Versículos de la Biblia sobre cómo ayudar a las viudas

Santiago 1:27: 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es esta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.

1 Timoteo 5:8: 8 Y si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que un infiel.

1 Timoteo 5:16: 16 Si algún fiel ó alguna fiel tiene viudas, manténgalas, y no sea gravada la iglesia, á fin de que haya lo suficiente para las que de verdad son viudas.

Jeremías 5:28: 28 Engordaron y pusiéronse lustrosos, y sobrepujaron los hechos del malo: no juzgaron la causa, la causa del huérfano, con todo hiciéronse prósperos, y la causa de los pobres no juzgaron.

Isaías 58:10: 10 Y si derramares tu alma al hambriento, y saciares el alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el medio día

1 Timoteo 5:9: 9 La viuda sea puesta en clase especial, no menos que de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido.

Levítico 25:35: 35 Y cuando tu hermano empobreciere, y se acogiere á ti, tú lo ampararás: como peregrino y extranjero vivirá contigo.

Lucas 14:12-14: 12 Y dijo también al que le había convidado: Cuando haces comida ó cena, no llames á tus amigos, ni á tus hermanos, ni á tus parientes, ni á vecinos ricos, porque también ellos no te vuelvan á convidar, y te sea hecha compensación. 13 Mas cuando haces banquete, llama á los pobres, los mancos, los cojos, los ciegos, 14 Y serás bienaventurado, porque no te pueden retribuir, mas te será recompensado en la resurrección de los justos.

Lucas 12:33: 33 Vended lo que poseéis, y dad limosna, haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta, donde ladrón no llega, ni polilla corrompe.

Mateo 5:42: 42 Al que te pidiere, dale, y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses.

Malaquías 3:1-18: 3 HE aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí: y luego vendrá á su templo el Señor á quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, á quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. 2 ¿Y quién podrá sufrir el tiempo de su venida? ó ¿quién podrá estar cuando él se mostrará? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. 3 Y sentarse ha para afinar y limpiar la plata: porque limpiará los hijos de Leví, los afinará como á oro y como á plata, y ofrecerán á Jehová ofrenda con justicia. 4 Y será suave á Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalem, como en los días pasados, y como en los años antiguos. 5 Y llegarme he á vosotros á juicio, y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, y contra los que juran mentira, y los que detienen el salario del jornalero, de la viuda, y del huérfano, y los que hacen agravio al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos. 6 Porque yo Jehová, no me mudo, y así vosotros, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Tornaos á mí, y yo me tornaré á vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de tornar? 8 ¿Robará el hombre á Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? Los diezmos y las primicias. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa, y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Increparé también por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo abortará, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las gentes os dirán bienaventurados, porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos. 13 Vuestras palabras han prevalecido contra mí, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? 14 Habéis dicho: Por demás es servir á Dios, ¿y qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos tristes delante de Jehová de los ejércitos? 15 Decimos pues ahora, que bienaventurados los soberbios, y también que los que hacen impiedad son los prosperados: bien que tentaron á Dios, escaparon. 16 Entonces los que temen á Jehová hablaron cada uno á su compañero, y Jehová escuchó y oyó, y fué escrito libro de memoria delante de él para los que temen á Jehová, y para los que piensan en su nombre. 17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día que yo tengo de hacer: y perdonarélos como el hombre que perdona á su hijo que le sirve. 18 Entonces os tornaréis, y echaréis de ver la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve á Dios y el que no le sirve.

Deuteronomio 15:7-11: 7 Cuando hubiere en ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en tu tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano á tu hermano pobre: 8 Mas abrirás á él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que basta, lo que hubiere menester. 9 Guárdate que no haya en tu corazón perverso pensamiento, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y tu ojo sea maligno sobre tu hermano menesteroso para no darle: que él podrá clamar contra ti á Jehová, y se te imputará á pecado. 10 Sin falta le darás, y no sea tu corazón maligno cuando le dieres: que por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que pusieres mano. 11 Porque no faltarán menesterosos de en medio de la tierra, por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano á tu hermano, á tu pobre, y á tu menesteroso en tu tierra.

Deuteronomio 14:28-29: 28 Al cabo de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades: 29 Y vendrá el Levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados, para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos que hicieres.

1 Juan 1:9: 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.

Lucas 16:19-31: 19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado á la puerta de él, lleno de llagas, 21 Y deseando hartarse de las migajas que caían de la mesa del rico, y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Y aconteció que murió el mendigo, y fué llevado por los ángeles al seno de Abraham: y murió también el rico, y fué sepultado. 23 Y en el infierno alzó sus ojos, estando en los tormentos, y vió á Abraham de lejos, y á Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía á Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua, porque soy atormentado en esta llama. 25 Y díjole Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males, mas ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Y además de todo esto, una grande sima está constituída entre nosotros y vosotros, que los que quisieren pasar de aquí á vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27 Y dijo: Ruégote pues, padre, que le envíes á la casa de mi padre, 28 Porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, porque no vengan ellos también á este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dice: A Moisés y á los profetas tienen: óiganlos. 30 El entonces dijo: No, padre Abraham: mas si alguno fuere á ellos de los muertos, se arrepentirán. 31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen á Moisés y á los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos.

Mateo 25:46: 46 E irán éstos al tormento eterno, y los justos á la vida eterna.

Mateo 7:21-23: 21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? 23 Y entonces les protestaré: Nunca os conocí, apartaos de mí, obradores de maldad.

Mateo 5:1-48: 5 Y VIENDO las gentes, subió al monte, y sentándose, se llegaron á él sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: 3 Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos. 4 Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación. 5 Bienaventurados los mansos: porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos. 7 Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán misericordia. 8 Bienaventurados los de limpio corazón: porque ellos verán á Dios. 9 Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros. 13 Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres. 14 Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra á todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos. 17 No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir. 18 Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. 19 De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare á los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 21 Oísteis que fué dicho á los antiguos: No matarás, mas cualquiera que matare, será culpado del juicio. 22 Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio, y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo, y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego. 23 Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 Deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente. 25 Concíliate con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino, porque no acontezca que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en prisión. 26 De cierto te digo, que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante. 27 Oísteis que fué dicho: No adulterarás: 28 Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 31 También fué dicho: Cualquiera que repudiare á su mujer, déle carta de divorcio: 32 Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casare con la repudiada, comete adulterio. 33 Además habéis oído que fué dicho á los antiguos: No te perjurarás, mas pagarás al Señor tus juramentos. 34 Mas yo os digo: No juréis en ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, 35 Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies, ni por Jerusalem, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer un cabello blanco ó negro. 37 Mas sea vuestro hablar: Sí, sí, No, no, porque lo que es más de esto, de mal procede. 38 Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Mas yo os digo: No resistáis al mal, antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra, 40 Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa, 41 Y á cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pidiere, dale, y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses. 43 Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo. 44 Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen, 45 Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos. 46 Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Ezequiel 22:29: 29 El pueblo de la tierra usaba de opresión, y cometía robo, y al afligido y menesteroso hacían violencia, y al extranjero oprimían sin derecho.

Ezequiel 16:49: 49 He aquí que esta fué la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, hartura de pan, y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas, y no corroboró la mano del afligido y del menesteroso.

Jeremías 22:3: 3 Así ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del opresor, y no engañéis, ni robéis al extranjero, ni al huérfano, ni á la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.

Isaías 58:6-7: 6 ¿No es antes el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, deshacer los haces de opresión, y dejar ir libres á los quebrantados, y que rompáis todo yugo? 7 ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y á los pobres errantes metas en casa, que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne?

Isaías 41:17: 17 Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, que no hay, secóse de sed su lengua, yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé.

Isaías 25:4: 4 Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, amparo contra el turbión, sombra contra el calor: porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra frontispicio.

Isaías 14:9: 9 El infierno abajo se espantó de ti, te despertó muertos que en tu venida saliesen á recibirte, hizo levantar de sus sillas á todos los príncipes de la tierra, á todos los reyes de las naciones.

Isaías 11:4: 4 Sino que juzgará con justicia á los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra: y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

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