Versículos de la Biblia sobre los enemigos

Lucas 6:27-36: 27 Mas á vosotros los que oís, digo: Amad á vuestros enemigos, haced bien á los que os aborrecen, 28 Bendecid á los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. 29 Y al que te hiriere en la mejilla, dale también la otra, y al que te quitare la capa, ni aun el sayo le defiendas. 30 Y á cualquiera que te pidiere, da, y al que tomare lo que es tuyo, no vuelvas á pedir. 31 Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros: 32 Porque si amáis á los que os aman, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores aman á los que los aman. 33 Y si hiciereis bien á los que os hacen bien, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores hacen lo mismo. 34 Y si prestareis á aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores prestan á los pecadores, para recibir otro tanto. 35 Amad, pués, á vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada, y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo: porque él es benigno para con los ingratos y malos. 36 Sed pues misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.

Mateo 5:43-48: 43 Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo. 44 Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen, 45 Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos. 46 Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Lucas 23:34: 34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.

Romanos 13:4: 4 Porque es ministro de Dios para tu bien. Mas si hicieres lo malo, teme: porque no en vano lleva el cuchillo, porque es ministro de Dios, vengador para castigo al que hace lo malo.

Mateo 10:34: 34 No penséis que he venido para meter paz en la tierra: no he venido para meter paz, sino espada.

Mateo 5:38-39: 38 Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Mas yo os digo: No resistáis al mal, antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra

2 Pedro 2:1-22: 2 PERO hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos doctores, que introducirán encubiertamente herejías de perdición, y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos perdición acelerada. 2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3 Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme. 4 Porque si Dios no perdonó á los ángeles que habían pecado, sino que habiéndolos despeñado en el infierno con cadenas de oscuridad, los entregó para ser reservados al juicio, 5 Y si no perdonó al mundo viejo, mas guardó á Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de malvados, 6 Y si condenó por destrucción las ciudades de Sodoma y de Gomorra, tornándolas en ceniza, y poniéndolas por ejemplo á los que habían de vivir sin temor y reverencia de Dios, 7 Y libró al justo Lot, acosado por la nefanda conducta de los malvados, 8 (Porque este justo, con ver y oir, morando entre ellos, afligía cada día su alma justa con los hechos de aquellos injustos,) 9 Sabe el Señor librar de tentación á los píos, y reservar á los injustos para ser atormentados en el día del juicio, 10 Y principalmente á aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia é inmundicia, y desprecian la potestad, atrevidos, contumaces, que no temen decir mal de las potestades superiores: 11 Como quiera que los mismos ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor. 12 Mas éstos, diciendo mal de las cosas que no entienden, como bestias brutas, que naturalmente son hechas para presa y destrucción, perecerán en su perdición, 13 Recibiendo el galardón de su injusticia, ya que reputan por delicia poder gozar de deleites cada día. Estos son suciedades y manchas, los cuales comiendo con vosotros, juntamente se recrean en sus errores, 14 Teniendo los ojos llenos de adulterio, y no saben cesar de pecar, cebando las almas inconstantes, teniendo el corazón ejercitado en codicias, siendo hijos de maldición, 15 Que han dejado el camino derecho, y se han extraviado, siguiendo el camino de Balaam, hijo de Bosor, el cual amó el premio de la maldad. 16 Y fué reprendido por su iniquidad: una muda bestia de carga, hablando en voz de hombre, refrenó la locura del profeta. 17 Estos son fuentes sin agua, y nubes traídas de torbellino de viento: para los cuales está guardada la oscuridad de las tinieblas para siempre. 18 Porque hablando arrogantes palabras de vanidad, ceban con las concupiscencias de la carne en disoluciones á los que verdaderamente habían huído de los que conversan en error, 19 Prometiéndoles libertad, siendo ellos mismos siervos de corrupción. Porque el que es de alguno vencido, es sujeto á la servidumbre del que lo venció. 20 Ciertamente, si habiéndose ellos apartado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y otra vez envolviéndose en ellas, son vencidos, sus postrimerías les son hechas peores que los principios. 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, tornarse atrás del santo mandamiento que les fué dado. 22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro se volvió á su vómito, y la puerca lavada á revolcarse en el cieno.

1 Timoteo 5:8: 8 Y si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que un infiel.

Mateo 26:52-54: 52 Entonces Jesús le dice: Vuelve tu espada á su lugar, porque todos los que tomaren espada, á espada perecerán. 53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar á mi Padre, y él me daría más de doce legiones de ángeles? 54 ¿Cómo, pues, se cumplirían las Escrituras, que así conviene que sea hecho?

Salmos 1:1-6: 1 BIENAVENTURADO el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado, 2 Antes en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3 Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae, Y todo lo que hace, prosperará. 4 No así los malos: Sino como el tamo que arrebata el viento. 5 Por tanto no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos. 6 Porque Jehová conoce el camino de los justos, Mas la senda de los malos perecerá.

Job 31:30: 30 (Que ni aun entregué al pecado mi paladar, Pidiendo maldición para su alma,)

Apocalipsis 21:8: 8 Mas á los temerosos é incrédulos, á los abominables y homicidas, á los fornicarios y hechiceros, y á los idólatras, y á todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Santiago 4:4: 4 Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

Mateo 5:1-48: 5 Y VIENDO las gentes, subió al monte, y sentándose, se llegaron á él sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: 3 Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos. 4 Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación. 5 Bienaventurados los mansos: porque ellos recibirán la tierra por heredad. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos. 7 Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán misericordia. 8 Bienaventurados los de limpio corazón: porque ellos verán á Dios. 9 Bienaventurados los pacificadores: porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros. 13 Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres. 14 Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra á todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos. 17 No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir. 18 Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. 19 De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare á los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y de los Fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 21 Oísteis que fué dicho á los antiguos: No matarás, mas cualquiera que matare, será culpado del juicio. 22 Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio, y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo, y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego. 23 Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 Deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente. 25 Concíliate con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino, porque no acontezca que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en prisión. 26 De cierto te digo, que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante. 27 Oísteis que fué dicho: No adulterarás: 28 Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y échala de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 31 También fué dicho: Cualquiera que repudiare á su mujer, déle carta de divorcio: 32 Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casare con la repudiada, comete adulterio. 33 Además habéis oído que fué dicho á los antiguos: No te perjurarás, mas pagarás al Señor tus juramentos. 34 Mas yo os digo: No juréis en ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, 35 Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies, ni por Jerusalem, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer un cabello blanco ó negro. 37 Mas sea vuestro hablar: Sí, sí, No, no, porque lo que es más de esto, de mal procede. 38 Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Mas yo os digo: No resistáis al mal, antes á cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra, 40 Y al que quisiere ponerte á pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa, 41 Y á cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pidiere, dale, y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses. 43 Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo. 44 Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen, 45 Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos. 46 Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Jeremías 1:1-19: 1 LAS palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anathoth, en tierra de Benjamín. 2 La palabra de Jehová que fué á él en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año décimotercio de su reinado. 3 Fué asimismo en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedechîas hijo de Josías, rey de Judá, hasta la cautividad de Jerusalem en el mes quinto. 4 Fué pues palabra de Jehová á mí, diciendo: 5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te santifiqué, te dí por profeta á las gentes. 6 Y yo dije: ­Ah! ­ah! ­Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. 7 Y díjome Jehová: No digas, soy niño, porque á todo lo que te enviaré irás tú, y dirás todo lo que te mandaré. 8 No temas delante de ellos, porque contigo soy para librarte, dice Jehová. 9 Y extendió Jehová su mano, y tocó sobre mi boca, y díjome Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. 10 Mira que te he puesto en este día sobre gentes y sobre reinos, para arrancar y para destruir, y para arruinar y para derribar, y para edificar y para plantar. 11 Y la palabra de Jehová fué á mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Yo veo una vara de almendro. 12 Y díjome Jehová: Bien has visto, porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra. 13 Y fué á mí palabra de Jehová segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Yo veo una olla que hierve, y su haz está de la parte del aquilón. 14 Y díjome Jehová: Del aquilón se soltará el mal sobre todos los moradores de la tierra. 15 Porque he aquí que yo convoco todas las familias de los reinos del aquilón, dice Jehová, y vendrán, y pondrá cada uno su asiento á la entrada de las puertas de Jerusalem, y junto á todos sus muros en derredor, y en todas las ciudades de Judá. 16 Y á causa de toda su malicia, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, é incensaron á dioses extraños, y á hechuras de sus manos se encorvaron. 17 Tú pues, ciñe tus lomos, y te levantarás, y les hablarás todo lo que te mandaré: no temas delante de ellos, porque no te haga yo quebrantar delante de ellos. 18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortalecida, y como columna de hierro, y como muro de bronce sobre toda la tierra, á los reyes de Judá, á sus príncipes, á sus sacerdotes, y al pueblo de la tierra. 19 Y pelearán contra ti, mas no te vencerán, porque yo soy contigo, dice Jehová, para librarte.

Levítico 19:31: 31 No os volváis á los encantadores y á los adivinos: no los consultéis ensuciándoos con ellos: Yo Jehová vuestro Dios.

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