Versículos de la Biblia sobre los acreedores

Isaías 42:1: 42 HE aquí mi siervo, yo lo sostendré, mi escogido en quien mi alma toma contentamiento: he puesto sobre él mi espíritu, dará juicio á las gentes.

Isaías 26:10: 10 Alcanzará piedad el impío, y no aprenderá justicia, en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará á la majestad de Jehová.

Isaías 20:1-6: 20 EN el año que vino Thartán á Asdod, cuando le envió Sargón rey de Asiria, y peleó contra Asdod y la tomó, 2 En aquel tiempo habló Jehová por Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve, y quita el saco de tus lomos, y descalza los zapatos de tus pies. E hízolo así, andando desnudo y descalzo. 3 Y dijo Jehová: De la manera que anduvo mi siervo Isaías desnudo y descalzo tres años, señal y pronóstico sobre Egipto y sobre Etiopía, 4 Así llevará el rey de Asiria la cautividad de Egipto y la transmigración de Etiopía, de mozos y de viejos, desnuda y descalza, y descubiertas las nalgas para vergüenza de Egipto. 5 Y se turbarán y avergonzarán de Etiopía su esperanza, y de Egipto su gloria. 6 Y dirá en aquel día el morador de esta isla: Mirad qué tal fué nuestra esperanza, donde nos acogimos por socorro para ser libres de la presencia del rey de Asiria: ¿y cómo escaparemos?

Isaías 2:1-22: 2 LO que vió Isaías, hijo de Amoz, tocante á Judá y a Jerusalem. 2 Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán á él todas las gentes. 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, á la casa del Dios de Jacob, y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová. 4 Y juzgará entre las gentes, y reprenderá á muchos pueblos, y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces: no alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra. 5 Venid, oh casa de Jacob, y caminemos á la luz de Jehová. 6 Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque son henchidos de oriente, y de agoreros, como los Filisteos, y en hijos ajenos descansan. 7 Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos, ni sus carros tienen número. 8 Además está su tierra llena de ídolos, y á la obra de sus manos se han arrodillado, á lo que fabricaron sus dedos. 9 Y hase inclinado el hombre, y el varón se ha humillado: por tanto no los perdonarás. 10 Métete en la piedra, escóndete en el polvo, de la presencia espantosa de Jehová y del resplandor de su majestad. 11 La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada, y Jehová solo será ensalzado en aquel día. 12 Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, y sobre todo ensalzado, y será abatido: 13 Y sobre todos los cedros del Líbano altos y sublimes, y sobre todos los alcornoques de Basán, 14 Y sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados levantados, 15 Y sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte, 16 Y sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas pinturas preciadas. 17 Y la altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada, y solo Jehová será ensalzado en aquel día. 18 Y quitará totalmente los ídolos. 19 Y meteránse en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la presencia espantosa de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levantare él para herir la tierra. 20 Aquel día arrojará el hombre, á los topos y murciélagos, sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, 21 Y se entrarán en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levantare para herir la tierra. 22 Dejaos del hombre, cuyo hálito está en su nariz, porque ¿de qué es él estimado?

Josué 1:8: 8 El libro de aquesta ley nunca se apartará de tu boca: antes de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme á todo lo que en él está escrito: porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

Apocalipsis 21:1-27: 21 Y VI un cielo nuevo, y una tierra nueva: porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no es. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalem nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos, y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos. 4 Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos, y la muerte no será más, y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas. 5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6 Y díjome: Hecho es. Yo soy Alpha y Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente. 7 El que venciere, poseerá todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Mas á los temerosos é incrédulos, á los abominables y homicidas, á los fornicarios y hechiceros, y á los idólatras, y á todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda. 9 Y vino á mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete postreras plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la esposa, mujer del Cordero. 10 Y llevóme en Espíritu á un grande y alto monte, y me mostró la grande ciudad santa de Jerusalem, que descendía del cielo de Dios, 11 Teniendo la claridad de Dios: y su luz era semejante á una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal. 12 Y tenía un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel. 13 Al oriente tres puertas, al norte tres puertas, al mediodiá tres puertas, al poniente tres puertas. 14 Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y en ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. 15 Y el que hablaba conmigo, tenía una medida de una caña de oro para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro. 16 Y la ciudad está situada y puesta en cuadro, y su largura es tanta como su anchura: y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios: la largura y la altura y la anchura de ella son iguales. 17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es del ángel. 18 Y el material de su muro era de jaspe: mas la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio. 19 Y los fundamentos del muro de la ciudad estaban adornados de toda piedra preciosa. El primer fundamento era jaspe, el segundo, zafiro, el tercero, calcedonia, el cuarto, esmeralda, 20 El quinto, sardónica, el sexto, sardio, el séptimo, crisólito, el octavo, berilo, el nono, topacio, el décimo, crisopraso, el undécimo, jacinto, el duodécimo, amatista. 21 Y las doce puertas eran doce perlas, en cada una, una, cada puerta era de una perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro como vidrio trasparente. 22 Y no vi en ella templo, porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. 23 Y la ciudad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan en ella: porque la claridad de Dios la iluminó, y el Cordero era su lumbrera. 24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán en la lumbre de ella: y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor á ella 25 Y sus puertas nunca serán cerradas de día, porque allí no habrá noche. 26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones á ella. 27 No entrará en ella ninguna cosa sucia, ó que hace abominación y mentira, sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero.

1 Juan 4:1-21: 4 AMADOS, no creáis á todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo. 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo es venido en carne es de Dios: 3 Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo es venido en carne, no es de Dios: y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo. 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido, porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo. 5 Ellos son del mundo, por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. 6 Nosotros somos de Dios: el que conoce á Dios, nos oye: el que no es de Dios, no nos oye. Por esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error. 7 Carísimos, amémonos unos á otros, porque el amor es de Dios. Cualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce á Dios. 8 El que no ama, no conoce á Dios, porque Dios es amor. 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió á su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 10 En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado á Dios, sino que él nos amó á nosotros, y ha enviado á su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 11 Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos á otros. 12 Ninguno vió jamás á Dios. Si nos amamos unos á otros, Dios está en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros: 13 En esto conocemos que estamos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. 14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo. 15 Cualquiera que confesare que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en él, y él en Dios. 16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor, y el que vive en amor, vive en Dios, y Dios en él. 17 En esto es perfecto el amor con nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo. 18 En amor no hay temor, mas el perfecto amor echa fuera el temor: porque el temor tiene pena. De donde el que teme, no está perfecto en el amor. 19 Nosotros le amamos á él, porque él nos amó primero. 20 Si alguno dice, Yo amo á Dios, y aborrece á su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama á su hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar á Dios á quien no ha visto? 21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: Que el que ama á Dios, ame también á su hermano.

1 Juan 2:16: 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.

1 Juan 2:1-2: 2 HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis, y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo, 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

1 Juan 1:9: 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.

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