada, y cubra la iniquidad con su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos pues en vuestros espíritus, y no seáis desleales.

Ezequiel 16:1-63: 16 Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo del hombre, notifica á Jerusalem sus abominaciones, 3 Y di: Así ha dicho el Señor Jehová sobre Jerusalem: Tu habitación y tu raza fué de la tierra de Canaán, tu padre Amorrheo, y tu madre Hethea. 4 Y cuanto á tu nacimiento, el día que naciste no fué cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para atemperarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. 5 No hubo ojo que se compadeciese de ti, para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia, sino que fuiste echada sobre la haz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. 6 Y yo pasé junto á ti, y te vi sucia en tus sangres, y díjete: En tus sangres, vive, vive, díjete, en tus sangres. 7 En millares como la hierba del campo te puse, y fuiste aumentada y engrandecida, y viniste á ser adornada grandemente, los pechos te crecieron, y tu pelo brotó, mas tú estabas desnuda y descubierta. 8 Y pasé yo junto á ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores, y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez, y díte juramento, y entré en concierto contigo, dice el Señor Jehová, y fuiste mía: 9 Y te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y ungíte con aceite, 10 Y te vestí de bordado, y te calcé de tejón, y ceñíte de lino, y te vestí de seda. 11 Y te atavíe con ornamentos, y puse ajorcas en tus brazos, y collar á tu cuello, 12 Y puse joyas sobre tus narices, y zarcillos en tus orejas, y diadema de hermosura en tu cabeza. 13 Y fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido fué lino, y seda, y bordado, comiste flor de harina de trigo, y miel, y aceite, y fuiste hermoseada en extremo, y has prosperado hasta reinar. 14 Y salióte nombradía entre las gentes á causa de tu hermosura, porque era perfecta, á causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice el Señor Jehová. 15 Mas confiaste en tu hermosura, y fornicaste á causa de tu nombradía, y derramaste tus fornicaciones á cuantos pasaron, suya eras. 16 Y tomaste de tus vestidos, e hicístete diversos altos lugares, y fornicaste en ellos: cosa semejante no vendrá, ni será así. 17 Tomaste asimismo los vasos de tu hermosura de mi oro y de mi plata, que yo te había dado, é hicístete imágenes de hombre, y fornicaste con ellas. 18 Y tomaste tus vestidos de diversos colores, y cubrístelas, y mi aceite y mi perfume pusiste delante de ellas. 19 Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, y el aceite, y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor suave, y fué así, dice el Señor Jehová. 20 Demás de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que me habías engendrado, y los sacrificaste á ellas para consumación. ¿Es poco, esto de tus fornicaciones? 21 Y sacrificaste mis hijos, y dístelos á ellas para que los hiciesen pasar por el fuego. 22 Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu mocedad, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre. 23 Y fué que después de toda tu maldad 24 Edificástete alto, y te hiciste altar en todas las plazas: 25 En toda cabeza de camino edificaste tu altar, y tornaste abominable tu hermosura, y abriste tus piernas á cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones. 26 Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, de grandes carnes, y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 27 Por tanto, he aquí que yo extendí sobre ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué á la voluntad de las hijas de los Filiste
s que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto. 28 Fornicaste también con los hijos de Assur por no haberte hartado, y fornicaste con ellos, y tampoco te hartaste. 29 Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los Caldeos: ni tampoco con esto te hartaste. 30 Cuán inconstante es tu corazón, dice el Señor Jehová, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una poderosa ramera, 31 Edificando tus altares en cabeza de todo camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante á ramera, menospreciando el salario, 32 Sino como mujer adúltera, por cuanto que en lugar de su marido recibe á ajenos. 33 A todas las rameras dan dones, mas tú diste tus dones á todos tus enamorados, y les diste presentes, porque entrasen á ti de todas partes por tus fornicaciones. 34 Y ha sido en ti al contrario de las mujeres en tus fornicaciones, ni nunca después de ti será así fornicado, porque en dar tú dones, y no ser dados dones á ti, ha sido al contrario. 35 Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová: 36 Así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto han sido descubiertas tus vergüenzas, y tu confusión ha sido manifestada á tus enamorados en tus fornicaciones, y á los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste, 37 Por tanto, he aquí que yo junto todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y todos los que amaste, con todos los que aborreciste, y reunirélos contra ti alrededor, y descubriréles tu vergüenza, y verán toda tu torpeza. 38 Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre, y te daré en sangre de ira y de celo. 39 Y te entregaré en mano de ellos: y destruirán tu alto, y derribarán tus altares, y te harán desnudar de tus ropas, y se llevarán los vasos de tu gloria, y te dejarán desnuda y descubierta. 40 Y harán subir contra ti reunión de gente, y te apedrearán con piedras, y te atravesarán con sus espadas. 41 Y quemarán tus casas á fuego, y harán en ti juicios á ojos de muchas mujeres, y hacerte he cesar de ser ramera, ni tampoco darás más don. 42 Y haré reposar mi ira sobre ti, y apartaráse de ti mi celo, y descansaré de más enojarme. 43 Por cuanto no te acordaste de los días de tu mocedad, y me provocaste á ira en todo esto, por eso, he aquí yo también he tornado tu camino sobre tu cabeza, dice el Señor Jehová, pues ni aun has pensado sobre todas tus abominaciones. 44 He aquí que todo proverbista hará de ti proverbio, diciendo: Como la madre, tal su hija. 45 Hija de tu madre eres tú, que desechó á su marido y á sus hijos, y hermana de tus hermanas eres tú, que desecharon á sus maridos y á sus hijos: vuestra madre fué Hethea, y vuestro padre Amorrheo. 46 Y tu hermana mayor es Samaria con su hijas, la cual habita á tu mano izquierda, y tu hermana la menor que tú es Sodoma con sus hijas, la cual habita á tu mano derecha. 47 Y aun no anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones, antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48 Vivo yo, dice el Señor Jehová, Sodoma tu hermana, con sus hijas, no ha hecho como hiciste tú y tus hijas. 49 He aquí que esta fué la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, hartura de pan, y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas, y no corroboró la mano del afligido y del menesteroso. 50 Y ensoberbeciéronse, é hicieron abominación delante de mí, y quitélas como vi bueno. 51 Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados, porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado á tus hermanas con todas tus abominaciones que hiciste. 52 Tú también, que juzgaste á tus hermanas, lleva tu vergüenza en tus pecados que hiciste más abominables que ellas: más justas son que tú: avergüénzate pues tú también, y lleva tu confusión, pues que has justificado á tus hermanas. 53 Yo pues haré tornar sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y los cautivos de tus cautiverios entre ellas, 54 Para que tú lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siéndoles tú motivo de consuelo. 55 Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán á su primer estado, tú también y tus hijas volveréis á vuestro primer estado. 56 Sodoma, tu hermana, no fué nombrada en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57 Antes que tu maldad se descubriese, como en el tiempo de la vergüenza de las hijas de Siria y de todas las hijas de los Filisteos alrededor, que te menosprecian en contorno. 58 Tú has llevado tu enormidad y tus abominaciones, dice Jehová. 59 Empero así ha dicho el Señor Jehová: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60 Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu mocedad, y te confirmaré un pacto sempiterno. 61 Y acordarte has de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibirás á tus hermanas, las mayores que tú con las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto. 62 Y confirmaré mi pacto contigo, y sabrás que yo soy Jehová, 63 Para que te acuerdes, y te avergüences, y nunca más abras la boca á causa de tu vergüenza, cuando me aplacare para contigo de todo lo que hiciste, dice el Señor Jehová.

Jeremías 3:8: 8 Que yo lo había visto, que por todas estas causas en las cuales fornicó la rebelde Israel, yo la había despedido, y dádole la carta de su repudio, y no tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también fué ella y fornicó.

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