Versículos de la Biblia sobre la defensa de nuestra fe

1 Pedro 3:15: 15 Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder con masedumbre y reverencia á cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros

2 Timoteo 4:1-22: 4 REQUIERO yo pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar á los vivos y los muertos en su manifestación y en su reino. 2 Que prediques la palabra, que instes á tiempo y fuera de tiempo, redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3 Porque vendrá tiempo cuando ni sufrirán la sana doctrina, antes, teniendo comezón de oir, se amotonarán maestros conforme á sus concupiscencias, 4 Y apartarán de la verdad el oído y se volverán á las fábulas. 5 Pero tú vela en todo, soporta las aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio. 6 Porque yo ya estoy para ser ofrecido, y el tiempo de mi partida está cercano. 7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día, y no sólo á mí, sino también á todos los que aman su venida. 9 Procura venir presto á mí: 10 Porque Demas me ha desamparado, amando este siglo, y se ha ido á Tesalónica, Crescente á Galacia, Tito á Dalmacia. 11 Lucas solo está conmigo. Toma á Marcos, y traéle contigo, porque me es útil para el ministerio. 12 A Tychîco envié á Efeso. 13 Trae, cuando vinieres, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo: y los libros, mayormente los pergaminos. 14 Alejandro el calderero me ha causado muchos males: el Señor le pague conforme á sus hechos. 15 Guárdate tú también de él, que en grande manera ha resistido á nuestras palabras. 16 En mi primera defensa ninguno me ayudó, antes me desampararon todos: no les sea imputado. 17 Mas el Señor me ayudó, y me esforzó para que por mí fuese cumplida la predicación, y todos los Gentiles oyesen, y fuí librado de la boca del león. 18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial: al cual sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. 19 Saluda á Prisca y á Aquila, y á la casa de Onesíforo. 20 Erasto se quedó en Corinto, y á Trófimo dejé en Mileto enfermo. 21 Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, y Pudente, y Lino, y Claudia, y todos los hermanos. 22 El Señor Jesucristo sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén. epístola á Timoteo, el cual fué el primer obispo ordenado en Efeso, fué escrita de Roma, cuando Pablo fué presentado la segunda vez á César Nerón.

Mateo 5:11-12: 11 Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros.

2 Corintios 10:5: 5 Destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento á la obediencia, de Cristo

Judas 1:3: 3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos.

Hechos 17:1-34: 17 Y PASANDO por Amphípolis y Apolonia, llegaron á Tesalónica, donde estaba la sinagoga de los Judíos. 2 Y Pablo, como acostumbraba, entró á ellos, y por tres sábados disputó con ellos de las Escrituras, 3 Declarando y proponiendo, que convenía que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos, y que Jesús, el cual yo os anuncio, decía él, éste era el Cristo. 4 Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas, y de los Griegos religiosos grande multitud, y mujeres nobles no pocas. 5 Entonces los Judíos que eran incrédulos, teniendo celos, tomaron consigo á algunos ociosos, malos hombres, y juntando compañía, alborotaron la ciudad, y acometiendo á la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. 6 Mas no hallándolos, trajeron á Jasón y á algunos hermanos á los gobernadores de la ciudad, dando voces: Estos que alborotan el mundo, también han venido acá, 7 A los cuales Jasón ha recibido, y todos estos hacen contra los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. 8 Y alborotaron al pueblo y á los gobernadores de la ciudad, oyendo estas cosas. 9 Mas recibida satisfacción de Jasón y de los demás, los soltaron. 10 Entonces los hermanos, luego de noche, enviaron á Pablo y á Silas á Berea, los cuales habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los Judíos. 11 Y fueron estós más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, si estas cosas eran así. 12 Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres Griegas de distinción, y no pocos hombres. 13 Mas como entendieron los Judíos de Tesalónica que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron, y también allí tumultuaron al pueblo. 14 Empero luego los hermanos enviaron á Pablo que fuese como á la mar, y Silas y Timoteo se quedaron allí. 15 Y los que habían tomado á cargo á Pablo, le llevaron hasta Atenas, y tomando encargo para Silas y Timoteo, que viniesen á él lo más presto que pudiesen, partieron. 16 Y esperándolos Pablo en Atenas, su espíritu se deshacía en él viendo la ciudad dada á idolatría. 17 Así que, disputaba en la sinagoga con los Judíos y religiosos, y en la plaza cada día con los que le ocurrían. 18 Y algunos filósofos de los Epicúreos y de los Estóicos, disputaban con él, y unos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses: porque les predicaba á Jesús y la resurrección. 19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué sea esta nueva doctrina que dices? 20 Porque pones en nuestros oídos unas nuevas cosas: queremos pues saber qué quiere ser esto. 21 (Entonces todos los Atenienses y los huéspedes extranjeros, en ningun otra cosa entendían, sino ó en decir ó en oir alguna cosa nueva.) 22 Estando pues Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones Atenienses, en todo os veo como más superticiosos, 23 Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, á éste os anuncio yo. 24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos, 25 Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo, pues él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas, 26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra, y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de los habitación de ellos, 27 Para que buscasen á Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen, aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros: 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos, como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también. 29 Siendo pues linaje de Dios, no hemos de estimar la Divinidad ser semejante á oro, ó á plata, ó á piedra, escultura de artificio ó de imaginación de hombres. 30 Empero Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia á todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan: 31 Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó, dando fe á todos con haberle levantado de los muertos. 32 Y así como oyeron de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Te oiremos acerca de esto otra vez. 33 Y así Pablo se salió de en medio de ellos. 34 Mas algunos creyeron, juntándose con él, entre los cuales también fué Dionisio el del Areópago, y una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.

2 Timoteo 2:15: 15 Procura con diligencia presentarte á Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.

2 Timoteo 3:16: 16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia

Juan 14:6: 6 Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.

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