Versículos de la Biblia acerca de no romper Usted

Santiago 1:12: 12 Bienaventurado el varón que sufre la tentación, porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido á los que le aman.

Juan 10:10: 10 El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Juan 3:16: 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Santiago 1:2: 2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando cayereis en diversas tentaciones

Hebreos 10:35-36: 35 No perdáis pues vuestra confianza, que tiene grande remuneración de galardón: 36 Porque la paciencia os es necesaria, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.

Hebreos 10-13:25: 10 PORQUE la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos á los que se allegan. 2 De otra manera cesarían de ofrecerse, porque los que tributan este culto, limpios de una vez, no tendrían más conciencia de pecado. 3 Empero en estos sacrificios cada año se hace conmemoración de los pecados. 4 Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. 5 Por lo cual, entrando en el mundo, dice: sacrificio y presente no quisiste, Mas me apropiaste cuerpo: 6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. 7 Entonces dije: Heme aquí (En la cabecera del libro está escrito de mí) Para que haga, oh Dios, tu voluntad. 8 Diciendo arriba: Sacrificio y presente, y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron, (las cuales cosas se ofrecen según la ley,) 9 Entonces dijo: Heme aquí para que haga, oh Dios, tu voluntad. Quita lo primero, para establecer lo postrero. 10 En la cual voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez. 11 Así que, todo sacerdote se presenta cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados: 12 Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado á la diestra de Dios, 13 Esperando lo que resta, hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14 Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre á los santificados. 15 Y atestíguanos lo mismo el Espíritu Santo, que después que dijo: 16 Y este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en sus corazones, Y en sus almas las escribiré: 17 Añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados é iniquidades. 18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por pecado. 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de Jesucristo, 20 Por el camino que él nos consagró nuevo y vivo, por el velo, esto es, por su carne, 21 Y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 Lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia. 23 Mantengamos firme la profesión de nuestra fe sin fluctuar, que fiel es el que prometió: 24 Y considerémonos los unos á los otros para provocarnos al amor y á las buenas obras, 25 No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos, y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. 26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el pecado, 27 Sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar á los adversarios. 28 El que menospreciare la ley de Moisés, por el testimonio de dos ó de tres testigos muere sin ninguna misericordia: 29 ¿Cuánto pensáis que será más digno de mayor castigo, el que hollare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del testamento, en la cual fué santificado, é hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Sabemos quién es el que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará su pueblo. 31 Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo. 32 Empero traed á la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sufristeis gran combate de aflicciones: 33 Por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo, y por otra parte hechos compañeros de los que estaban en tal estado. 34 Porque de mis prisiones también os resentisteis conmigo, y el robo de vuestros bienes padecisteis con gozo, conociendo que tenéis en vosotros una mejor sustancia en los cielos, y que permanece. 35 No perdáis pues vuestra confianza, que tiene grande remuneración de galardón: 36 Porque la paciencia os es necesaria, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. 37 Porque aun un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. 38 Ahora el justo vivirá por fe, Mas si se retirare, no agradará á mi alma. 39 Pero nosotros no somos tales que nos retiremos para perdición, sino fieles para ganancia del alma. 11 ES pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven. 2 Porque por ella alcanzaron testimonio los antiguos. 3 Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía. 4 Por la fe Abel ofreció á Dios mayor sacrificio que Caín, por la cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio á sus presentes, y difunto, aun habla por ella. 5 Por la fe Enoc fué traspuesto para no ver muerte, y no fué hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado á Dios. 6 Empero sin fe es imposible agradar á Dios, porque es menester que el que á Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. 7 Por la fe Noé, habiendo recibido respuesta de cosas que aun no se veían, con temor aparejó el arca en que su casa se salvase: por la cual fe condenó al mundo, y fué hecho heredero de la justicia que es por la fe. 8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad, y salió sin saber dónde iba. 9 Por fe habitó en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en cabañas con Isaac y Jacob, herederos juntamente de la misma promesa: 10 Porque esperaba ciudad con fundamentos, el artífice y hacedor de la cual es Dios. 11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir simiente, y parió aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó ser fiel el que lo había prometido. 12 Por lo cual también, de uno, y ése ya amortecido, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena inmunerable que está á la orilla de la mar. 13 Conforme á la fe murieron todos éstos sin haber recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y saludándolas, y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra. 14 Porque los que esto dicen, claramente dan á entender que buscan una patria. 15 Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto tenían tiempo para volverse: 16 Empero deseaban la mejor, es á saber, la celestial, por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos: porque les había aparejado ciudad. 17 Por fe ofreció Abraham á Isaac cuando fué probado, y ofrecía al unigénito el que había recibido las promesas, 18 Habiéndole sido dicho: En Isaac te será llamada simiente: 19 Pensando que aun de los muertos es Dios poderoso para levantar, de donde también le volvió á recibir por figura. 20 Por fe bendijo Isaac á Jacob y á Esaú respecto á cosas que habían de ser. 21 Por fe Jacob, muriéndose, bendijo á cada uno de los hijos de José, y adoró estribando sobre la punta de su bordón. 22 Por fe José, muriéndose, se acordó de la partida de los hijos de Israel, y dió mandamiento acerca de sus huesos. 23 Por fe Moisés, nacido, fué escondido de sus padres por tres meses, porque le vieron hermoso niño, y no temieron el mandamiento del rey. 24 Por fe Moisés, hecho ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, 25 Escogiendo antes ser afligido con el pueblo de Dios, que gozar de comodidades temporales de pecado. 26 Teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los Egipcios, porque miraba á la remuneración. 27 Por fe dejó á Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al Invisible. 28 Por fe celebró la pascua y el derramamiento de la sangre, para que el que mataba los primogénitos no los tocase. 29 Por fe pasaron el mar Bermejo como por tierra seca: lo cual probando los Egipcios, fueron sumergidos. 30 Por fe cayeron los muros de Jericó con rodearlos siete días. 31 Por fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los incrédulos, habiendo recibido á los espías con paz. 32 ¿Y qué más digo? porque el tiempo me faltará contando de Gedeón, de Barac, de Samsón, de Jephté, de David, de Samuel, y de los profetas: 33 Que por fe ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon las bocas de leones, 34 Apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de cuchillo, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fuertes en batallas, trastornaron campos de extraños. 35 Las mujeres recibieron sus muertos por resurrección, unos fueron estirados, no aceptando el rescate, para ganar mejor resurrección, 36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y á más de esto prisiones y cárceles, 37 Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos á cuchillo, anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados, 38 De los cuales el mundo no era digno, perdidos por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. 39 Y todos éstos, aprobados por testimonio de la fe, no recibieron la promesa, 40 Proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen perfeccionados sin nosotros. 12 POR tanto nosotros también, teniendo en derredor nuestro una tan grande nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta, 2 Puestos los ojos en al autor y consumador de la fe, en Jesús, el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y sentóse á la diestra del trono de Dios. 3 Reducid pues á vuestro pensameinto á aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, porque no os fatiguéis en vuestros ánimos desmayando. 4 Que aun no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado: 5 Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con vosotros, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, Ni desmayes cuando eres de él reprendido. 6 Porque el Señor al que ama castiga, Y azota á cualquiera que recibe por hijo. 7 Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como á hijos, porque ¿qué hijo es aquel á quien el padre no castiga? 8 Mas si estáis fuera del castigo, del cual todos han sido hechos participantes, luego sois bastardos, y no hijos. 9 Por otra parte, tuvimos por castigadores á los padres de nuestra carne, y los reverenciábamos, ¿por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10 Y aquéllos, á la verdad, por pocos días nos castigaban como á ellos les parecía, mas éste para lo que nos es provechoso, para que recibamos su santificación. 11 Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza, mas después da fruto apacible de justicia á los que en él son ejercitados. 12 Por lo cual alzad las manos caídas y las rodillas paralizadas, 13 Y haced derechos pasos á vuestros pies, porque lo que es cojo no salga fuera de camino, antes sea sanado. 14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor: 15 Mirando bien que ninguno se aparte de la gracia de Dios, que ninguna raíz de amargura brotando os impida, y por ella muchos sean contaminados, 16 Que ninguno sea fornicario, ó profano, como Esaú, que por una vianda vendió su primogenitura. 17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue reprobado (que no halló lugar de arrepentimiento), aunque la procuró con lágrimas. 18 Porque no os habéis llegado al monte que se podía tocar, y al fuego encendido, y al turbión, y á la oscuridad, y á la tempestad, 19 Y al sonido de la trompeta, y á la voz de las palabras, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, 20 Porque no podían tolerar lo que se mandaba: Si bestia tocare al monte, será apedreada, ó pasada con dardo. 21 Y tan terrible cosa era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy asombrado y temblando. 22 Mas os habéis llegado al monte de Sión, y á la ciudad del Dios vivo, Jerusalem la celestial, y á la compañía de muchos millares de ángeles, 23 Y á la congregación de los primogénitos que están alistados en los cielos, y á Dios el Juez de todos, y á los espíritus de los justos hechos perfectos, 24 Y á Jesús el Mediador del nuevo testamento, y á la sangre del esparcimiento que habla mejor que la de Abel. 25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si aquellos no escaparon que desecharon al que hablaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháramos al que habla de los cielos. 26 La voz del cual entonces conmovió la tierra, mas ahora ha denunciado, diciendo: Aun una vez, y yo conmoveré no solamente la tierra, mas aun el cielo. 27 Y esta palabra, Aun una vez, declara la mudanza de las cosas movibles, como de cosas que son firmes. 28 Así que, tomando el reino inmóvil, vamos á Dios agradándole con temor y reverencia, 29 Porque nuestro Dios es fuego consumidor. 13 PERMANEZCA el amor fraternal. 2 No olvidéis la hospitalidad, porque por ésta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. 3 Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos, y de los afligidos, como que también vosotros mismos sois del cuerpo. 4 Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, ùmas á los fornicarios y á los adúlteros juzgará Dios. 5 Sean las costumbres vuestras sin avaricia, contentos de lo presente, porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré. 6 De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador, no temeré Lo que me hará el hombre. 7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios, la fe de los cuales imitad, considerando cuál haya sido el éxito de su conducta. 8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. 9 No seáis llevados de acá para allá por doctrinas diversas y extrañas, porque buena cosa es afirmar el corazón en la gracia, no en viandas, que nunca aprovecharon á los que anduvieron en ellas. 10 Tenemos un altar, del cual no tienen facultad de comer los que sirven al tabernáculo. 11 Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es metida por el pecado en el santuario por el pontífice, son quemados fuera del real. 12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció fuera de la puerta. 13 Salgamos pues á él fuera del real, llevando su vituperio. 14 Porque no tenemos aquí ciudad permanente, mas buscamos la por venir. 15 Así que, ofrezcamos por medio de él á Dios siempre sacrificio de alabanza, es á saber, fruto de labios que confiesen á su nombre. 16 Y de hacer bien y de la comunicación no os olvidéis: porque de tales sacrificios se agrada Dios. 17 Obedeced á vuestros pastores, y sujetaos á ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como aquellos que han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría, y no gimiendo, porque esto no os es útil. 18 Orad por nosotros: porque confiamos que tenemos buena conciencia, deseando conversar bien en todo. 19 Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea más presto restituído. 20 Y el Dios de paz que sacó de los muertos á nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del testamento eterno, 21 Os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo: al cual sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. 22 Empero os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, porque os he escrito en breve. 23 Sabed que nuestro hermano Timoteo está suelto, con el cual, si viniere más presto, os iré á ver. 24 Saludad á todos vuestros pastores, y á todos los santos. Los de Italia os saludan. 25 La gracia
sea con todos vosotros. Amén.

2 Tesalonicenses 2:17: 17 Consuele vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.

1 Corintios 13:1-13: 13 SI yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo á ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy. 3 Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve. 4 La caridad es sufrida, es benigna, la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha, 5 No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal, 6 No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad, 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada, 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos, 10 Mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño. 12 Ahora vemos por espejo, en obscuridad, mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte, mas entonces conoceré como soy conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es la caridad.

1 Corintios 2:1-16: 2 ASI que, hermanos, cuando fuí á vosotros, no fuí con altivez de palabra, ó de sabiduría, á anunciaros el testimonio de Cristo. 2 Porque no me propuse saber algo entre vosotros, sino á Jesucristo, y á éste crucificado. 3 Y estuve yo con vosotros con flaqueza, y mucho temor y temblor, 4 Y ni mi palabra ni mi predicación fué con palabras persuasivas de humana sabiduría, mas con demostración del Espíritu y de poder, 5 Para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, mas en poder de Dios. 6 Empero hablamos sabiduría de Dios entre perfectos, y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen: 7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria: 8 La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció, porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria: 9 Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman. 10 Empero Dios nos lo reveló á nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado, 13 Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual. 14 Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente. 15 Empero el espiritual juzga todas las cosas, mas él no es juzgado de nadie. 16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

Ezequiel 36:1: 36 Y TU, hijo del hombre, profetiza sobre los montes de Israel, y di: Montes de Israel, oid palabra de Jehová

Jeremías 24:6-7: 6 Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y volverélos á esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré: plantarélos, y no los arrancaré. 7 Y les daré corazón para que me conozcan, que yo soy Jehová: y me serán por pueblo, y yo les seré á ellos por Dios, porque se volverán á mí de todo su corazón.

Job 3:1-26: 3 DESPUÉS de esto abrió Job su boca, y maldijo su día. 2 Y exclamó Job, y dijo: 3 Perezca el día en que yo nací, Y la noche que se dijo: Varón es concebido. 4 Sea aquel día sombrío, Y Dios no cuide de él desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca. 5 Aféenlo tinieblas y sombra de muerte, Repose sobre él nublado, Que lo haga horrible como caliginoso día. 6 Ocupe la oscuridad aquella noche, No sea contada entre los días del año, Ni venga en él número de los meses. 7 Oh si fuere aquella noche solitaria, Que no viniera canción alguna en ella! 8 Maldíganla los que maldicen al día, Los que se aprestan para levantar su llanto. 9 Oscurézcanse las estrellas de su alba, Espere la luz, y no venga, Ni vea los párpados de la mañana: 10 Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, Ni escondió de mis ojos la miseria. 11 ¿Por qué no morí yo desde la matriz, O fuí traspasado en saliendo del vientre? 12 ¿Por qué me previnieron las rodillas? ¿Y para qué las tetas que mamase? 13 Pues que ahora yaciera yo, y reposara, Durmiera, y entonces tuviera reposo, 14 Con los reyes y con los consejeros de la tierra, Que edifican para sí los desiertos, 15 O con los príncipes que poseían el oro, Que henchían sus casas de plata. 16 O ¿por qué no fuí escondido como aborto, Como los pequeñitos que nunca vieron luz? 17 Allí los impíos dejan el perturbar, Y allí descansan los de cansadas fuerzas. 18 Allí asimismo reposan los cautivos, No oyen la voz del exactor. 19 Allí están el chico y el grande, Y el siervo libre de su señor. 20 ¿Por qué se da luz al trabajado, Y vida á los de ánimo en amargura, 21 Que esperan la muerte, y ella no llega, Aunque la buscan más que tesoros, 22 Que se alegran sobremanera, Y se gozan, cuando hallan el sepulcro? 23 ¿Por qué al hombre que no sabe por donde vaya, Y al cual Dios ha encerrado? 24 Pues antes que mi pan viene mi suspiro, Y mis gemidos corren como aguas. 25 Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y hame acontecido lo que temía. 26 No he tenido paz, no me aseguré, ni me estuve reposado, Vínome no obstante turbación.

Números 1:1-54: 1 Y HABLO Jehová á Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo del testimonio, en el primero del mes segundo, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo: 2 Tomad el encabezamiento de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus padres, con la cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas: 3 De veinte años arriba, todos los que pueden salir á la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón por sus cuadrillas. 4 Y estará con vosotros un varón de cada tribu, cada uno cabeza de la casa de sus padres. 5 Y estos son los nombres de los varones que estarán con vosotros: De la tribu de Rubén, Elisur hijo de Sedeur. 6 De Simeón, Selumiel hijo de Zurisaddai. 7 De Judá, Naasón hijo de Aminadab. 8 De Issachâr, Nathanael hijo de Suar. 9 De Zabulón, Eliab hijo de Helón. 10 De los hijos de José: de Ephraim, Elisama hijo de Ammiud, de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur. 11 De Benjamín, Abidán hijo de Gedeón. 12 De Dan, Ahiezer hijo de Ammisaddai. 13 De Aser, Phegiel hijo de Ocrán. 14 De Gad, Eliasaph hijo de Dehuel. 15 De Nephtalí, Ahira hijo de Enán. 16 Estos eran los nombrados de la congregación, príncipes de las tribus de sus padres, capitanes de los millares de Israel. 17 Tomó pues Moisés y Aarón á estos varones que fueron declarados por sus nombres: 18 Y juntaron toda la congregación en el primero del mes segundo, y fueron reunidos sus linajes, por las casas de sus padres, según la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, por sus cabezas, 19 Como Jehová lo había mandado á Moisés, y contólos en el desierto de Sinaí. 20 Y los hijos de Rubén, primogénito de Israel, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de los nombres por sus cabezas, todos los varones de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 21 Los contados de ellos, de la tribu de Rubén, fueron cuarenta y seis mil y quinientos. 22 De los hijos de Simeón, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, los contados de ellos conforme á la cuenta de los nombres por sus cabezas, todos los varones de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 23 Los contados de ellos, de la tribu de Simeón, cincuenta y nueve mil y trescientos. 24 De los hijos de Gad, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 25 Los contados de ellos, de la tribu de Gad, cuarenta y cinco mil seiscientos y cincuenta. 26 De los hijos de Judá, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 27 Los contados de ellos, de la tribu de Judá, setenta y cuatro mil y seiscientos. 28 De los hijos de Issachâr, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 29 Los contados de ellos, de la tribu de Issachâr, cincuenta y cuatro mil y cuatrocientos. 30 De los hijos de Zabulón, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de sus nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 31 Los contados de ellos, de la tribu de Zabulón, cincuenta y siete mil y cuatrocientos. 32 De los hijos de José: de los hijos de Ephraim, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 33 Los contados de ellos, de la tribu de Ephraim, cuarenta mil y quinientos. 34 De los hijos de Manasés, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 35 Los contados de ellos, de la tribu de Manasés, treinta y dos mil y doscientos. 36 De los hijos de Benjamín, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 37 Los contados de ellos, de la tribu de Benjamín, treinta y cinco mil y cuatrocientos. 38 De los hijos de Dan, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 39 Los contados de ellos, de la tribu de Dan, sesenta y dos mil y setecientos. 40 De los hijos de Aser, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra. 41 Los contados de ellos, de la tribu de Aser, cuarenta y un mil y quinientos. 42 De los hijos de Nephtalí, por sus generaciones, por sus familias, por las casas de sus padres, conforme á la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra, 43 Los contados de ellos, de la tribu de Nephtalí, cincuenta y tres mil y cuatrocientos. 44 Estos fueron los contados, los cuales contaron Moisés y Aarón, con los príncipes de Israel, que eran doce, uno por cada casa de sus padres. 45 Y fueron todos los contados de los hijos de Israel por las casas de sus padres, de veinte años arriba, todos los que podían salir á la guerra en Israel, 46 Fueron todos los contados seiscientos tres mil quinientos y cincuenta. 47 Pero los Levitas no fueron contados entre ellos según la tribu de sus padres. 48 Porque habló Jehová á Moisés, diciendo: 49 Solamente no contarás la tribu de Leví, ni tomarás la cuenta de ellos entre los hijos de Israel: 50 Mas tú pondrás á los Levitas en el tabernáculo del testimonio, y sobre todos sus vasos, y sobre todas las cosas que le pertenecen: ellos llevarán el tabernáculo y todos sus vasos, y ellos servirán en él, y asentarán sus tiendas alrededor del tabernáculo. 51 Y cuando el tabernáculo partiere, los Levitas lo desarmarán, y cuando el tabernáculo parare, los Levitas lo armarán: y el extraño que se llegare, morirá. 52 Y los hijos de Israel asentarán sus tiendas cada uno en su escuadrón, y cada uno junto á su bandera, por sus cuadrillas, 53 Mas los Levitas asentarán las suyas alrededor del tabernáculo del testimonio, y no habrá ira sobre la congregacíon de los hijos de Israel: y los Levitas tendrán la guarda del tabernáculo del testimonio. 54 E hicieron los hijos de Israel conforme á todas las cosas que mandó Jehová á Moisés, así lo hicieron.

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