Versículos de la Biblia acerca de honrar a sus padres

Efesios 6:1: 6 HIJOS, obedeced en el Señor á vuestros padres, porque esto es justo.

Efesios 6:2-3: 2 Honra á tu padre y á tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, 3 Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Efesios 6:1-3: 6 HIJOS, obedeced en el Señor á vuestros padres, porque esto es justo. 2 Honra á tu padre y á tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, 3 Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Éxodo 20:12: 12 Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

Colosenses 3:20: 20 Hijos, obedeced á vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.

Efesios 6:1-24: 6 HIJOS, obedeced en el Señor á vuestros padres, porque esto es justo. 2 Honra á tu padre y á tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, 3 Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. 4 Y vosotros, padres, no provoquéis á ira á vuestros hijos, sino fhhijos, sino fh amonestación del Señor. 5 Siervos, obedeced á vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como á Cristo, 6 No sirviendo al ojo, como los que agradan á los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios, 7 Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no á los hombres, 8 Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo ó sea libre. 9 Y vosotros, amos, haced á ellos lo mismo, dejando las amenazas: sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que no hay acepción de personas con él. 10 Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo. 14 Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad, y vestidos de la cota de justicia. 15 Y calzados los pies con el apresto del evangelio de paz, 16 Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de salud, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios, 18 Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda instancia y suplicación por todos los santos, 19 Y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi boca con confianza, para hacer notorio el misterio del evangelio, 20 Por el cual soy embajador en cadenas, que resueltamente hable de él, como debo hablar. 21 Mas para que también vosotros sepáis mis negocios, y cómo lo paso, todo os lo hará saber Tichîco, hermano amado y fiel ministro en el Señor: 22 Al cual os he enviado para esto mismo, para que entendáis lo tocante á nosotros, y que consuele vuestros corazones. 23 Paz sea á los hermanos y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo. 24 Gracia sea con todos los que aman á nuestro Señor Jesucristo en sinceridad. Amén.

1 Corintios 13:1-13: 13 SI yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo á ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy. 3 Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve. 4 La caridad es sufrida, es benigna, la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha, 5 No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal, 6 No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad, 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada, 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos, 10 Mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño. 12 Ahora vemos por espejo, en obscuridad, mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte, mas entonces conoceré como soy conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es la caridad.

1 Timoteo 5:8: 8 Y si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que un infiel.

1 Timoteo 5:4: 4 Pero si alguna viuda tuviere hijos, ó nietos, aprendan primero á gobernar su casa piadosamente, y á recompensar á sus padres: porque esto es lo honesto y agradable delante de Dios.

Levítico 20:9: 9 Porque varón que maldijere á su padre ó á su madre, de cierto morirá: á su padre ó á su madre maldijo, su sangre será sobre él.

Levítico 19:3: 3 Cada uno temerá á su madre y á su padre, y mis sábados guardaréis: Yo Jehová vuestro Dios.

Éxodo 21:15: 15 Y el que hiriere á su padre ó á su madre, morirá.

1 Timoteo 5:1: 5 NO reprendas al anciano, sino exhórtale como á padre: á los más jóvenes, como á hermanos

Lucas 2:1-52: 2 Y ACONTECIO en aquellos días que salió edicto de parte de Augusto César, que toda la tierra fuese empadronada. 2 Este empadronamiento primero fué hecho siendo Cirenio gobernador de la Siria. 3 E iban todos para ser empadronados, cada uno á su ciudad. 4 Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, á Judea, á la ciudad de David, que se llama Bethlehem, por cuanto era de la casa y familia de David, 5 Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días en que ella había de parir. 7 Y parió á su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y acostóle en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. 8 Y había pastores en la misma tierra, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado. 9 Y he aquí el ángel del Señor vino sobre ellos, y la claridad de Dios los cercó de resplandor, y tuvieron gran temor. 10 Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Y esto os será por señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en un pesebre. 13 Y repentinamente fué con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, que alababan á Dios, y decían: 14 Gloria en las alturas á Dios, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres. 15 Y aconteció que como los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores dijeron los unos á los otros: Pasemos pues hasta Bethlehem, y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha manifestado. 16 Y vinieron apriesa, y hallaron á María, y á José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y viéndolo, hicieron notorio lo que les había sido dicho del niño. 18 Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Mas María guardaba todas estas cosas, confiriéndolas en su corazón. 20 Y se volvieron los pastores glorificando y alabando á Dios de todas las cosas que habían oído y visto, como les había sido dicho. 21 Y pasados los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre JESUS, el cual le fué puesto por el ángel antes que él fuese concebido en el vientre. 22 Y como se cumplieron los días de la purificación de ella, conforme á la ley de Moisés, le trajeron á Jerusalem para presentarle al Señor, 23 (Como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz, será llamado santo al Señor), 24 Y para dar la ofrenda, conforme á lo que está dicho en la ley del Señor: un par de tórtolas, ó dos palominos. 25 Y he aquí, había un hombre en Jerusalem, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel: y el Espíritu Santo era sobre él. 26 Y había recibido respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor. 27 Y vino por Espíritu al templo. Y cuando metieron al niño Jesús sus padres en el templo, para hacer por él conforme á la costumbre de la ley. 28 Entonces él le tomó en sus brazos, y bendijo á Dios, y dijo: 29 Ahora despides, Señor, á tu siervo, Conforme á tu palabra, en paz, 30 Porque han visto mis ojos tu salvación, 31 La cual has aparejado en presencia de todos los pueblos, 32 Luz para ser revelada á los Gentiles, Y la gloria de tu pueblo Israel. 33 Y José y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de él. 34 Y los bendijo Simeón, y dijo á su madre María: He aquí, éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal á la que será contradicho, 35 Y una espada traspasará tu alma de ti misma, para que sean manifestados los pensamientos de muchos corazones. 36 Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Phanuel, de la tribu de Aser, la cual había venido en grande edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad, 37 Y era viuda de hasta ochenta y cuatro años, que no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. 38 Y ésta, sobreviniendo en la misma hora, juntamente confesaba al Señor, y hablaba de él á todos los que esperaban la redención en Jerusalem. 39 Mas como cumplieron todas las cosas según la ley del Señor, se volvieron á Galilea, á su ciudad de Nazaret. 40 Y el niño crecía, y fortalecíase, y se henchía de sabiduría, y la gracia de Dios era sobre él. 41 E iban sus padres todos los años á Jerusalem en la fiesta de la Pascua. 42 Y cuando fué de doce años, subieron ellos á Jerusalem conforme á la costumbre del día de la fiesta. 43 Y acabados los días, volviendo ellos, se quedó el niño Jesús en Jerusalem, sin saberlo José y su madre. 44 Y pensando que estaba en la compañía, anduvieron camino de un día, y le buscaban entre los parientes y entre los conocidos: 45 Mas como no le hallasen, volvieron á Jerusalem buscándole. 46 Y aconteció, que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles. 47 Y todos los que le oían, se pasmaban de su entendimiento y de sus respuestas. 48 Y cuando le vieron, se maravillaron, y díjole su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor. 49 Entonces él les dice: ¿Qué hay? ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me conviene estar? 50 Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. 51 Y descendió con ellos, y vino á Nazaret, y estaba sujeto á ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. 52 Y Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con Dios y los hombres.

Proverbios 20:1: 20 EL vino es escarnecedor, la cerveza alborotadora, Y cualquiera que por ello errare, no será sabio.

Deuteronomio 30:15-16: 15 Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal: 16 Porque yo te mando hoy que ames á Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos y sus estatutos y sus derechos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra á la cual entras para poseerla.

Deuteronomio 21:18-21: 18 Cuando alguno tuviere hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere á la voz de su padre ni á la voz de su madre, y habiéndolo castigado, no les obedeciere, 19 Entonces tomarlo han su padre y su madre, y lo sacarán á los ancianos de su ciudad, y á la puerta del lugar suyo, 20 Y dirán á los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece á nuestra voz, es glotón y borracho. 21 Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán con piedras, y morirá: así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.

Levítico 19:32: 32 Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor: Yo Jehová.

Génesis 2:24: 24 Por tanto, dejará el hombre á su padre y á su madre, y allegarse ha á su mujer, y serán una sola carne.

Éxodo 20:1-26: 20 Y HABLO Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy JEHOVA tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de siervos. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: 5 No te inclinarás á ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen, 6 Y que hago misericordia en millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos. 7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. 8 Acordarte has del día del reposo, para santificarlo: 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra, 10 Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó. 12 Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. 13 No matarás. 14 No cometerás adulterio. 15 No hurtarás. 16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. 18 Todo el pueblo consideraba las voces, y las llamas, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba: y viéndolo el pueblo, temblaron, y pusiéronse de lejos. 19 Y dijeron á Moisés: Habla tú con nosotros, que nosotros oiremos, mas no hable Dios con nosotros, porque no muramos. 20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis, que por probaros vino Dios, y porque su temor esté en vuestra presencia para que no pequéis. 21 Entonces el pueblo se puso de lejos, y Moisés se llegó á la osbcuridad en la cual estaba Dios. 22 Y Jehová dijo á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. 23 No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. 24 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus pacíficos, tus ovejas y tus vacas: en cualquier lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré á ti, y te bendeciré. 25 Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería, porque si alzares tu pico sobre él, tú lo profanarás. 26 Y no subirás por gradas á mi altar, porque tu desnudez no sea junto á él descubierta.

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