Versículos de la Biblia sobre el Voodoo

Levítico 19:31: 31 No os volváis á los encantadores y á los adivinos: no los consultéis ensuciándoos con ellos: Yo Jehová vuestro Dios.

Santiago 4:7: 7 Someteos pues á Dios, resistid al diablo, y de vosotros huirá.

Apocalipsis 21:8: 8 Mas á los temerosos é incrédulos, á los abominables y homicidas, á los fornicarios y hechiceros, y á los idólatras, y á todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Deuteronomio 18:10: 10 No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo ó su hija por el fuego, ni practicante de adivinaciones, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero

2 Reyes 21:6: 6 Y pasó á su hijo por fuego, y miró en tiempos, y fué agorero, é instituyó pythones y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo en ojos de Jehová, para provocarlo á ira.

Levítico 20:9: 9 Porque varón que maldijere á su padre ó á su madre, de cierto morirá: á su padre ó á su madre maldijo, su sangre será sobre él.

Efesios 6:12: 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires.

Juan 14:6: 6 Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.

Levítico 19:26: 26 No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinaréis.

1 Juan 4:8: 8 El que no ama, no conoce á Dios, porque Dios es amor.

2 Corintios 11:14: 14 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz.

Romanos 3:23: 23 Por cuanto todos pecaron, y están distituídos de la gloria de Dios

Juan 8:36: 36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Lucas 21:1-38: 21 Y MIRANDO, vió á los ricos que echaban sus ofrendas en el gazofilacio. 2 Y vió también una viuda pobrecilla, que echaba allí dos blancas. 3 Y dijo: De verdad os digo, que esta pobre viuda echó más que todos: 4 Porque todos estos, de lo que les sobra echaron para las ofrendas de Dios, mas ésta de su pobreza echó todo el sustento que tenía. 5 Y á unos que decían del templo, que estaba adornado de hermosas piedras y dones, dijo: 6 Estas cosas que veis, días vendrán que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruída. 7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas hayan de comenzar á ser hechas? 8 El entonces dijo: Mirad, no seáis engañados, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy, y, el tiempo está cerca: por tanto, no vayáis en pos de ellos. 9 Empero cuando oyereis guerras y sediciones, no os espantéis, porque es necesario que estas cosas acontezcan primero: mas no luego será el fin. 10 Entonces les dijo: Se levantará gente contra gente, y reino contra reino, 11 Y habrá grandes terremotos, y en varios lugares hambres y pestilencias: y habrá espantos y grandes señales del cielo. 12 Mas antes de todas estas cosas os echarán mano, y perseguirán, entregándoos á las sinagogas y á las cárceles, siendo llevados á los reyes y á los gobernadores por causa de mi nombre. 13 Y os será para testimonio. 14 Poned pues en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder: 15 Porque yo os daré boca y sabiduría, á la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se os opondrán. 16 Mas seréis entregados aun de vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos, y matarán á algunos de vosotros. 17 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. 18 Mas un pelo de vuestra cabeza no perecerá. 19 En vuestra paciencia poseeréis vuestras almas. 20 Y cuando viereis á Jerusalem cercada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. 21 Entonces los que estuvieren en Judea, huyan á los montes, y los que en medio de ella, váyanse, y los que estén en los campos, no entren en ella. 22 Porque estos son días de venganza: para que se cumplan todas las cosas que están escritas. 23 Mas ­ay de las preñadas, y de las que crían en aquellos días! porque habrá apuro grande sobre la tierra é ira en este pueblo. 24 Y caerán á filo de espada, y serán llevados cautivos á todas las naciones: y Jerusalem será hollada de las gentes, hasta que los tiempos de las gentes sean cumplidos. 25 Entonces habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas, y en la tierra angustia de gentes por la confusión del sonido de la mar y de las ondas: 26 Secándose los hombres á causa del temor y expectación de las cosas que sobrevendrán á la redondez de la tierra: porque las virtudes de los cielos serán conmovidas. 27 Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en una nube con potestad y majestad grande. 28 Y cuando estas cosas comenzaren á hacerse, mirad, y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca. 29 Y díjoles una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles: 30 Cuando ya brotan, viéndolo, de vosotros mismos entendéis que el verano está ya cerca. 31 Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, entended que está cerca el reino de Dios. 32 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo sea hecho. 33 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. 34 Y mirad por vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. 35 Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. 36 Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del Hijo del hombre. 37 Y enseñaba de día en el templo, y de noche saliendo, estábase en el monte que se llama de las Olivas. 38 Y todo el pueblo venía á él por la mañana, para oirle en el templo.

Marcos 13:1-37: 13 Y SALIENDO del templo, le dice uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. 2 Y Jesús respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada. 3 Y sentándose en el monte de las Olivas delante del templo, le preguntaron aparte Pedro y Jacobo y Juan y Andrés: 4 Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿y qué señal habrá cuando todas estas cosas han de cumplirse? 5 Y Jesús respondiéndoles, comenzó á decir: Mirad, que nadie os engañe, 6 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y engañaran á muchos. 7 Mas cuando oyereis de guerras y de rumores de guerras no os turbéis, porque conviene hacerse así, mas aun no será el fin. 8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres y alborotos, principios de dolores serán estos. 9 Mas vosotros mirad por vosotros: porque os entregarán en los concilios, y en sinagogas seréis azotados: y delante de presidentes y de reyes seréis llamados por causa de mí, en testimonio á ellos. 10 Y á todas las gentes conviene que el evangelio sea predicado antes. 11 Y cuando os trajeren para entregaros, no premeditéis qué habéis de decir, ni lo penséis: mas lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad, porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. 12 Y entregará á la muerte el hermano al hermano, y el padre al hijo: y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. 13 Y seréis aborrecidos de todos por mi nombre: mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo. 14 Empero cuando viereis la abominación de asolamiento, que fué dicha por el profeta Daniel, que estará donde no debe (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan á los montes, 15 Y el que esté sobre el terrado, no descienda á la casa, ni entre para tomar algo de su casa, 16 Y el que estuviere en el campo, no vuelva atrás á tomar su capa. 17 Mas ­ay de las preñadas, y de las que criaren en aquellos días! 18 Orad pues, que no acontezca vuestra huída en invierno. 19 Porque aquellos días serán de aflicción, cual nunca fué desde el principio de la creación que crió Dios, hasta este tiempo, ni será. 20 Y si el Señor no hubiese abreviado aquellos días, ninguna carne se salvaría, mas por causa de los escogidos que él escogió, abrevió aquellos días. 21 Y entonces si alguno os dijere: He aquí, aquí está el Cristo, ó, He aquí, allí está, no le creáis. 22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y darán señales y prodigios, para engañar, si se pudiese hacer, aun á los escogidos. 23 Mas vosotros mirad, os lo he dicho antes todo. 24 Empero en aquellos días, después de aquella aflicción, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su resplandor, 25 Y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes que están en los cielos serán conmovidas, 26 Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en las nubes con mucha potestad y gloria. 27 Y entonces enviará sus ángeles, y juntará sus escogidos de los cuatro vientos, desde el cabo de la tierra hasta el cabo del cielo. 28 De la higuera aprended la semejanza: Cuando su rama ya se enternece, y brota hojas, conocéis que el verano está cerca: 29 Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que está cerca, á las puertas. 30 De cierto os digo que no pasará esta generación, que todas estas cosas no sean hechas. 31 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. 32 Empero de aquel día y de la hora, nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 33 Mirad, velad y orad: porque no sabéis cuándo será el tiempo. 34 Como el hombre que partiéndose lejos, dejó su casa, y dió facultad á sus siervos, y á cada uno su obra, y al portero mandó que velase: 35 Velad pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa vendrá, si á la tarde, ó á la media noche, ó al canto del gallo, ó á la mañana, 36 Porque cuando viniere de repente, no os halle durmiendo. 37 Y las cosas que á vosotros digo, á todos las dijo: Velad.

Mateo 24:4: 4 Y respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.

Mateo 7:24-27: 24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé á un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña, 25 Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa, y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña. 26 Y cualquiera que me oye estas palabras, y no las hace, le compararé á un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena, 27 Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, é hicieron ímpetu en aquella casa, y cayó, y fué grande su ruina.

Mateo 5:1-48: 5 Y VIENDO las gentes, subió al monte, y sentándose, se llegaron á él sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: 3 Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos. 4 Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación. 5 Bienaventurados los mansos: porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos. 7 Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán misericordia. 8 Bienaventurados los de limpio corazón: porque ellos verán á Dios. 9 Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros. 13 Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres. 14 Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra á todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos. 17 No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir. 18 Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. 19 De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare á los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 21 Oísteis que fué dicho á los antiguos: No matarás, mas cualquiera que matare, será culpado del juicio. 22 Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio, y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo, y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego. 23 Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 Deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente. 25 Concíliate con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino, porque no acontezca que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en prisión. 26 De cierto te digo, que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante. 27 Oísteis que fué dicho: No adulterarás: 28 Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 31 También fué dicho: Cualquiera que repudiare á su mujer, déle carta de divorcio: 32 Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casare con la repudiada, comete adulterio. 33 Además habéis oído que fué dicho á los antiguos: No te perjurarás, mas pagarás al Señor tus juramentos. 34 Mas yo os digo: No juréis en ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, 35 Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies, ni por Jerusalem, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer un cabello blanco ó negro. 37 Mas sea vuestro hablar: Sí, sí, No, no, porque lo que es más de esto, de mal procede. 38 Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Mas yo os digo: No resistáis al mal, antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra, 40 Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa, 41 Y á cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pidiere, dale, y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses. 43 Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo. 44 Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen, 45 Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos. 46 Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Deuteronomio 4:1-49: 4 AHORA pues, oh Israel, oye los estatutos y derechos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis, y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres te da. 2 No añadiréis á la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno. 3 Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal-pe
r, que á todo hombre que fué en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti. 4 Mas vosotros que os allegasteis á Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy. 5 Mirad, yo os he enseñado estatutos y derechos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para poseerla. 6 Guardadlos, pues, y ponedlos por obra: porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia en ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, gente grande es ésta. 7 Porque ¿qué gente grande hay que tenga los dioses cercanos á sí, como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? 8 Y ¿qué gente grande hay que tenga estatutos y derechos justos, como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros? 9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida: y enseñarlas has á tus hijos, y á los hijos de tus hijos, 10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Júntame el pueblo, para que yo les haga oir mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra: y las enseñarán á sus hijos, 11 Y os llegasteis, y os pusisteis al pie del monte, y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube, y oscuridad. 12 Y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego: oisteis la voz de sus palabras, mas á excepción de oir la voz, ninguna figura visteis: 13 Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra, las diez palabras, y escribiólas en dos tablas de piedra. 14 A mí también me mandó Jehová entonces enseñaros los estatutos y derechos, para que los pusieseis por obra en la tierra á la cual pasáis para poseerla. 15 Guardad pues mucho vuestras almas: pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego: 16 Porque no os corrompáis, y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón ó hembra, 17 Figura de algún animal que sea en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, 18 Figura de ningún animal que vaya arrastrando por la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra: 19 Y porque alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, no seas incitado, y te inclines á ellos, y les sirvas, que Jehová tu Dios los ha concedido á todos los pueblos debajo de todos los cielos. 20 Empero á vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que le seáis por pueblo de heredad como en este día. 21 Y Jehová se enojó contra mí sobre vuestros negocios, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra, que Jehová tu Dios te da por heredad. 22 Así que yo voy á morir en esta tierra, y no paso el Jordán: mas vosotros pasaréis, y poseeréis aquella buena tierra. 23 Guardaos no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y os hagáis escultura ó imagen de cualquier cosa, que Jehová tu Dios te ha vedado. 24 Porque Jehová tu Dios es fuego que consume, Dios celoso. 25 Cuando hubiereis engendrado hijos y nietos, y hubiereis envejecido en la tierra, y os corrompiereis, é hiciereis escultura ó imagen de cualquier cosa, é hiciereis mal en ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo, 26 Yo pongo hoy por testigos al cielo y á la tierra, que presto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para poseerla: no estaréis en ella largos días sin que seáis destruídos. 27 Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las gentes á las cuales os llevará Jehová: 28 Y serviréis allí á dioses hechos de manos de hombres, á madera y á piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 29 Mas si desde allí buscares á Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. 30 Cuando estuviereis en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres á Jehová tu Dios, y oyeres su voz, 31 Porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios, no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto de tus padres que les juró. 32 Porque pregunta ahora de los tiempos pasados, que han sido antes de ti, desde el día que crió Dios al hombre sobre la tierra, y desde el un cabo del cielo al otro, si se ha hecho cosa semejante á esta gran cosa, ó se haya oído otra como ella. 33 ¿Ha oído pueblo la voz de Dios, que hablase de en medio del fuego, como tú la has oído, y vivido? 34 ¿O ha Dios probado á venir á tomar para sí gente de en medio de otra gente, con pruebas, con señales, con milagros, y con guerra, y mano fuerte, y brazo extendido, y grandes espantos, según todas las cosas que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? 35 A ti te fué mostrado, para que supieses que Jehová él es Dios, no hay más fuera de él. 36 De los cielos te hizo oir su voz, para enseñarte: y sobre la tierra te mostró su gran fuego: y has oído sus palabras de en medio del fuego. 37 Y por cuanto él amó á tus padres, escogió su simiente después de ellos, y sacóte delante de sí de Egipto con su gran poder, 38 Para echar de delante de ti gentes grandes y más fuertes que tú, y para introducirte, y darte su tierra por heredad, como hoy. 39 Aprende pues hoy, y reduce á tu corazón que Jehová él es el Dios arriba en el cielo, y abajo sobre la tierra, no hay otro. 40 Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, que yo te mando hoy, para que te vaya bien á ti y á tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre. 41 Entonces apartó Moisés tres ciudades de esta parte del Jordán al nacimiento del sol, 42 Para que huyese allí el homicida que matase á su prójimo por yerro, sin haber tenido enemistad con él desde ayer ni antes de ayer, y que huyendo á una de estas ciudades salvara la vida: 43 A Beser en el desierto, en tierra de la llanura, de los Rubenitas, y á Ramoth en Galaad, de los Gaditas, y á Golán en Basán, de los de Manasés. 44 Esta, pues, es la ley que Moisés propuso delante de los hijos de Israel. 45 Estos son los testimonios, y los estatutos, y los derechos, que Moisés notificó á los hijos de Israel, cuando hubieron salido de Egipto, 46 De esta parte del Jordán, en el valle delante de Beth-peor, en la tierra de Sehón rey de los Amorrheos, que habitaba en Hesbón, al cual hirió Moisés con los hijos de Israel, cuando hubieron salido de Egipto: 47 Y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán, dos reyes de los Amorrheos que estaban de esta parte del Jordán, al nacimiento del sol: 48 Desde Aroer, que está junto á la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sión, que es Hermón, 49 Y toda la llanura de esta parte del Jordán, al oriente, hasta la mar del llano, las vertientes de las aguas abajo del Pisga.

Levítico 20:6: 6 Y la persona que atendiere á encantadores ó adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y cortaréla de entre su pueblo.

Éxodo 20:5: 5 No te inclinarás á ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen

Apocalipsis 22:18-19: 18 Porque yo protesto á cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere á estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.

Gálatas 3:13-14: 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición, (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero:) 14 Para que la bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús, para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu.

Mateo 28:1: 28 Y LA víspera de sábado, que amanece para el primer día de la semana, vino María Magdalena, y la otra María, á ver el sepulcro.

Mateo 24:1-51: 24 Y SALIDO Jesús, íbase del templo, y se llegaron sus discípulos, para mostrarle los edificios del templo. 2 Y respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? de cierto os digo, que no será dejada aquí piedra sobre piedra, que no sea destruída. 3 Y sentándose él en el monte de las Olivas, se llegaron á él los discípulos aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del mundo? 4 Y respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y á muchos engañarán. 6 Y oiréis guerras, y rumores de guerras: mirad que no os turbéis, porque es menester que todo esto acontezca, mas aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares. 8 Y todas estas cosas, principio de dolores. 9 Entonces os entregarán para ser afligidos, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10 Y muchos entonces serán escandalizados, y se entregarán unos á otros, y unos á otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán á muchos. 12 Y por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará. 13 Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo. 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio á todos los Gentiles, y entonces vendrá el fin. 15 Por tanto, cuando viereis la abominación del asolamiento, que fué dicha por Daniel profeta, que estará en el lugar santo, (el que lee, entienda), 16 Entonces los que están en Judea, huyan á los montes, 17 Y el que sobre el terrado, no descienda á tomar algo de su casa, 18 Y el que en el campo, no vuelva atrás á tomar sus vestidos. 19 Mas ­ay de las preñadas, y de las que crían en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huída no sea en invierno ni en sábado, 21 Porque habrá entonces grande aflicción, cual no fué desde el principio del mundo hasta ahora, ni será. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva, mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23 Entonces, si alguno os dijere: He aquí está el Cristo, ó allí, no creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios, de tal manera que engañarán, si es posible, aun á los escogidos. 25 He aquí os lo he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: He aquí en el desierto está, no salgáis: He aquí en las cámaras, no creáis. 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre. 28 Porque donde quiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas. 29 Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán conmovidas. 30 Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo, y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria. 31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro. 32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca. 33 Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, á las puertas. 34 De cierto os digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan. 35 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. 36 Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo. 37 Mas como los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca, 39 Y no conocieron hasta que vino el diluvio y llevó á todos, así será también la venida del Hijo del hombre. 40 Entonces estarán dos en el campo, el uno será tomado, y el otro será dejado: 41 Dos mujeres moliendo á un molinillo, la una será tomada, y la otra será dejada. 42 Velad pues, porque no sabéis á qué hora ha de venir vuestro Señor. 43 Esto empero sabed, que si el padre de la familia supiese á cuál vela el ladrón había de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad apercibidos, porque el Hijo del hombre ha de venir á la hora que no pensáis. 45 ¿Quién pues es el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su familia para que les dé alimento á tiempo? 46 Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su señor viniere, le hallare haciendo así. 47 De cierto os digo, que sobre todos sus bienes le pondrá. 48 Y si aquel siervo malo dijere en su corazón Mi señor se tarda en venir: 49 Y comenzare á herir á sus consiervos, y aun á comer y á beber con los borrachos, 50 Vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera, y á la hora que no sabe, 51 Y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas: allí será el lloro y el crujir de dientes.

Deuteronomio 21:18-21: 18 Cuando alguno tuviere hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere á la voz de su padre ni á la voz de su madre, y habiéndolo castigado, no les obedeciere, 19 Entonces tomarlo han su padre y su madre, y lo sacarán á los ancianos de su ciudad, y á la puerta del lugar suyo, 20 Y dirán á los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece á nuestra voz, es glotón y borracho. 21 Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán con piedras, y morirá: así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.

Génesis 4:19: 19 Y tomó para sí Lamech dos mujeres, el nombre de la una fué Ada, y el nombre de la otra Zilla.

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