Versículos de la Biblia sobre el perfeccionismo

1 Juan 1:8: 8 Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros.

Romanos 8:1-39: 8 AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible á la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando á su Hijo en semejanza de carne de pecado, y á causa del pecado, condenó al pecado en la carne, 4 Para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme á la carne, mas conforme al espíritu. 5 Porque los que viven conforme á la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan, mas los que conforme al espíritu, de las cosas del espíritu. 6 Porque la intención de la carne es muerte, mas la intención del espíritu, vida y paz: 7 Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios, porque no se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede. 8 Así que, los que están en la carne no pueden agradar á Dios. 9 Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él. 10 Empero si Cristo está en vosotros, el cuerpo á la verdad está muerto á causa del pecado, mas el espíritu vive á causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos á Jesús mora en vosotros, el que levantó á Cristo Jesús de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 12 Así que, hermanos, deudores somos, no á la carne, para que vivamos conforme á la carne: 13 Porque si viviereis conforme á la carne, moriréis, mas si por el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. 15 Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, mas habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba, Padre. 16 Porque el mismo Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos, herederos de Dios, y coherederos de Cristo, si empero padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 18 Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada. 19 Porque el continuo anhelar de las criaturas espera la manifestación de los hijos de Dios. 20 Porque las criaturas sujetas fueron á vanidad, no de grado, mas por causa del que las sujetó con esperanza, 21 Que también las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Porque sabemos que todas las criaturas gimen á una, y á una están de parto hasta ahora. 23 Y no sólo ellas, mas también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, es á saber, la redención de nuestro cuerpo. 24 Porque en esperanza somos salvos, mas la esperanza que se ve, no es esperanza, porque lo que alguno ve, ¿á qué esperarlo? 25 Empero si lo que no vemos esperamos, por paciencia esperamos. 26 Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles. 27 Mas el que escudriña los corazones, sabe cuál es el intento del Espíritu, porque conforme á la voluntad de Dios, demanda por los santos. 28 Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados. 29 Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos, 30 Y á los que predestinó, á éstos también llamó, y á los que llamó, á éstos también justificó, y á los que justificó, á éstos también glorificó. 31 ¿Pues qué diremos á esto? Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que aun á su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará á los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió, más aún, el que también resucitó, quien además está á la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? tribulación? ó angustia? ó persecución? ó hambre? ó desnudez? ó peligro? ó cuchillo? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo: Somos estimados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 Ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

1 Corintios 2:1-16: 2 ASI que, hermanos, cuando fuí á vosotros, no fuí con altivez de palabra, ó de sabiduría, á anunciaros el testimonio de Cristo. 2 Porque no me propuse saber algo entre vosotros, sino á Jesucristo, y á éste crucificado. 3 Y estuve yo con vosotros con flaqueza, y mucho temor y temblor, 4 Y ni mi palabra ni mi predicación fué con palabras persuasivas de humana sabiduría, mas con demostración del Espíritu y de poder, 5 Para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, mas en poder de Dios. 6 Empero hablamos sabiduría de Dios entre perfectos, y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen: 7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria: 8 La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció, porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria: 9 Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman. 10 Empero Dios nos lo reveló á nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado, 13 Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual. 14 Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente. 15 Empero el espiritual juzga todas las cosas, mas él no es juzgado de nadie. 16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

Santiago 3:2: 2 Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.

Lucas 16:15: 15 Y díjoles: Vosotros sois los que os justificáis á vosotros mismos delante de los hombres, mas Dios conoce vuestros corazones, porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.

2 Samuel 22:31: 31 Dios, perfecto su camino: La palabra de Jehová purificada, Escudo es de todos los que en él esperan.

1 Juan 1:9: 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.

1 Pedro 2:1-25: 2 DEJANDO pues toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las detracciones, 2 Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcáis en salud: 3 Si empero habéis gustado que el Señor es benigno, 4 Al cual allegándoos, piedra viva, reprobada cierto de los hombres, empero elegida de Dios, preciosa, 5 Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa espitirual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables á Dios por Jesucristo. 6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa, Y el que creyere en ella, no será confundido. 7 Ella es pues honor á vosotros que creéis: mas para los desobedientes, La piedra que los edificadores reprobaron, Esta fué hecha la cabeza del ángulo, 8 Y Piedra de tropiezo, y roca de escándalo á aquellos que tropiezan en la palabra, siendo desobedientes, para lo cual fueron también ordenados. 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas á su luz admirable. 10 Vosotros, que en el tiempo pasado no erais pueblo, mas ahora sois pueblo de Dios, que en el tiempo pasado no habíais alcanzado misericordia. 11 Amados, yo os ruego como á extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 12 Teniendo vuestra conversación honesta entre los Gentiles, para que, en lo que ellos murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen á Dios en el día de la visitación, estimándoos por las buenas obras. 13 Sed pues sujetos á toda ordenación humana por respeto á Dios: ya sea al rey, como á superior, 14 Ya á los gobernadores, como de él enviados para venganza de los malhechores, y para loor de los que hacen bien. 15 Porque esta es la voluntad de Dios, que haciendo bien, hagáis callara la ignorancia de los hombres vanos: 16 Como libres, y no como teniendo la libertad por cobertura de malicia, sino como siervos de Dios. 17 Honrad á todos. Amad la fraternidad. Temed á Dios. Honrad al rey. 18 Siervos, sed sujetos con todo temor á vuestros amos, no solamente á los buenos y humanos, sino también á los rigurosos. 19 Porque esto es agradable, si alguno á causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. 20 Porque ¿qué gloria es, si pecando vosotros sois abofeteados, y lo sufrís? mas si haciendo bien sois afligidos, y lo sufrís, esto ciertamente es agradable delante de Dios. 21 Porque para esto sois llamados, pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas: 22 El cual no hizo pecado, ni fué hallado engaño en su boca: 23 Quien cuando le maldecían no retornaba maldición: cuando padecía, no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente: 24 El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados. 25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, mas ahora habéis vuelto al Padre y Obispo de vuestras almas.

Eclesiastés 7:20: 20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga bien y nunca peque.

2 Corintios 12:9-10: 9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia, porque mi potencia en la flaqueza se perfecciona. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis flaquezas, porque habite en mí la potencia de Cristo. 10 Por lo cual me gozo en las flaquezas, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por Cristo, porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso.

Gálatas 3:3: 3 ¿Tan necios sois? ¿habiendo comenzado por el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne?

Deuteronomio 6:10-12: 10 Y será, cuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la tierra que juró á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, 11 Y casas llenas de todo bien, que tú no henchiste, y cisternas cavadas, que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste: luego que comieres y te hartares, 12 Guárdate que no te olvides de Jehová, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos.

1 Juan 2:1-29: 2 HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis, y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo, 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 3 Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él, 5 Mas el que guarda su palabra, la caridad de Dios está verdaderamente perfecta en él: por esto sabemos que estamos en él. 6 El que dice que está en él, debe andar como él anduvo. 7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. 8 Otra vez os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas son pasadas, y la verdadera luz ya alumbra. 9 El que dice que está en luz, y aborrece á su hermano, el tal aun está en tinieblas todavía. 10 El que ama á su hermano, está en luz, y no hay tropiezo en él. 11 Mas el que aborrece á su hermano, está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe á donde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. 12 Os escribo á vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre. 13 Os escribo á vosotros, padres, porque habéis conocido á aquel que es desde el principio. Os escribo á vosotros, mancebos, porque habéis vencido al maligno. Os escribo á vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. 14 Os he escrito á vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito á vosotros, mancebos, porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno. 15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo. 17 Y el mundo se pasa, y su concupiscencia, mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre. 18 Hijitos, ya es el último tiempo: y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir, así también al presente han comenzado á ser muchos anticristos, por lo cual sabemos que es el último tiempo. 19 Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros, porque si fueran de nosotros, hubieran cierto permanecido con nosotros, pero salieron para que se manifestase que todos no son de nosotros. 20 Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. 21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino como á los que la conocéis, y que ninguna mentira es de la verdad. 22 ¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo. 23 Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre. Cualquiera que confiese al Hijo tiene también al Padre. 24 Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permaneciente en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio fuere permaneciente en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. 25 Y esta es la promesa, la cual él nos prometió, la vida eterna. 26 Os he escrito esto sobre los que os engañan. 27 Pero la unción que vosotros habéis recibido de él, mora en vosotros, y no tenéis necesidad que ninguno os enseñe, mas como la unción misma os enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha enseñado, perseveraréis en él. 28 Y ahora, hijitos, perseverad en él, para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos de él en su venida. 29 Si sabéis que él es justo, sabed también que cualquiera que hace justicia, es nacido de él.

1 Corintios 15:1-58: 15 ADEMAS os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis, 2 Por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. 3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo fué muerto por nuestros pecados conforme á las Escrituras, 4 Y que fué sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme á las Escrituras, 5 Y que apareció
á Cefas, y después á los doce. 6 Después apareció á más de quinientos hermanos juntos, de los cuales muchos viven aún, y otros son muertos. 7 Después apareció á Jacobo, después á todos los apóstoles. 8 Y el postrero de todos, como á un abortivo, me apareció á mí. 9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí la iglesia de Dios. 10 Empero por la gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino la gracia de Dios que fué conmigo. 11 Porque, ó sea yo ó sean ellos, así predicamos, y así habéis creído. 12 Y si Cristo es predicado que resucitó de los muertos ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 13 Porque si no hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó: 14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 15 Y aun somos hallados falsos testigos de Dios, porque hemos testificado de Dios que él haya levantado á Cristo, al cual no levantó, si en verdad los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. 17 Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana, aun estáis en vuestros pecados. 18 Entonces también los que durmieron en Cristo son perdidos. 19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de todos los hombres. 20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos, primicias de los que durmieron es hecho. 21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adam todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. 23 Mas cada uno en su orden: Cristo las primicias, luego los que son de Cristo, en su venida. 24 Luego el fin, cuando entregará el reino á Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y potestad. 25 Porque es menester que él reine, hasta poner á todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte. 27 Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas las cosas son sujetadas á él, claro está exceptuado aquel que sujetó á él todas las cosas. 28 Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó á él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos. 29 De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos? 30 ¿Y por qué nosotros peligramos á toda hora? 31 Sí, por la gloria que en orden á vosotros tengo en Cristo Jesús Señor nuestro, cada día muero. 32 Si como hombre batallé en Efeso contra las bestias, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos. 33 No erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. 34 Velad debidamente, y no pequéis, porque algunos no conocen á Dios: para vergüenza vuestra hablo. 35 Mas dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? 36 Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muriere antes. 37 Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, acaso de trigo, ó de otro grano: 38 Mas Dios le da el cuerpo como quiso, y á cada simiente su propio cuerpo. 39 Toda carne no es la misma carne, mas una carne ciertamente es la de los hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves. 40 Y cuerpos hay celestiales, y cuerpos terrestres, mas ciertamente una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrestres: 41 Otra es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas: porque una estrella es diferente de otra en gloria. 42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción se levantará en incorrupción, 43 Se siembra en vergüenza, se levantará con gloria, se siembra en flaqueza, se levantará con potencia, 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará espiritual cuerpo. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 45 Así también está escrito: Fué hecho el primer hombre Adam en ánima viviente, el postrer Adam en espíritu vivificante. 46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal, luego lo espiritual. 47 El primer hombre, es de la tierra, terreno: el segundo hombre que es el Señor, es del cielo. 48 Cual el terreno, tales también los terrenos, y cual el celestial, tales también los celestiales. 49 Y como trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen del celestial. 50 Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. 51 He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente no dormiremos, mas todos seremos transformados. 52 En un momento, en un abrir de ojo, á la final trompeta, porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es menester que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad. 54 Y cuando esto corruptible fuere vestido de incorrupción, y esto mortal fuere vestido de inmortalidad, entonces se efectuará la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la ley. 57 Mas á Dios gracias, que nos da la victoria por el Señor nuestro Jesucristo. 58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.

Santiago 1:1-27: 1 JACOBO, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, á las doce tribus que están esparcidas, salud. 2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando cayereis en diversas tentaciones, 3 Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia. 4 Mas tenga la paciencia perfecta su obra, para que seáis perfectos y cabales, sin faltar en alguna cosa. 5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela á Dios, el cual da á todos abundantemente, y no zahiere, y le será dada. 6 Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra. 7 No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor. 8 El hombre de doblado ánimo es inconstante en todos sus caminos. 9 El hermano que es de baja suerte, gloríese en su alteza: 10 Mas el que es rico, en su bajeza, porque él se pasará como la flor de la hierba. 11 Porque salido el sol con ardor, la hierba se secó, y su flor se cayó, y pereció su hermosa apariencia: así también se marchitará el rico en todos sus caminos. 12 Bienaventurado el varón que sufre la tentación, porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido á los que le aman. 13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios: porque Dios no puede ser tentado de los malos, ni él tienta á alguno: 14 Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado. 15 Y la concupiscencia, después que ha concebido, pare el pecado: y el pecado, siendo cumplido, engendra muerte. 16 Amados hermanos míos, no erréis. 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. 18 El, de su voluntad nos ha engendrado por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. 19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse: 20 Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 21 Por lo cual, dejando toda inmundicia y superfluidad de malicia, recibid con mansedumbre la palabra ingerida, la cual puede hacer salvas vuestras almas. 22 Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos. 23 Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se consideró á sí mismo, y se fué, y luego se olvidó qué tal era. 25 Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho. 26 Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es esta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.

2 Pedro 1:3: 3 Como todas las cosas que pertenecen á la vida y á la piedad nos sean dadas de su divina potencia, por el conocimiento de aquel que nos ha llamado por su gloria y virtud

Isaías 1:1-31: 1 VISION de Isaías hijo de Amoz, la cual vió sobre Judá y Jerusalem, en días de Uzzías, Jotham, Achâz y Ezechîas, reyes de Judá. 2 Oid, cielos, y escucha tú, tierra, porque habla Jehová: Crié hijos, y engrandecílos, y ellos se rebelaron contra mí. 3 El buey conoce á su dueño, y el asno el pesebre de su señor: Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento. 4 Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron á Jehová, provocaron á ira al Santo de Israel, tornáronse atrás. 5 ¿Para qué habéis de ser castigados aún? todavía os rebelaréis. Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa ilesa, sino herida, hinchazón y podrida llaga: no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. 7 Vuestra tierra está destruída, vuestras ciudades puestas á fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida de extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. 8 Y queda la hija de Sión como choza en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. 9 Si Jehová de los ejércitos no hubiera hecho que nos quedasen muy cortos residuos, como Sodoma fuéramos, y semejantes á Gomorra. 10 Príncipes de Sodoma, oid la palabra de Jehová, escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. 11 ¿Para qué á mí, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gruesos: no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demandó esto de vuestras manos, cuando vinieseis á presentaros delante de mí, para hollar mis atrios? 13 No me traigáis más vano presente: el perfume me es abominación: luna nueva y sábado, el convocar asambleas, no las puedo sufrir: son iniquidad vuestras solemnidades. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras solemnidades tiene aborrecidas mi alma: me son gravosas, cansado estoy de llevarlas. 15 Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos: asimismo cuando multiplicareis la oración, yo no oiré: llenas están de sangre vuestras manos. 16 Lavad, limpiaos, quitad la iniquidad de vuestras obras de ante mis ojos, dejad de hacer lo malo: 17 Aprended á hacer bien: buscad juicio, restituid al agraviado, oid en derecho al huérfano, amparad á la viuda. 18 Venid luego, dirá Jehová, y estemos á cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán á ser como blanca lana. 19 Si quisiereis y oyereis, comieréis el bien de la tierra: 20 Si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos á espada: porque la boca de Jehová lo ha dicho. 21 ¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de juicio, en ella habitó equidad, mas ahora, homicidas. 22 Tu plata se ha tornado escorias, tu vino mezclado está con agua. 23 Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones: todos aman las dádivas, y van tras las recompensas: no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda. 24 Por tanto, dice el Señor Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, vengaréme de mis adversarios: 25 Y volveré mi mano sobre ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré todo tu estaño: 26 Y restituiré tus jueces como al principio, y tus consejeros como de primero: entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel. 27 Sión con juicio será rescatada, y los convertidos de ella con justicia. 28 Mas los rebeldes y pecadores á una serán quebrantados, y los que dejan á Jehová serán consumidos. 29 Entonces os avergonzarán los olmos que amasteis, y os afrentarán los bosques que escogisteis. 30 Porque seréis como el olmo que se le cae la hoja, y como huerto que le faltan las aguas. 31 Y el fuerte será como estopa, y lo que hizo como centella, y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague.

1 Reyes 8:46: 46 Si hubieren pecado contra ti, (porque no hay hombre que no peque) y tú estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautiven y lleven á tierra enemiga, sea lejos ó cerca

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