Versículos de la Biblia acerca de tener integridad

Hebreos 13:5: 5 Sean las costumbres vuestras sin avaricia, contentos de lo presente, porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.

Hebreos 13:4: 4 Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, ùmas á los fornicarios y á los adúlteros juzgará Dios.

Hebreos 2:14: 14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es á saber, al diablo

Lucas 1:1-4: 1 HABIENDO muchos tentado á poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, 2 Como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron por sus ojos, y fueron ministros de la palabra, 3 Me ha parecido también á mí, después de haber entendido todas las cosas desde el principio con diligencia, escribírtelas por orden, oh muy buen Teófilo, 4 Para que conozcas la verdad de las cosas en las cuales has sido enseñado.

Proverbios 8:14: 14 Conmigo está el consejo y el ser, Yo soy la inteligencia, mía es la fortaleza.

2 Timoteo 3:16: 16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia

2 Corintios 11:13-15: 13 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, trasfigurándose en apóstoles de Cristo. 14 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz. 15 Así que, no es mucho si también sus ministros se transfiguran como ministros de justicia, cuyo fin será conforme á sus obras.

Hechos 2:22: 22 Varones Israelitas, oid estas palabras: Jesús Nazareno, varón aprobado de Dios entre vosotros en maravillas y prodigios y señales, que Dios hizo por él en medio de vosotros, como también vosotros sabéis

1 Juan 5:21: 21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.

1 Pedro 3:15: 15 Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder con masedumbre y reverencia á cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros

Hebreos 1:1-14: 1 DIOS, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo á los padres por los profetas, 2 En estos porstreros días nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó heredero de todo, por el cual asimismo hizo el universo: 3 El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la diestra de la Majestad en las alturas, 4 Hecho tanto más excelente que los ángeles, cuanto alcanzó por herencia más excelente nombre que ellos. 5 Porque ¿á cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi hijo eres tú, Hoy yo te he engendrado? Y otra vez: Yo seré á él Padre, Y él me será á mí hijo? 6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en la tierra, dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios. 7 Y ciertamente de los ángeles dice: El que hace á sus ángeles espíritus, Y á sus ministros llama de fuego. 8 Mas al hijo: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo, Vara de equidad la vara de tu reino, 9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que á tus compañeros. 10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obras de tus manos: 11 Ellos perecerán, mas tú eres permanente, Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, 12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados, Empero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán. 13 Pues, ¿á cuál de los ángeles dijo jamás: Siéntate á mi diestra, Hasta que ponga á tus enemigos por estrado de tus pies? 14 ¿No son todos espíritus administradores, enviados para servicio á favor de los que serán herederos de salud?

Juan 1:1: 1 EN el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Mateo 8:16: 16 Y como fué ya tarde, trajeron á él muchos endemoniados: y echó los demonios con la palabra, y sanó á todos los enfermos

Mateo 5:18: 18 Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas.

Mateo 5-7:29: 5 Y VIENDO las gentes, subió al monte, y sentándose, se llegaron á él sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: 3 Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos. 4 Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación. 5 Bienaventurados los mansos: porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos. 7 Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán misericordia. 8 Bienaventurados los de limpio corazón: porque ellos verán á Dios. 9 Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros. 13 Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres. 14 Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra á todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos. 17 No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir. 18 Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. 19 De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare á los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 21 Oísteis que fué dicho á los antiguos: No matarás, mas cualquiera que matare, será culpado del juicio. 22 Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio, y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo, y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego. 23 Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 Deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente. 25 Concíliate con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino, porque no acontezca que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en prisión. 26 De cierto te digo, que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante. 27 Oísteis que fué dicho: No adulterarás: 28 Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 31 También fué dicho: Cualquiera que repudiare á su mujer, déle carta de divorcio: 32 Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casare con la repudiada, comete adulterio. 33 Además habéis oído que fué dicho á los antiguos: No te perjurarás, mas pagarás al Señor tus juramentos. 34 Mas yo os digo: No juréis en ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, 35 Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies, ni por Jerusalem, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer un cabello blanco ó negro. 37 Mas sea vuestro hablar: Sí, sí, No, no, porque lo que es más de esto, de mal procede. 38 Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Mas yo os digo: No resistáis al mal, antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra, 40 Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa, 41 Y á cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pidiere, dale, y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses. 43 Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo. 44 Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen, 45 Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos. 46 Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. 6 MIRAD que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está en los cielos. 2 Cuando pues haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para ser estimados de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su recompensa. 3 Mas cuando tú haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, 4 Para que sea tu limosna en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público. 5 Y cuando oras, no seas como los hipócritas, porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago. 6 Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora á tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público. 7 Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles, que piensan que por su parlería serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes á ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. 9 Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 Danos hoy nuestro pan cotidiano. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos á nuestros deudores. 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal: porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. 14 Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial. 15 Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. 16 Y cuando ayunáis, no seáis como los hipócritas, austeros, porque ellos demudan sus rostros para parecer á los hombres que ayunan: de cierto os digo, que ya tienen su pago. 17 Mas tú, cuando ayunas, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18 Para no parecer á los hombres que ayunas, sino á tu Padre que está en secreto: y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público. 19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompe, y donde ladronas minan y hurtan, 20 Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan: 21 Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón. 22 La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso: 23 Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Así que, si la lumbre que en ti hay son tinieblas, ¿cuántas serán las mismas tinieblas? 24 Ninguno puede servir á dos señores, porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir á Dios y á Mammón. 25 Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?. 27 Mas ¿quién de vosotros podrá, congojándose, añadir á su estatura un codo? 28 Y por el vestido ¿por qué os congojáis? Reparad los lirios del campo, cómo crecen, no trabajan ni hilan, 29 Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fué vestido así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más á vosotros, hombres de poca fe? 31 No os congojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, ó qué beberemos, ó con qué nos cubriremos? 32 Porque los Gentiles buscan todas estas cosas: que vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas habéis menester. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os congojéis por el día de mañana, que el día de mañana traerá su fatiga: basta al día su afán. 7 NO juzguéis, para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os volverán á medir. 3 Y ¿por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu ojo? 4 O ¿cómo dirás á tu hermano: Espera, echaré de tu ojo la mota, y he aquí la viga en tu ojo? 5 Hipócrita! echa primero la viga de tu ojo, y entonces mirarás en echar la mota del ojo de tu hermano. 6 No deis lo santo á los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, porque no las rehuellen con sus pies, y vuelvan y os despedacen. 7 Pedid, y se os dará, buscad, y hallaréis, llamad, y se os abrirá. 8 Porque cualquiera que pide, recibe, y el que busca, halla, y al que llama, se abrirá. 9 ¿Qué hombre hay de vosotros, á quien si su hijo pidiere pan, le dará una piedra? 10 ¿Y si le pidiere un pez, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas á vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, dará buenas cosas á los que le piden? 12 Así que, todas las cosas que quisierais que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas. 13 Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva á perdición, y muchos son los que entran por ella. 14 Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva á la vida, y pocos son los que la hallan. 15 Y guardaos de los falsos profetas, que vienen á vosotros con vestidos de ovejas, mas de dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Cógense uvas de los espinos, ó higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol lleva buenos frutos, mas el árbol maleado lleva malos frutos. 18 No puede el buen árbol llevar malos frutos, ni el árbol maleado llevar frutos buenos. 19 Todo árbol que no lleva buen fruto, córtase y échase en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis. 21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? 23 Y entonces les protestaré: Nunca os conocí, apartaos de mí, obradores de maldad. 24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé á un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña, 25 Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa, y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña. 26 Y cualquiera que me oye estas palabras, y no la
hace, le compararé á un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena, 27 Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, é hicieron ímpetu en aquella casa, y cayó, y fué grande su ruina. 28 Y fué que, como Jesús acabó estas palabras, las gentes se admiraban de su doctrina, 29 Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Mateo 4:6: 6 Y le dice: Si eres Hijo de Dios, échate abajo, que escrito está: A sus ángeles mandará por ti, Y te alzarán en las manos, Para que nunca tropieces con tu pie en piedra.

Mateo 4:1-11: 4 ENTONCES Jesús fué llevado del Espíritu al desierto, para ser tentado del diablo. 2 Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre. 3 Y llegándose á él el tentador, dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se hagan pan. 4 Mas él respondiendo, dijo: Escrito está: No con solo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de Dios. 5 Entonces el diablo le pasa á la santa ciudad, y le pone sobre las almenas del templo, 6 Y le dice: Si eres Hijo de Dios, échate abajo, que escrito está: A sus ángeles mandará por ti, Y te alzarán en las manos, Para que nunca tropieces con tu pie en piedra. 7 Jesús le dijo: Escrito está además: No tentarás al Señor tu Dios. 8 Otra vez le pasa el diablo á un monte muy alto, y le muestra todos los reinos del mundo, y su gloria, 9 Y dícele: Todo esto te daré, si postrado me adorares. 10 Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y á él solo servirás. 11 El diablo entonces le dejó: y he aquí los ángeles llegaron y le servían.

Salmos 119:105: Nun 105 Lámpara es á mis pies tu palabra, Y lumbrera á mi camino.

Éxodo 20:1-26: 20 Y HABLO Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy JEHOVA tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de siervos. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: 5 No te inclinarás á ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen, 6 Y que hago misericordia en millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos. 7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. 8 Acordarte has del día del reposo, para santificarlo: 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra, 10 Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó. 12 Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. 13 No matarás. 14 No cometerás adulterio. 15 No hurtarás. 16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. 18 Todo el pueblo consideraba las voces, y las llamas, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba: y viéndolo el pueblo, temblaron, y pusiéronse de lejos. 19 Y dijeron á Moisés: Habla tú con nosotros, que nosotros oiremos, mas no hable Dios con nosotros, porque no muramos. 20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis, que por probaros vino Dios, y porque su temor esté en vuestra presencia para que no pequéis. 21 Entonces el pueblo se puso de lejos, y Moisés se llegó á la osbcuridad en la cual estaba Dios. 22 Y Jehová dijo á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. 23 No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. 24 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus pacíficos, tus ovejas y tus vacas: en cualquier lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré á ti, y te bendeciré. 25 Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería, porque si alzares tu pico sobre él, tú lo profanarás. 26 Y no subirás por gradas á mi altar, porque tu desnudez no sea junto á él descubierta.

Génesis 2:1-25: 2 Y FUERON acabados los cielos y la tierra, y todo su ornamento. 2 Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho. 3 Y bendijo Dios al día séptimo, y santificólo, porque en él reposó de toda su obra que había Dios criado y hecho. 4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron criados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, 5 Y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese: porque aun no había Jehová Dios hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, 6 Mas subía de la tierra un vapor, que regaba toda la faz de la tierra. 7 Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida, y fué el hombre en alma viviente. 8 Y había Jehová Dios plantado un huerto en Edén al oriente, y puso allí al hombre que había formado. 9 Y había Jehová Dios hecho nacer de la tierra todo árbol delicioso á la vista, y bueno para comer: también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de ciencia del bien y del mal. 10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro ramales. 11 El nombre del uno era Pisón: éste es el que cerca toda la tierra de Havilah, donde hay oro: 12 Y el oro de aquella tierra es bueno: hay allí también bdelio y piedra cornerina. 13 El nombre del segundo río es Gihón: éste es el que rodea toda la tierra de Etiopía. 14 Y el nombre del tercer río es Hiddekel: éste es el que va delante de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. 15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto comerás, 17 Mas del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás de él, porque el día que de él comieres, morirás. 18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo, haréle ayuda idónea para él. 19 Formó, pues, Jehová Dios de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y trájolas á Adam, para que viese cómo les había de llamar, y todo lo que Adam llamó á los animales vivientes, ese es su nombre. 20 Y puso Adam nombres á toda bestia y ave de los cielos y á todo animal del campo: mas para Adam no halló ayuda que estuviese idónea para él. 21 Y Jehová Dios hizo caer sueño sobre Adam, y se quedó dormido: entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar, 22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y trájola al hombre. 23 Y dijo Adam: Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne: ésta será llamada Varona, porque del varón fué tomada. 24 Por tanto, dejará el hombre á su padre y á su madre, y allegarse ha á su mujer, y serán una sola carne. 25 Y estaban ambos desnudos, Adam y su mujer, y no se avergonzaban.

Génesis 1:1-31: 1 EN el principio crió Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz: y fué la luz. 4 Y vió Dios que la luz era buena: y apartó Dios la luz de las tinieblas. 5 Y llamó Dios á la luz Día, y á las tinieblas llamó Noche: y fué la tarde y la mañana un día. 6 Y dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. 7 E hizo Dios la expansión, y apartó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión: y fué así. 8 Y llamó Dios á la expansión Cielos: y fué la tarde y la mañana el día segundo. 9 Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la seca: y fué así. 10 Y llamó Dios á la seca Tierra, y á la reunión de las aguas llamó Mares: y vió Dios que era bueno. 11 Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé simiente, árbol de fruto que dé fruto según su género, que su simiente esté en él, sobre la tierra: y fué así. 12 Y produjo la tierra hierba verde, hierba que da simiente según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya simiente está en él, según su género: y vió Dios que era bueno. 13 Y fué la tarde y la mañana el día tercero. 14 Y dijo Dios: Sean lumbreras en la expansión de los cielos para apartar el día y la noche: y sean por señales, y para las estaciones, y para días y años, 15 Y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra: y fue. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche: hizo también las estrellas. 17 Y púsolas Dios en la expansión de los cielos, para alumbrar sobre la tierra, 18 Y para señorear en el día y en la noche, y para apartar la luz y las tinieblas: y vió Dios que era bueno. 19 Y fué la tarde y la mañana el día cuarto. 20 Y dijo Dios: Produzcan las aguas reptil de ánima viviente, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. 21 Y crió Dios las grandes ballenas, y toda cosa viva que anda arrastrando, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie: y vió Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo diciendo: Fructificad y multiplicad, y henchid las aguas en los mares, y las aves se multipliquen en la tierra. 23 Y fué la tarde y la mañana el día quinto. 24 Y dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie: y fué así. 25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que anda arrastrando sobre la tierra según su especie: y vió Dios que era bueno. 26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra imagen, conforme á nuestra semejanza, y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra. 27 Y crió Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crió, varón y hembra los crió. 28 Y los bendijo Dios, y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda hierba que da simiente, que está sobre la haz de toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto de árbol que da simiente, seros ha para comer. 30 Y á toda bestia de la tierra, y á todas las aves de los cielos, y á todo lo que se mueve sobre la tierra, en que hay vida, toda hierba verde les será para comer: y fué así. 31 Y vió Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fué la tarde y la mañana el día sexto.

2 Pedro 1:21: 21 Porque la profecía no fué en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo.

Tito 2:13: 13 Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.

Juan 14:6: 6 Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.

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