Versículos de la Biblia sobre la disfunción Boca

1 Juan 1:9: 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.

1 Corintios 13:1-13: 13 SI yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo á ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy. 3 Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve. 4 La caridad es sufrida, es benigna, la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha, 5 No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal, 6 No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad, 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada, 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos, 10 Mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño. 12 Ahora vemos por espejo, en obscuridad, mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte, mas entonces conoceré como soy conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es la caridad.

Juan 3:16: 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

1 Corintios 3:1-23: 3 DE manera que yo, hermanos, no pude hablaros como á espirituales, sino como á carnales, como á niños en Cristo. 2 Os dí á beber leche, y no vianda: porque aun no podíais, ni aun podéis ahora, 3 Porque todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 4 Porque diciendo el uno: Yo cierto soy de Pablo, y el otro: Yo de Apolos, ¿no sois carnales? 5 ¿Qué pues es Pablo? ¿y qué es Apolos? Ministros por los cuales habéis creído, y eso según que á cada uno ha concedido el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó: mas Dios ha dado el crecimiento. 7 Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme á su labor. 9 Porque nosotros, coadjutores somos de Dios, y vosotros labranza de Dios sois, edificio de Dios sois. 10 Conforme á la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima: empero cada uno vea cómo sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 La obra de cada uno será manifestada: porque el día la declarará, porque por el fuego será manifestada, y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba. 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno fuere quemada, será perdida: él empero será salvo, mas así como por fuego. 16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. 18 Nadie se engañe á sí mismo: si alguno entre vosotros parece ser sabio en este siglo, hágase simple, para ser sabio. 19 Porque la sabiduría de esta mundo es necedad para con Dios, pues escrito está: El que prende á los sabios en la astucia de ellos. 20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos. 21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres, porque todo es vuestro, 22 Sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea los por venir, todo es vuestro, 23 Y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

Hechos 8:1-40: 8 Y SAULO consentía en su muerte. Y en aquel día se hizo una grande persecución en la iglesia que estaba en Jerusalem, y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. 2 Y llevaron á enterrar á Esteban varones piadosos, é hicieron gran llanto sobre él. 3 Entonces Saulo asolaba la iglesia, entrando por las casas: y trayendo hombres y mujeres, los entregaba en la cárcel. 4 Mas los que fueron esparcidos, iban por todas partes anunciando la palabra. 5 Entonces Felipe, descendiendo á la ciudad de Samaria, les predicaba á Cristo. 6 Y las gentes escuchaban atentamente unánimes las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces, y muchos paralíticos y cojos eran sanados: 8 Así que había gran gozo en aquella ciudad. 9 Y había un hombre llamado Simón, el cual había sido antes mágico en aquella ciudad, y había engañado la gente de Samaria, diciéndose ser algún grande: 10 Al cual oían todos atentamente desde al más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es la gran virtud de Dios. 11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas los había embelesado mucho tiempo. 12 Mas cuando creyeron á Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. 13 El mismo Simón creyó también entonces, y bautizándose, se llegó á Felipe: y viendo los milagros y grandes maravillas que se hacían, estaba atónito. 14 Y los apóstoles que estaban en Jerusalem, habiendo oído que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron á Pedro y á Juan: 15 Los cuales venidos, oraron por ellos, para que recibiesen el Espíritu Santo, 16 (Porque aun no había descendido sobre ninguno de ellos, mas solamente eran bautizados en el nombre de Jesús.) 17 Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo. 18 Y como vió Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19 Diciendo: Dadme también á mí esta potestad, que á cualquiera que pusiere las manos encima, reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, que piensas que el don de Dios se gane por dinero. 21 No tienes tú parte ni suerte en este negocio, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega á Dios, si quizás te será perdonado el pensamiento de tu corazón. 23 Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. 24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, que ninguna cosa de estas que habéis dicho, venga sobre mí. 25 Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron á Jerusalem, y en muchas tierras de los Samaritanos anunciaron el evangelio. 26 Empero el ángel de Señor habló á Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el mediodía, al camino que desciende de Jerusalem á Gaza, el cual es desierto. 27 Entonces él se levantó, y fué: y he aquí un Etiope, eunuco, gobernador de Candace, reina de los Etiopes, el cual era puesto sobre todos sus tesoros, y había venido á adorar á Jerusalem, 28 Se volvía sentado en su carro, y leyendo el profeta Isaías. 29 Y el Espíritu dijo á Felipe: Llégate, y júntate á este carro. 30 Y acudiendo Felipe, le oyó que leía el profeta Isaías, y dijo: Mas ¿entiendes lo que lees? 31 Y dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó á Felipe que subiese, y se sentase con él. 32 Y el lugar de la Escritura que leía, era éste: Como oveja á la muerte fué llevado, Y como cordero mudo delante del que le trasquila, Así no abrió su boca: 33 En su humillación su juicio fué quitado: Mas su generación, ¿quién la contará? Porque es quitada de la tierra su vida. 34 Y respondiendo el eunuco á Felipe, dijo: Ruégote ¿de quién el profeta dice esto? ¿de sí, ó de otro alguno? 35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. 36 Y yendo por el camino, llegaron á cierta agua, y dijo el eunuco: He aquí agua, ¿qué impide que yo sea bautizado? 37 Y Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carro: y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y bautizóle. 39 Y como subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató á Felipe, y no le vió más el eunuco, y se fué por su camino gozoso. 40 Felipe empero se halló en Azoto: y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó á Cesarea.

Isaías 7:14: 14 Por tanto el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y parirá hijo, y llamará su nombre Emmanuel.

Salmos 119:105: Nun 105 Lámpara es á mis pies tu palabra, Y lumbrera á mi camino.

Deuteronomio 6:5: 5 Y Amarás á Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder.

Deuteronomio 6:4-9: 4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es: 5 Y Amarás á Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón: 7 Y las repetirás á tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes: 8 Y has de atarlas por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos: 9 Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas.

Génesis 1:2: 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.

Génesis 1:1-31: 1 EN el principio crió Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz: y fué la luz. 4 Y vió Dios que la luz era buena: y apartó Dios la luz de las tinieblas. 5 Y llamó Dios á la luz Día, y á las tinieblas llamó Noche: y fué la tarde y la mañana un día. 6 Y dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. 7 E hizo Dios la expansión, y apartó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión: y fué así. 8 Y llamó Dios á la expansión Cielos: y fué la tarde y la mañana el día segundo. 9 Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la seca: y fué así. 10 Y llamó Dios á la seca Tierra, y á la reunión de las aguas llamó Mares: y vió Dios que era bueno. 11 Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé simiente, árbol de fruto que dé fruto según su género, que su simiente esté en él, sobre la tierra: y fué así. 12 Y produjo la tierra hierba verde, hierba que da simiente según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya simiente está en él, según su género: y vió Dios que era bueno. 13 Y fué la tarde y la mañana el día tercero. 14 Y dijo Dios: Sean lumbreras en la expansión de los cielos para apartar el día y la noche: y sean por señales, y para las estaciones, y para días y años, 15 Y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra: y fue. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche: hizo también las estrellas. 17 Y púsolas Dios en la expansión de los cielos, para alumbrar sobre la tierra, 18 Y para señorear en el día y en la noche, y para apartar la luz y las tinieblas: y vió Dios que era bueno. 19 Y fué la tarde y la mañana el día cuarto. 20 Y dijo Dios: Produzcan las aguas reptil de ánima viviente, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. 21 Y crió Dios las grandes ballenas, y toda cosa viva que anda arrastrando, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie: y vió Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo diciendo: Fructificad y multiplicad, y henchid las aguas en los mares, y las aves se multipliquen en la tierra. 23 Y fué la tarde y la mañana el día quinto. 24 Y dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie: y fué así. 25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que anda arrastrando sobre la tierra según su especie: y vió Dios que era bueno. 26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra imagen, conforme á nuestra semejanza, y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra. 27 Y crió Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crió, varón y hembra los crió. 28 Y los bendijo Dios, y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda hierba que da simiente, que está sobre la haz de toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto de árbol que da simiente, seros ha para comer. 30 Y á toda bestia de la tierra, y á todas las aves de los cielos, y á todo lo que se mueve sobre la tierra, en que hay vida, toda hierba verde les será para comer: y fué así. 31 Y vió Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fué la tarde y la mañana el día sexto.

Apocalipsis 13:1-18: 13 Y YO me paré sobre la arena del mar, y vi una bestia subir del mar, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cuernos diez diademas, y sobre las cabezas de ella nombre de blasfemia. 2 Y la bestia que vi, era semejante á un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dió su poder, y su trono, y grande potestad. 3 Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, y la llaga de su muerte fué curada: y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia. 4 Y adoraron al dragón que había dado la potestad á la bestia, y adoraron á la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante á la bestia, y quién podrá lidiar con ella? 5 Y le fué dada boca que hablaba grandes cosas y blasfemias: y le fué dada potencia de obrar cuarenta y dos meses. 6 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y á los que moran en el cielo. 7 Y le fué dado hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También le fué dada potencia sobre toda tribu y pueblo y lengua y gente. 8 Y todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fué muerto desde el principio del mundo. 9 Si alguno tiene oído, oiga. 10 El que lleva en cautividad, va en cautividad: el que á cuchillo matare, es necesario que á cuchillo sea muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos. 11 Después vi otra bestia que subía de la tierra, y tenía dos cuernos semejantes á los de un cordero, mas hablaba como un dragón. 12 Y ejerce todo el poder de la primera bestia en presencia de ella, y hace á la tierra y á los moradores de ella adorar la primera bestia, cuya llaga de muerte fué curada. 13 Y hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo á la tierra delante de los hombres. 14 Y engaña á los moradores de la tierra por las señales que le ha sido dado hacer en presencia de la bestia, mandando á los moradores de la tierra que hagan la imagen de la bestia que tiene la herida de cuchillo, y vivió. 15 Y le fué dado que diese espíritu á la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hable, y hará que cualesquiera que no adoraren la imagen de la bestia sean muertos. 16 Y hacía que á todos, á los pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se pusiese una marca en su mano derecha, ó en sus frentes: 17 Y que ninguno pudiese comprar ó vender, sino el que tuviera la señal, ó el nombre de la bestia, ó el número de su nombre. 18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, porque es el número de hombre: y el número de ella, seiscientos sesenta y seis.

Efesios 5:25: 25 Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella

Efesios 5:18: 18 Y no
os embriaguéis de vino, en lo cual hay disolución, mas sed llenos de Espíritu

Efesios 4:30: 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.

Hechos 9:1-43: 9 Y SAULO, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al príncipe de los sacerdotes, 2 Y demandó de él letras para Damasco á las sinagogas, para que si hallase algunos hombres ó mujeres de esta secta, los trajese presos á Jerusalem. 3 Y yendo por el camino, aconteció que llegando cerca de Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo, 4 Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 5 Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él dijo: Yo soy Jesús á quien tú persigues: dura cosa te es dar coses contra el aguijón. 6 El, temblando y temeroso, dijo: ¿Señor, qué quieres que haga? Y el Señor le dice: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que te conviene hacer. 7 Y los hombres que iban con Saul, se pararon atónitos, oyendo á la verdad la voz, mas no viendo á nadie. 8 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía á nadie: así que, llevándole por la mano, metiéronle en Damasco, 9 Donde estuvo tres días sin ver, y no comió, ni bebió. 10 Había entonces un discípulo en Damasco llamado Ananías, al cual el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. 11 Y el Señor le dijo: Levántate, y ve á la calle que se llama la Derecha, y busca en casa de Judas á uno llamado Saulo, de Tarso: porque he aquí, él ora, 12 Y ha visto en visión un varón llamado Ananías, que entra y le pone la mano encima, para que reciba la vista. 13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído á muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho á tus santos en Jerusalem: 14 Y aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender á todos los que invocan tu nombre. 15 Y le dijo el Señor: Ve: porque instrumento escogido me es éste, para que lleve mi nombre en presencia de los Gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel: 16 Porque yo le mostraré cuánto le sea menester que padezca por mi nombre. 17 Ananías entonces fué, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno de Espíritu Santo. 18 Y luego le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al punto la vista: y levantándose, fué bautizado. 19 Y como comió, fué confortado. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco. 20 Y luego en las sinagogas predicaba á Cristo, diciendo que éste era el Hijo de Dios. 21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalem á los que invocaban este nombre, y á eso vino acá, para llevarlos presos á los príncipes de los sacerdotes? 22 Empero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía á los Judíos que moraban en Damasco, afirmando que éste es el Cristo. 23 Y como pasaron muchos días, los Judíos hicieron entre sí consejo de matarle, 24 Mas las asechanzas de ellos fueron entendidas de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle. 25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro en una espuerta. 26 Y como vino á Jerusalem, tentaba de juntarse con los discípulos, mas todos tenían miedo de él, no creyendo que era discípulo. 27 Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo á los apóstoles, y contóles cómo había visto al Señor en el camino, y que le había hablado, y cómo en Damasco había hablado confiadamente en el nombre de Jesús. 28 Y entraba y salía con ellos en Jerusalem, 29 Y hablaba confiadamente en el nombre del Señor: y disputaba con los Griegos, mas ellos procuraban matarle. 30 Lo cual, como los hermanos entendieron, le acompañaron hasta Cesarea, y le enviaron á Tarso. 31 Las iglesias entonces tenían paz por toda Judea y Galilea y Samaria, y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y con consuelo del Espíritu Santo eran multiplicadas. 32 Y aconteció que Pedro, andándolos á todos, vino también á los santos que habitaban en Lydda. 33 Y halló allí á uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, que era paralítico. 34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana, levántate, y hazte tu cama. Y luego se levantó. 35 Y viéronle todos los que habitaban en Lydda y en Sarona, los cuales se convirtieron al Señor. 36 Entonces en Joppe había una discípula llamada Tabita, que si lo declaras, quiere decir Dorcas. Esta era llena de buenas obras y de limosnas que hacía. 37 Y aconteció en aquellos días que enfermando, murió, á la cual, después de lavada, pusieron en una sala. 38 Y como Lydda estaba cerca de Joppe, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No te detengas en venir hasta nosotros. 39 Pedro entonces levantándose, fué con ellos: y llegado que hubo, le llevaron á la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. 40 Entonces echados fuera todos, Pedro puesto de rodillas, oró, y vuelto al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y viendo á Pedro, incorporóse. 41 Y él le dió la mano, y levantóla: entonces llamando á los santos y las viudas, la presentó viva. 42 Esto fué notorio por toda Joppe, y creyeron muchos en el Señor. 43 Y aconteció que se quedó muchos días en Joppe en casa de un cierto Simón, curtidor.

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