Versículos de la Biblia sobre la enseñanza de la Palabra

Santiago 3:1: 3 HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.

2 Timoteo 3:16: 16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia

Romanos 10:17: 17 Luego la fe es por el oir, y el oir por la palabra de Dios.

Hebreos 4:12: 12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Juan 14:26: 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.

Juan 16:13: 13 Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad, porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.

Mateo 28:19-20: 19 Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: 20 Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Hebreos 13:7: 7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios, la fe de los cuales imitad, considerando cuál haya sido el éxito de su conducta.

Mateo 4:4: 4 Mas él respondiendo, dijo: Escrito está: No con solo el pan vivirá el hombre, mas con toda palabra que sale de la boca de Dios.

Colosenses 3:16: 16 La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos á los otros con salmos é himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor.

Juan 17:17: 17 Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad.

Santiago 3:18: 18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.

2 Timoteo 2:15: 15 Procura con diligencia presentarte á Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.

Juan 6:63: 63 El espíritu es el que da vida, la carne nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado, son espíritu y son vida.

Santiago 1:13: 13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios: porque Dios no puede ser tentado de los malos, ni él tienta á alguno

1 Timoteo 5:17: 17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doblada honra, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.

1 Corintios 14:33: 33 Porque Dios no es Dios de disensión, sino de paz, como en todas las iglesias de los santos.

1 Corintios 1:10: 10 Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

Hechos 18:11: 11 Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios.

Hechos 17:1-34: 17 Y PASANDO por Amphípolis y Apolonia, llegaron á Tesalónica, donde estaba la sinagoga de los Judíos. 2 Y Pablo, como acostumbraba, entró á ellos, y por tres sábados disputó con ellos de las Escrituras, 3 Declarando y proponiendo, que convenía que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos, y que Jesús, el cual yo os anuncio, decía él, éste era el Cristo. 4 Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas, y de los Griegos religiosos grande multitud, y mujeres nobles no pocas. 5 Entonces los Judíos que eran incrédulos, teniendo celos, tomaron consigo á algunos ociosos, malos hombres, y juntando compañía, alborotaron la ciudad, y acometiendo á la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. 6 Mas no hallándolos, trajeron á Jasón y á algunos hermanos á los gobernadores de la ciudad, dando voces: Estos que alborotan el mundo, también han venido acá, 7 A los cuales Jasón ha recibido, y todos estos hacen contra los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. 8 Y alborotaron al pueblo y á los gobernadores de la ciudad, oyendo estas cosas. 9 Mas recibida satisfacción de Jasón y de los demás, los soltaron. 10 Entonces los hermanos, luego de noche, enviaron á Pablo y á Silas á Berea, los cuales habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los Judíos. 11 Y fueron estós más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, si estas cosas eran así. 12 Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres Griegas de distinción, y no pocos hombres. 13 Mas como entendieron los Judíos de Tesalónica que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron, y también allí tumultuaron al pueblo. 14 Empero luego los hermanos enviaron á Pablo que fuese como á la mar, y Silas y Timoteo se quedaron allí. 15 Y los que habían tomado á cargo á Pablo, le llevaron hasta Atenas, y tomando encargo para Silas y Timoteo, que viniesen á él lo más presto que pudiesen, partieron. 16 Y esperándolos Pablo en Atenas, su espíritu se deshacía en él viendo la ciudad dada á idolatría. 17 Así que, disputaba en la sinagoga con los Judíos y religiosos, y en la plaza cada día con los que le ocurrían. 18 Y algunos filósofos de los Epicúreos y de los Estóicos, disputaban con él, y unos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses: porque les predicaba á Jesús y la resurrección. 19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué sea esta nueva doctrina que dices? 20 Porque pones en nuestros oídos unas nuevas cosas: queremos pues saber qué quiere ser esto. 21 (Entonces todos los Atenienses y los huéspedes extranjeros, en ningun otra cosa entendían, sino ó en decir ó en oir alguna cosa nueva.) 22 Estando pues Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones Atenienses, en todo os veo como más superticiosos, 23 Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, á éste os anuncio yo. 24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos, 25 Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo, pues él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas, 26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra, y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de los habitación de ellos, 27 Para que buscasen á Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen, aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros: 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos, como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también. 29 Siendo pues linaje de Dios, no hemos de estimar la Divinidad ser semejante á oro, ó á plata, ó á piedra, escultura de artificio ó de imaginación de hombres. 30 Empero Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia á todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan: 31 Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó, dando fe á todos con haberle levantado de los muertos. 32 Y así como oyeron de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Te oiremos acerca de esto otra vez. 33 Y así Pablo se salió de en medio de ellos. 34 Mas algunos creyeron, juntándose con él, entre los cuales también fué Dionisio el del Areópago, y una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.

Hechos 15:35: 35 Y Pablo y Bernabé se estaban en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos.

Hechos 15:1-41: 15 ENTONCES algunos que venían de Judea enseñaban á los hermanos: Que si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 2 Así que, suscitada una disensión y contienda no pequeña á Pablo y á Bernabé contra ellos, determinaron que subiesen Pablo y Bernabé á Jerusalem, y algunos otros de ellos, á los apóstoles y á los ancianos, sobre esta cuestión. 3 Ellos, pues, habiendo sido acompañados de la iglesia, pasaron por la Fenicia y Samaria, contando la conversión de los Gentiles, y daban gran gozo á todos los hermanos. 4 Y llegados á Jerusalem, fueron recibidos de la iglesia y de los apóstoles y de los ancianos: y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. 5 Mas algunos de la secta de los Fariseos, que habían creído, se levantaron, diciendo: Que es menester circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. 6 Y se juntaron los apóstoles y los ancianos para conocer de este negocio. 7 Y habiendo habido grande contienda, levantándose Pedro, les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los Gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio, y creyesen. 8 Y Dios, que conoce los corazones, les dió testimonio, dándoles el Espíritu Santo también como á nosotros, 9 Y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando con la fe sus corazones. 10 Ahora pues, ¿por qué tentáis á Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes por la gracia del Señor Jesús creemos que seremos salvos, como también ellos. 12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron á Bernabé y á Pablo, que contaban cuán grandes maravillas y señales Dios había hecho por ellos entre los Gentiles. 13 Y después que hubieron callado, Jacobo respondió, diciendo: Varones hermanos, oidme: 14 Simón ha contado cómo Dios primero visitó á los Gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre, 15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: 16 Después de esto volveré Y restauraré la habitación de David, que estaba caída, Y repararé sus ruinas, Y la volveré á levantar, 17 Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los Gentiles, sobre los cuales es llamado mi nombre, Dice el Señor, que hace todas estas cosas. 18 Conocidas son á Dios desde el siglo todas sus obras. 19 Por lo cual yo juzgo, que los que de los Gentiles se convierten á Dios, no han de ser inquietados, 20 Sino escribirles que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, y de fornicación, y de ahogado, y de sangre. 21 Porque Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien le predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado. 22 Entonces pareció bien á los apóstoles y á los ancianos, con toda la iglesia, elegir varones de ellos, y enviarlos á Antioquía con Pablo y Bernabé: á Judas que tenía por sobrenombre Barsabas, y á Silas, varones principales entre los hermanos, 23 Y escribir por mano de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, á los hermanos de los Gentiles que están en Antioquía, y en Siria, y en Cilicia, salud: 24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, os han inquietado con palabras, trastornando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, á los cuales no mandamos, 25 Nos ha parecido, congregados en uno, elegir varones, y enviarlos á vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, 26 Hombres que han expuesto sus vidas por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 27 Así que, enviamos á Judas y á Silas, los cuales también por palabra os harán saber lo mismo. 28 Que ha parecido bien al Espíritu Santo, y á nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29 Que os abstengáis de cosas sacrificadas á ídolos, y de sangre, y de ahogado, y de fornicación, de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. 30 Ellos entonces enviados, descendieron á Antioquía, y juntando la multitud, dieron la carta. 31 La cual, como leyeron, fueron gozosos de la consolación. 32 Judas también y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron á los hermanos con abundancia de palabra. 33 Y pasando allí algún tiempo, fueron enviados de los hermanos á los apóstoles en paz. 34 Mas á Silas pareció bien el quedarse allí. 35 Y Pablo y Bernabé se estaban en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos. 36 Y después de algunos días, Pablo dijo á Bernabé: Volvamos á visitar á los hermanos por todas las ciudades en las cuales hemos anunciado la palabra del Señor, cómo están. 37 Y Bernabé quería que tomasen consigo á Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, 38 Mas á Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Pamphylia, y no había ido con ellos á la obra. 39 Y hubo tal contención entre ellos, que se apartaron el uno del otro, y Bernabé tomando á Marcos, navegó á Cipro. 40 Y Pablo escogiendo á Silas, partió encomendado de los hermanos á la gracia del Señor. 41 Y anduvo la Siria y la Cilicia, confirmando á las iglesias.

Mateo 6:33: 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

2 Tesalonicenses 2:1-3: 2 EMPERO os rogamos, hermanos, cuanto á la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestro recogimiento á él, 2 Que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del Señor esté cerca. 3 No os engañe nadie en ninguna manera, porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición

Hechos 1:8: 8 Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros, y me sereís testigos en Jerusalem, en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Juan 14:6: 6 Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.

Jeremías 9:17: 17 Así dice Jehová de los ejércitos: Considerad, y llamad plañideras que vengan, y enviad por las sabias que vengan

Hechos 10:1-48: 10 Y HABIA un varón en Cesarea llamado Cornelio, centurión de la compañía que se llamaba la Italiana, 2 Pío y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba á Dios siempre. 3 Este vió en visión manifiestamente, como á la hora nona del día, que un ángel de Dios entraba á él, y le decía: Cornelio. 4 Y él, puestos en él los ojos, espantado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y díjole: Tus oraciones y tus limosnas han subido en memoria á la presencia de Dios. 5 Envía pues ahora hombres á Joppe, y haz venir á un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro. 6 Este posa en casa de un Simón, curtidor, que tiene su casa junto á la mar: él te dirá lo que te conviene hacer. 7 E ido el ángel que hablaba con Cornelio, llamó dos de sus criados, y un devoto soldado de los que le asistían, 8 A los cuales, después de habérselo contado todo, los envió á Joppe. 9 Y al día siguiente, yendo ellos su camino, y llegando cerca de la ciudad, Pedro subió á la azotea á orar, cerca de la hora de sexta, 10 Y aconteció que le vino una grande hambre, y quiso comer, pero mientras disponían, sobrevínole un éxtasis, 11 Y vió el cielo abierto, y que descendía un vaso, como un gran lienzo, que atado de los cuatro cabos era bajado á la tierra, 12 En el cual había de todos los animales cuadrúpedos de la tierra, y reptiles, y aves del cielo. 13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. 14 Entonces Pedro dijo: Señor, no, porque ninguna cosa común é inmunda he comido jamás. 15 Y volvió la voz hacia él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. 16 Y esto fué hecho por tres veces, y el vaso volvió á ser recogido en el cielo. 17 Y estando Pedro dudando dentro de sí qué sería la visión que había visto, he aquí, los hombres que habían sido enviados por Cornelio, que, preguntando por la casa de Simón, llegaron á la puerta. 18 Y llamando, preguntaron si un Simón que tenía por sobrenombre Pedro, posaba allí. 19 Y estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. 20 Levántate, pues, y desciende, y no dudes ir con ellos, porque yo los he enviado. 21 Entonces Pedro, descendiendo á los hombres que eran enviados por Cornelio, dijo: He aquí, yo soy el que buscáis: ¿cuál es la causa por la que habéis venido? 22 Y ellos dijeron: Cornelio, el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene testimonio de toda la nación de los Judíos, ha recibido respuesta por u
santo ángel, de hacerte venir á su casa, y oir de ti palabras. 23 Entonces metiéndolos dentro, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fué con ellos, y le acompañaron algunos de los hermanos de Joppe. 24 Y al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo llamado á sus parientes y los amigos más familiares. 25 Y como Pedro entró, salió Cornelio á recibirle, y derribándose á sus pies, adoró. 26 Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, yo mismo también soy hombre. 27 Y hablando con él, entró, y halló á muchos que se habían juntado. 28 Y les dijo: Vosotros sabéis que es abominable á un varón Judío juntarse ó llegarse á extranjero, mas me ha mostrado Dios que á ningún hombre llame común ó inmundo, 29 Por lo cual, llamado, he venido sin dudar. Así que pregunto: ¿por qué causa me habéis hecho venir? 30 Entonces Cornelio dijo: Cuatro días ha que á esta hora yo estaba ayuno, y á la hora de nona estando orando en mi casa, he aquí un varón se puso delante de mí en vestido resplandeciente. 31 Y dijo: Cornelio, tu oración es oída, y tus limosnas han venido en memoria en la presencia de Dios. 32 Envía pues á Joppe, y haz venir á un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro, éste posa en casa de Simón, curtidor, junto á la mar, el cual venido, te hablará. 33 Así que, luego envié á ti, y tú has hecho bien en venir. Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oir todo lo que Dios te ha mandado. 34 Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: Por verdad hallo que Dios no hace acepción de personas, 35 Sino que de cualquiera nación que le teme y obra justicia, se agrada. 36 Envió palabra Dios á los hijos de Israel, anunciando la paz por Jesucristo, éste es el Señor de todos. 37 Vosotros sabéis lo que fué divulgado por toda Judea, comenzando desde Galilea después del bautismo que Juan predicó, 38 Cuanto á Jesús de Nazaret, cómo le ungió Dios de Espíritu Santo y de potencia, el cual anduvo haciendo bienes, y sanando á todos los oprimidos del diablo, porque Dios era con él. 39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de Judea, y en Jerusalem, al cual mataron colgándole en un madero. 40 A éste levantó Dios al tercer día, é hizo que apareciese manifiesto, 41 No á todo el pueblo, sino á los testigos que Dios antes había ordenado, es á saber, á nosotros que comimos y bebimos con él, después que resucitó de los muertos. 42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. 43 A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. 44 Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el sermón. 45 Y se espantaron los fieles que eran de la circuncisión, que habían venido con Pedro, de que también sobre los Gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. 46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban á Dios. 47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? 48 Y les mandó bautizar en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.

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