Versículos de la Biblia acerca de cortar el pelo

1 Corintios 6:19-20: 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

1 Corintios 11:14: 14 La misma naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea deshonesto criar cabello?

Levítico 19:28: 28 Y no haréis rasguños en vuestra carne por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna: Yo Jehová.

1 Corintios 11:7: 7 Porque el varón no ha de cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios: mas la mujer es gloria del varón.

1 Corintios 6:20: 20 Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Ezequiel 44:20: 20 Y no raparán su cabeza, ni dejarán crecer el cabello, sino que lo recortarán trasquilando sus cabezas.

Isaías 1:1-31: 1 VISION de Isaías hijo de Amoz, la cual vió sobre Judá y Jerusalem, en días de Uzzías, Jotham, Achâz y Ezechîas, reyes de Judá. 2 Oid, cielos, y escucha tú, tierra, porque habla Jehová: Crié hijos, y engrandecílos, y ellos se rebelaron contra mí. 3 El buey conoce á su dueño, y el asno el pesebre de su señor: Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento. 4 Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron á Jehová, provocaron á ira al Santo de Israel, tornáronse atrás. 5 ¿Para qué habéis de ser castigados aún? todavía os rebelaréis. Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa ilesa, sino herida, hinchazón y podrida llaga: no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. 7 Vuestra tierra está destruída, vuestras ciudades puestas á fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida de extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. 8 Y queda la hija de Sión como choza en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. 9 Si Jehová de los ejércitos no hubiera hecho que nos quedasen muy cortos residuos, como Sodoma fuéramos, y semejantes á Gomorra. 10 Príncipes de Sodoma, oid la palabra de Jehová, escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. 11 ¿Para qué á mí, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gruesos: no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demandó esto de vuestras manos, cuando vinieseis á presentaros delante de mí, para hollar mis atrios? 13 No me traigáis más vano presente: el perfume me es abominación: luna nueva y sábado, el convocar asambleas, no las puedo sufrir: son iniquidad vuestras solemnidades. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras solemnidades tiene aborrecidas mi alma: me son gravosas, cansado estoy de llevarlas. 15 Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos: asimismo cuando multiplicareis la oración, yo no oiré: llenas están de sangre vuestras manos. 16 Lavad, limpiaos, quitad la iniquidad de vuestras obras de ante mis ojos, dejad de hacer lo malo: 17 Aprended á hacer bien: buscad juicio, restituid al agraviado, oid en derecho al huérfano, amparad á la viuda. 18 Venid luego, dirá Jehová, y estemos á cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán á ser como blanca lana. 19 Si quisiereis y oyereis, comieréis el bien de la tierra: 20 Si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos á espada: porque la boca de Jehová lo ha dicho. 21 ¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de juicio, en ella habitó equidad, mas ahora, homicidas. 22 Tu plata se ha tornado escorias, tu vino mezclado está con agua. 23 Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones: todos aman las dádivas, y van tras las recompensas: no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda. 24 Por tanto, dice el Señor Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, vengaréme de mis adversarios: 25 Y volveré mi mano sobre ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré todo tu estaño: 26 Y restituiré tus jueces como al principio, y tus consejeros como de primero: entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel. 27 Sión con juicio será rescatada, y los convertidos de ella con justicia. 28 Mas los rebeldes y pecadores á una serán quebrantados, y los que dejan á Jehová serán consumidos. 29 Entonces os avergonzarán los olmos que amasteis, y os afrentarán los bosques que escogisteis. 30 Porque seréis como el olmo que se le cae la hoja, y como huerto que le faltan las aguas. 31 Y el fuerte será como estopa, y lo que hizo como centella, y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague.

1 Reyes 18:1-46: 18 PASADOS muchos días, fué palabra de Jehová á Elías en el tercer año, diciendo: Ve, muéstrate á Achâb, y yo daré lluvia sobre la haz de la tierra. 2 Fué pues Elías á mostrarse á Achâb. Había á la sazón grande hambre en Samaria. 3 Y Achâb llamó á Abdías su mayordomo, el cual Abdías era en grande manera temeroso de Jehová, 4 Porque cuando Jezabel destruía á los profetas de Jehová, Abdías tomó cien profetas, los cuales escondió de cincuenta en cincuenta por cuevas, y sustentólos á pan y agua. 5 Y dijo Achâb á Abdías: Ve por el país á todas las fuentes de aguas, y á todos los arroyos, que acaso hallaremos grama con que conservemos la vida á los caballos y á las acémilas, para que no nos quedemos sin bestias. 6 Y partieron entre sí el país para recorrerlo: Achâb fué de por sí por un camino, y Abdías fué separadamente por otro. 7 Y yendo Abdías por el camino, topóse con Elías, y como le conoció, postróse sobre su rostro, y dijo: ¿No eres tú mi señor Elías? 8 Y él respondió: Yo soy, ve, di á tu amo: He aquí Elías. 9 Pero él dijo: ¿En qué he pecado, para que tú entregues tu siervo en mano de Achâb para que me mate? 10 Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino donde mi señor no haya enviado á buscarte, y respondiendo ellos: No está aquí, él ha conjurado á reinos y naciones si no te han hallado. 11 ¿Y ahora tú dices: Ve, di á tu amo: Aquí está Elías? 12 Y acontecerá que, luego que yo me haya partido de ti, el espíritu de Jehová te llevará donde yo no sepa, y viniendo yo, y dando las nuevas á Achâb, y no hallándote él, me matará, y tu siervo teme á Jehová desde su mocedad. 13 ¿No ha sido dicho á mi señor lo que hice, cuando Jezabel mataba á los profetas de Jehová que escondí cien: varones de los profetas de Jehová: que escondí cien varones de los profetas de Jehová de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los mantuve á pan y agua? 14 ¿Y ahora dices tú: Ve, di á tu amo: Aquí está Elías: para que él me mate? 15 Y díjole Elías: Vive Jehová de los ejércitos, delante del cual estoy, que hoy me mostraré á él. 16 Entonces Abdías fué á encontrarse con Achâb, y dióle el aviso, y Achâb vino á encontrarse con Elías. 17 Y como Achâb vió á Elías, díjole Achâb: ¿Eres tú el que alborotas á Israel? 18 Y él respondió: Yo no he alborotado á Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo á los Baales. 19 Envía pues ahora y júntame á todo Israel en el monte de Carmelo, y los cuatrocientos y cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de los bosques, que comen de la mesa de Jezabel. 20 Entonces Achâb envió á todos los hijos de Israel, y juntó los profetas en el monte de Carmelo. 21 Y acercándose Elías á todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle, y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra. 22 Y Elías tornó á decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová, mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos y cincuenta hombres. 23 Dénsenos pues dos bueyes, y escójanse ellos el uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, mas no pongan fuego debajo, y yo aprestaré el otro buey, y pondrélo sobre leña, y ningún fuego pondré debajo. 24 Invocad luego vosotros en el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré en el nombre de Jehová: y el Dios que respondiere por fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho. 25 Entonces Elías dijo á los profetas de Baal: Escogeos el un buey, y haced primero, pues que vosotros sois los más: é invocad en el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo. 26 Y ellos tomaron el buey que les fué dado, y aprestáronlo, é invocaron en el nombre de Baal desde la mañana hasta el medio día, diciendo: ­Baal, respóndenos! Mas no había voz, ni quien respondiese, entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. 27 Y aconteció al medio día, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, que dios es: quizá está conversando, ó tiene algún empeño, ó va de camino, acaso duerme, y despertará. 28 Y ellos clamaban á grandes voces, y sajábanse con cuchillos y con lancetas conforme á su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. 29 Y como pasó el medio día, y ellos profetizaran hasta el tiempo del sacrificio del presente, y no había voz, ni quien respondiese ni escuchase, 30 Elías dijo entonces á todo el pueblo: Acercaos á mí. Y todo el pueblo se llegó á él: y él reparó el altar de Jehová que estaba arruinado. 31 Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido palabra de Jehová, diciendo: Israel será tu nombre, 32 Edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová: después hizo una reguera alrededor del altar, cuanto cupieran dos satos de simiente. 33 Compuso luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y púsolo sobre la leña. 34 Y dijo: Henchid cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez, y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez, é hiciéronlo la tercera vez. 35 De manera que las aguas corrían alrededor del altar, y había también henchido de agua la reguera. 36 Y como llegó la hora de ofrecerse el holocausto, llegóse el profeta Elías, y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. 37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú volviste atrás el corazón de ellos. 38 Entonces cayó fuego de Jehová, el cual consumió el holocausto, y la leña, y las piedras, y el polvo, y aun lamió las aguas que estaban en la reguera. 39 Y viéndolo todo el pueblo, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ­Jehová es el Dios! ­Jehová es el Dios! 40 Y díjoles Elías: Prended á los profetas de Baal, que no escape ninguno. Y ellos los prendieron, y llevólos Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló. 41 Y entonces Elías dijo á Achâb: Sube, come y bebe, porque una grande lluvia suena. 42 Y Achâb subió á comer y á beber. Y Elías subió á la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. 43 Y dijo á su criado: Sube ahora, y mira hacia la mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió á decir: Vuelve siete veces. 44 Y á la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube de la mar. Y él dijo: Ve, y di á Achâb: Unce y desciende, porque la lluvia no te ataje. 45 Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Achâb, vino á Jezreel. 46 Y la mano de Jehová fué sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y vino corriendo delante de Achâb hasta llegar á Jezreel.

Deuteronomio 21:10-14: 10 Cuando salieres á la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos, 11 Y vieres entre los cautivos alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer, 12 La meterás en tu casa, y ella raerá su cabeza, y cortará sus uñas, 13 Y se quitará el vestido de su cautiverio, y quedaráse en tu casa: y llorará á su padre y á su madre el tiempo de un mes: y después entrarás á ella, y tu serás su marido, y ella tu mujer. 14 Y será, si no te agradare, que la has de dejar en su libertad, y no la venderás por dinero, ni mercadearás con ella, por cuanto la afligiste.

1 Timoteo 4:1-7: 4 EMPERO el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos alguno apostatarán de la fe escuchando á espíritus de error y á doctrinas de demonios, 2 Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia. 3 Que prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de las viandas que Dios crió para que con hacimiento de gracias participasen de ellas los fieles, y los que han conocido la verdad. 4 Porque todo lo que Dios crió es bueno, y nada hay que desechar, tomándose con hacimiento de gracias: 5 Porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado. 6 Si esto propusieres á los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, criado en las palabras de la fe y de la buena doctrina, la cual has alcanzado. 7 Mas las fábulas profanas y de viejas desecha, y ejercítate para la piedad.

1 Corintios 11:6: 6 Porque si la mujer no se cubre, trasquílese también: y si es deshonesto á la mujer trasquilarse ó raerse, cúbrase.

1 Corintios 11:1-34: 11 SED imitadores de mí, así como yo de Cristo. 2 Y os alabo, hermanos, que en todo os acordáis de mi, y retenéis las instrucciones mías, de la manera que os enseñé. 3 Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. 4 Todo varón que ora ó profetiza cubierta la cabeza, afrenta su cabeza. 5 Mas toda mujer que ora ó profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza, porque lo mismo es que si se rayese. 6 Porque si la mujer no se cubre, trasquílese también: y si es deshonesto á la mujer trasquilarse ó raerse, cúbrase. 7 Porque el varón no ha de cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios: mas la mujer es gloria del varón. 8 Porque el varón no es de la mujer, sino la mujer del varón. 9 Porque tampoco el varón fué criado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por lo cual, la mujer debe tener señal de potestad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. 11 Mas ni el varón sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor. 12 Porque como la mujer es del varón, así también el varón es por la mujer: empero todo de Dios. 13 Juzgad vosotros mismos: ¿es honesto orar la mujer á Dios no cubierta? 14 La misma naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea deshonesto criar cabello? 15 Por el contrario, á la mujer criar el cabello le es honroso, porque en lugar de velo le es dado el cabello. 16 Con todo eso, si alguno parece ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios. 17 Esto empero os denuncio, que no alabo, que no por mejor sino por peor os juntáis. 18 Porque lo primero, cuando os juntáis en la iglesia, oigo que hay entre vosotros disensiones, y en parte lo creo. 19 Porque preciso es que haya entre vosotros aun herejías, para que los que son probados se manifiesten entre vosotros. 20 Cuando pues os juntáis en uno, esto no es comer la cena del Señor. 21 Porque cada uno toma antes para comer su propia cena, y el uno tiene hambre, y el otro está embriagado. 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿ó menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis á los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿os alabaré? En esto no os alabo. 23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fué entregado, tomó pan, 24 Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí. 26 Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga. 27 De manera que, cualquiera que comiere este pan ó bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno á sí mismo, y coma así de aquel pan, y beba de aquella copa. 29 Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no
discerniendo el cuerpo del Señor. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 31 Que si nos examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados. 32 Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo. 33 Así, que, hermanos míos, cuando os juntáis á comer, esperaos unos á otros. 34 Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, porque no os juntéis para juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegare.

Hechos 17:10-11: 10 Entonces los hermanos, luego de noche, enviaron á Pablo y á Silas á Berea, los cuales habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los Judíos. 11 Y fueron estós más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, si estas cosas eran así.

Juan 19:34: 34 Empero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y luego salió sangre y agua.

Jeremías 7:29: 29 Trasquila tu cabello, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas, porque Jehová ha aborrecido y dejado la nación de su ira.

Isaías 15:2: 2 Subió á Bayith y á Dibón, lugares altos, á llorar, sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab: toda cabeza de ella será raída, y toda barba se mesará.

2 Samuel 10:4: 4 Entonces Hanún tomó los siervos de David, y rapóles la mitad de la barba, y cortóles los vestidos por la mitad hasta las nalgas, y despachólos.

Levítico 21:5: 5 No harán calva en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños.

Jeremías 16:6: 6 Y morirán en esta tierra grandes y chicos: no se enterrarán, ni los plañirán, ni se arañarán, ni se mesarán por ellos

Levítico 19:27: 27 No cortaréis en redondo las extremidades de vuestras cabezas, ni dañarás la punta de tu barba.

Lucas 8:28: 28 El cual, como vió á Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo á gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Ruégote que no me atormentes.

Marcos 5:7: 7 Y clamando á gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.

Isaías 3:24: 24 Y será que en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez, y desgarrón en lugar de cinta, y calvez en lugar de la compostura del cabello, y en lugar de faja ceñimiento de saco, y quemadura en vez de hermosura.

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