Versículos de la Biblia sobre la curación del cuerpo

Mateo 9:22: 22 Mas Jesús volviéndose, y mirándola, dijo: Confía, hija, tu fe te ha salvado. Y la mujer fué salva desde aquella hora.

Lucas 17:19: 19 Y díjole: Levántate, vete, tu fe te ha salvado.

3 Juan 1:2: 2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas cosas, y que tengas salud, así como tu alma está en prosperidad.

Marcos 9:23: 23 Y Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo es posible.

Santiago 5:14: 14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? llame á los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.

Marcos 8:22-25: 22 Y vino á Bethsaida, y le traen un ciego, y le ruegan que le tocase. 23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea, y escupiendo en sus ojos, y poniéndole las manos encima, le preguntó si veía algo. 24 Y él mirando, dijo: Veo los hombres, pues veo que andan como árboles. 25 Luego le puso otra vez las manos sobre sus ojos, y le hizo que mirase, y fué restablecido, y vió de lejos y claramente á todos.

2 Corintios 7:1: 7 ASI que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios.

Juan 9:1-41: 9 Y PASANDO Jesús, vió un hombre ciego desde su nacimiento. 2 Y preguntáronle sus discípulos, diciendo: Rabbí, ¿quién pecó, éste ó sus padres, para que naciese ciego? 3 Respondió Jesús: Ni éste pecó, ni sus padres: mas para que las obras de Dios se manifiesten en él. 4 Conviéneme obrar las obrar del que me envió, entre tanto que el día dura: la noche viene, cuando nadie puede obrar. 5 Entre tanto que estuviere en el mundo, luz soy del mundo. 6 Esto dicho, escupió en tierra, é hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo sobre los ojos del ciego, 7 Y díjole: Ve, lávate en el estanque de Siloé (que significa, si lo interpretares, Enviado). Y fué entonces, y lavóse, y volvió viendo. 8 Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿no es éste el que se sentaba y mendigaba? 9 Unos decían: Este es, y otros: A él se parece. El decía: Yo soy. 10 Y dijéronle: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? 11 Respondió él y dijo: El hombre que se llama Jesús, hizo lodo, y me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate: y fuí, y me lavé, y recibí la vista. 12 Entonces le dijeron: ¿Dónde está aquél? El dijo: No sé. 13 Llevaron á los Fariseos al que antes había sido ciego. 14 Y era sábado cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. 15 Y volviéronle á preguntar también los Fariseos de qué manera había recibido la vista. Y él les dijo: Púsome lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. 16 Entonces unos de los Fariseos decían: Este hombre no es de Dios, que no guarda el sábado. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. 17 Vuelven á decir al ciego: ¿Tú, qué dices del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta. 18 Mas los Judíos no creían de él, que había sido ciego, y hubiese recibido la vista, hasta que llamaron á los padres del que había recibido la vista, 19 Y preguntáronles, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? 20 Respondiéronles sus padres y dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego: 21 Mas cómo vea ahora, no sabemos, ó quién le haya abierto los ojos, nosotros no lo sabemos, él tiene edad, preguntadle á él, él hablará de sí. 22 Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los Judíos: porque ya los Judíos habían resuelto que si alguno confesase ser él el Mesías, fuese fuera de la sinagoga. 23 Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle á él. 24 Así que, volvieron á llamar al hombre que había sido ciego, y dijéronle: Da gloria á Dios: nosotros sabemos que este hombre es pecador. 25 Entonces él respondió, y dijo: Si es pecador, no lo sé: una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. 26 Y volviéronle á decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? 27 Respondióles: Ya os lo he dicho, y no habéis atendido: ¿por qué lo queréis otra vez oir? ¿queréis también vosotros haceros sus discípulos? 28 Y le ultrajaron, y dijeron: Tú eres su discípulo, pero nosotros discípulos de Moisés somos. 29 Nosotros sabemos que á Moisés habló Dios: mas éste no sabemos de dónde es. 30 Respondió aquel hombre, y díjoles: Por cierto, maravillosa cosa es ésta, que vosotros no sabéis de dónde sea, y á mí me abrió los ojos. 31 Y sabemos que Dios no oye á los pecadores: mas si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, á éste oye. 32 Desde el siglo no fué oído, que abriese alguno los ojos de uno que nació ciego. 33 Si éste no fuera de Dios, no pudiera hacer nada. 34 Respondieron, y dijéronle: En pecados eres nacido todo, ¿y tú nos enseñas? Y echáronle fuera. 35 Oyó Jesús que le habían echado fuera, y hallándole, díjole: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 36 Respondió él, y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? 37 Y díjole Jesús: Y le has visto, y el que habla contigo, él es. 38 Y él dice: Creo, Señor, y adoróle. 39 Y dijo Jesús: Yo, para juicio he venido á este mundo: para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. 40 Y ciertos de los Fariseos que estaban con él oyeron esto, y dijéronle: ¿Somos nosotros también ciegos? 41 Díjoles Jesús: Si fuerais ciegos, no tuvierais pecado: mas ahora porque decís, Vemos, por tanto vuestro pecado permanece.

Deuteronomio 28:1-68: 28 Y SERA que, si oyeres diligente la voz de Jehová tu Dios, para guardar, para poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te pondrá alto sobre todas las gentes de la tierra, 2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, cuando oyeres la voz de Jehová tu Dios. 3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. 4 Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. 5 Bendito tu canastillo y tus sobras. 6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. 7 Pondrá Jehová á tus enemigos que se levantaren contra ti, de rota batida delante de ti: por un camino saldrán á ti, por siete caminos huirán delante de ti. 8 Enviará Jehová contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello en que pusieres tu mano, y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. 9 Confirmarte ha Jehová por pueblo suyo santo, como te ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. 10 Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es llamado sobre ti, y te temerán. 11 Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que juró Jehová á tus padres que te había de dar. 12 Abrirte ha Jehová su buen depósito, el cielo, para dar lluvia á tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás á muchas gentes, y tú no tomarás emprestado. 13 Y te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola: y estarás encima solamente, y no estarás debajo, cuando obedecieres á los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas. 14 Y no te apartes de todas las palabras que yo os mando hoy, ni á diestra ni á siniestra, para ir tras dioses ajenos para servirles. 15 Y será, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para cuidar de poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos, que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. 16 Maldito serás tu en la ciudad, y maldito en el campo. 17 Maldito tu canastillo, y tus sobras. 18 Maldito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. 19 Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir. 20 Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano é hicieres, hasta que seas destruído, y perezcas presto á causa de la maldad de tus obras, por las cuales me habrás dejado. 21 Jehová hará que se te pegue mortandad, hasta que te consuma de la tierra á la cual entras para poseerla. 22 Jehová te herirá de tisis, y de fiebre, y de ardor, y de calor, y de cuchillo, y de calamidad repentina, y con añublo, y perseguirte han hasta que perezcas. 23 Y tus cielos que están sobre tu cabeza, serán de metal, y la tierra que está debajo de ti, de hierro. 24 Dará Jehová por lluvia á tu tierra polvo y ceniza: de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas. 25 Jehová te entregará herido delante de tus enemigos: por un camino saldrás á ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos: y serás sacudido á todos los reinos de la tierra. 26 Y será tu cuerpo muerto por comida á toda ave del cielo, y bestia de la tierra, y no habrá quien las espante. 27 Jehová te herirá de la plaga de Egipto, y con almorranas, y con sarna, y con comezón, de que no puedas ser curado. 28 Jehová te herirá con locura, y con ceguedad, y con pasmo de corazón. 29 Y palparás al mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos: y nunca serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve. 30 Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella, edificarás casa, y no habitarás en ella, plantarás viña, y no la vendimiarás. 31 Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él, tu asno será arrebatado de delante de ti, y no se te volverá, tus ovejas serán dadas á tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate. 32 Tus hijos y tus hijas serán entregados á otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día: y no habrá fuerza en tu mano. 33 El fruto de tu tierra y todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste, y nunca serás sino oprimido y quebrantado todos los días. 34 Y enloquecerás á causa de lo que verás con tus ojos. 35 Herirte ha Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, sin que puedas ser curado: aun desde la planta de tu pie hasta tu mollera. 36 Jehová llevará á ti, y á tu rey que hubieres puesto sobre ti, á gente que no conociste tú ni tus padres, y allá servirás á dioses ajenos, al palo y á la piedra. 37 Y serás por pasmo, por ejemplo y por fábula, á todos los pueblos á los cuales te llevará Jehová. 38 Sacarás mucha simiente al campo, y cogerás poco: porque la langosta lo consumirá. 39 Plantarás viñas y labrarás, mas no beberás vino, ni cogerás uvas, porque el gusano las comerá. 40 Tendrás olivas en todo tu término, mas no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna se caerá. 41 Hijos é hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio. 42 Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra consumirá la langosta. 43 El extranjero que estará en medio de ti subirá sobre ti muy alto, y tú serás puesto muy bajo. 44 El te prestará á ti, y tú no prestarás á él: él será por cabeza, y tú serás por cola. 45 Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas, por cuanto no habrás atendido á la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó: 46 Y serán en ti por señal y por maravilla, y en tu simiente para siempre. 47 Por cuanto no serviste á Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, 48 Servirás por tanto á tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas, y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte. 49 Jehová traerá sobre ti gente de lejos, del cabo de la tierra, que vuele como águila, gente cuya lengua no entiendas, 50 Gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño: 51 Y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte. 52 Y te pondrá cerco en todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y encastillados en que tú confías, en toda tu tierra: te cercará, pues, en todas tus ciudades y en toda tu tierra, que Jehová tu Dios te habrá dado. 53 Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dió, en el cerco y en al apuro con que te angustiará tu enemigo. 54 El hombre tierno en ti, y el muy delicado, su ojo será maligno para con su hermano, y para con la mujer de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren, 55 Para no dar á alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comerá, porque nada le habrá quedado, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. 56 La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie probó á sentar sobre la tierra, de ternura y delicadeza, su ojo será maligno para con el marido de su seno, y para con su hijo, y para con su hija, 57 Y para con su chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que pariere, pues los comerá escondidamente, á falta de todo, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades. 58 Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de aquesta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y terrible, JEHOVA TU DIOS, 59 Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu simiente, plagas grandes y estables, y enfermedades malignas y duraderas, 60 Y hará volver sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y se te pegarán. 61 Asismismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruído. 62 Y quedaréis en poca gente, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedeciste á la voz de Jehová tu Dios. 63 Y será que como Jehová se gozó sobre vosotros para haceros bien, y para multiplicaros, así se gozará Jehová sobre vosotros para arruinaros, y para destruiros, y seréis arrancados de sobre la tierra, á la cual entráis para poseerla. 64 Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde el un cabo de la tierra hasta el otro cabo de ella, y allí servirás á dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y á la piedra. 65 Y ni aun entre las mismas gentes descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo, que allí te dará Jehová corazón temeroso, y caimiento de ojos, y tristeza de alma: 66 Y tendrás tu vida como colgada delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no confiarás de tu vida. 67 Por la mañana dirás: ­Quién diera fuese la tarde! y á la tarde dirás: ­Quién diera fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos. 68 Y Jehová te hará tornar á Egipto en navíos por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volveréis: y allí seréis vendidos á vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.

1 Pedro 2:24: 24 El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados.

Marcos 5:30: 30 Y luego Jesús, conociendo en sí mismo la virtud que había salido de él, volviéndose á la compañía, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?

Lucas 17:5: 5 Y dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.

Lucas 5:15: 15 Empero tanto más se extendía su fama: y se juntaban muchas gentes á oir y ser sanadas de sus enfermedades.

Hechos 3:1-26: 3 PEDRO y Juan subían juntos al templo á la hora de oración, la de nona. 2 Y un hombre que era cojo desde el vientre de su madre, era traído, al cual ponían cada día á la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3 Este, como vió á Pedro y á Juan que iban á entrar en el templo, rogaba que le diesen limosna. 4 Y Pedro, con Juan, fijando los ojos en él, dijo: Mira á nosotros. 5 Entonces él estuvo atento á ellos, esperando recibir de ellos algo. 6 Y Pedro dijo: Ni tengo plata ni oro, mas lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7 Y tomándole por la mano derecha le levantó: y luego fueron afirmados sus pies y tobillos, 8 Y saltando, se puso en pie, y anduvo, y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando á Dios. 9 Y todo el pueblo le vió andar y alabar á Dios. 10 Y conocían que él era el que se sentaba á la limosna á la puerta del templo, la Hermosa: y f
eron llenos de asombro y de espanto por lo que le había acontecido. 11 Y teniendo á Pedro y á Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo concurrió á ellos al pórtico que se llama de Salomón, atónitos. 12 Y viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones Israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ó ¿por qué ponéis los ojos en nosotros, como si con nuestra virtud ó piedad hubiésemos hecho andar á éste? 13 El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado á su Hijo Jesús, al cual vosotros entregasteis, y negasteis delante de Pilato, juzgando él que había de ser suelto. 14 Mas vosotros al Santo y al Justo negasteis, y pedisteis que se os diese un homicida, 15 Y matasteis al Autor de la vida, al cual Dios ha resucitado de los muertos, de lo que nosotros somos testigos. 16 Y en la fe de su nombre, á éste que vosotros veis y conocéis, ha confirmado su nombre: y la fe que por él es, ha dado á este esta completa sanidad en presencia de todos vosotros. 17 Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros príncipes. 18 Empero, Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. 19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor, 20 Y enviará á Jesucristo, que os fué antes anunciado: 21 Al cual de cierto es menester que el cielo tenga hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde el siglo. 22 Porque Moisés dijo á los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de vuestros hermanos, como yo, á él oiréis en todas las cosas que os hablare. 23 Y será, que cualquiera alma que no oyere á aquel profeta, será desarraigada del pueblo. 24 Y todos los profetas desde Samuel y en adelante, todos los que han hablado, han anunciado estos días. 25 Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios concertó con nuestros padres, diciendo á Abraham: Y en tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. 26 A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado á su Hijo, le envió para que os bendijese, á fin de que cada uno se convierta de su maldad.

Mateo 17:20: 20 Y Jesús les dijo: Por vuestra incredulidad, porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis á este monte: Pásate de aquí allá: y se pasará: y nada os será imposible.

Lucas 6:19: 19 Y toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él virtud, y sanaba á todos.

Hechos 14:8-11: 8 Y un hombre de Listra, impotente de los pies, estaba sentado, cojo desde el vientre de su madre, que jamás había andado. 9 Este oyó hablar á Pablo, el cual, como puso los ojos en él, y vió que tenía fe para ser sano, 10 Dijo á gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y saltó, y anduvo. 11 Entonces las gentes, visto lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses semejantes á hombres han descendido á nosotros.

Mateo 14:14: 14 Y saliendo Jesús, vió un gran gentío, y tuvo compasión de ellos, y sanó á los que de ellos había enfermos.

1 Corintios 12:9: 9 A otro, fe por el mismo Espíritu, y á otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu

Juan 20:29: 29 Dícele Jesús: Porque me has visto, Tomás, creiste: bienaventurados los que no vieron y creyeron.

Juan 5:14: 14 Después le halló Jesús en el templo, y díjole: He aquí, has sido sanado, no peques más, porque no te venga alguna cosa peor.

Lucas 8:48-50: 48 Y él dijo: Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz. 49 Estando aún él hablando, vino uno del príncipe de la sinagoga á decirle: Tu hija es muerta, no des trabajo al Maestro. 50 Y oyéndolo Jesús, le respondió: No temas: cree solamente, y será salva.

Lucas 8:43-48: 43 Y una mujer, que tenía flujo de sangre hacía ya doce años, la cual había gastado en médicos toda su hacienda, y por ninguno había podido ser curada, 44 Llegándose por las espaldas, tocó el borde de su vestido, y luego se estancó el flujo de su sangre. 45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la compañía te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? 46 Y Jesús dijo: Me ha tocado alguien, porque yo he conocido que ha salido virtud de mí. 47 Entonces, como la mujer vió que no se había ocultado, vino temblando, y postrándose delante de él declaróle delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana. 48 Y él dijo: Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz.

Lucas 5:17-26: 17 Y aconteció un día, que él estaba enseñando, y los Fariseos y doctores de la ley estaban sentados, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalem: y la virtud del Señor estaba allí para sanarlos. 18 Y he aquí unos hombres, que traían sobre un lecho un hombre que estaba paralítico, y buscaban meterle, y ponerle delante de él. 19 Y no hallando por donde meterle á causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho en medio, delante de Jesús, 20 El cual, viendo la fe de ellos, le dice: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21 Entonces los escribas y los Fariseos comenzaron á pensar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? 22 Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué pensáis en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, ó decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, (dice al paralítico): A ti digo, levántate, toma tu lecho, y vete á tu casa. 25 Y luego, levantándose en presencia de ellos, y tomando aquel en que estaba echado, se fué á su casa, glorificando á Dios. 26 Y tomó espanto á todos, y glorificaban á Dios, y fueron llenos del temor, diciendo: Hemos visto maravillas hoy.

Mateo 8:3: 3 Y extendiendo Jesús su mano, le tocó, diciendo: Quiero, sé limpio. Y luego su lepra fué limpiada.

1 Timoteo 5:23: 23 No bebas de aquí adelante agua, sino usa de un poco de vino por causa del estómago, y de tus continuas enfermedades.

1 Corintios 12:30: 30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?

Hechos 28:9: 9 Y esto hecho, también otros que en la isla tenían enfermedades, llegaban, y eran sanados

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