Versículos de la Biblia sobre Presionando hacia la meta

Romanos 12:2: 2 Y no os conforméis á este siglo, mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Gálatas 5:25: 25 Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.

Colosenses 4:2-6: 2 Perseverad en oración, velando en ella con hacimiento de gracias: 3 Orando también juntamente por nosotros, que el Señor nos abra la puerta de la palabra, para hablar el misterio de Cristo, por el cual aun estoy preso, 4 Para que lo manifieste como me conviene hablar. 5 Andad en sabiduría para con los extraños, redimiendo el tiempo. 6 Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo os conviene responder á cada uno.

Apocalipsis 3:20: 20 He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.

Judas 1:24: 24 A aquel, pues, que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría

Gálatas 5:24: 24 Porque los que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias.

Filipenses 2:12-13: 12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13 Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Efesios 6:16: 16 Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

1 Corintios 1:18: 18 Porque la palabra de la cruz es locura á los que se pierden, mas á los que se salvan, es á saber, á nosotros, es potencia de Dios.

Romanos 6:23: 23 Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Romanos 2:6-8: 6 El cual pagará á cada uno conforme á sus obras: 7 A los que perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, la vida eterna. 8 Mas á los que son contenciosos, y no obedecen á la verdad, antes obedecen á la injusticia, enojo é ira

Hechos 2:38-39: 38 Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

1 Juan 1:9: 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.

1 Pedro 3:18-22: 18 Porque también Cristo padeció una vez por los injustos, para llevarnos á Dios, siendo á la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu, 19 En el cual también fué y predicó á los espíritus encarcelados, 20 Los cuales en otro tiempo fueron desobedientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, cuando se aparejaba el arca, en la cual pocas, es á saber, ocho personas fueron salvas por agua. 21 A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesucristo: 22 El cual está á la diestra de Dios, habiendo subido al cielo, estando á él sujetos los ángeles, y las potestades, y virtudes.

Filipenses 3:14: 14 Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús.

Gálatas 2:20: 20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí.

2 Corintios 5:17: 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.

Juan 20:19-24: 19 Y como fué tarde aquel día, el primero de la semana, y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los Judíos, vino Jesús, y púsose en medio, y díjoles: Paz á vosotros. 20 Y como hubo dicho esto, mostróles las manos y el costado. Y los discípulos se gozaron viendo al Señor. 21 Entonces les dijo Jesús otra vez: Paz á vosotros: como me envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y como hubo dicho esto, sopló, y díjoles: Tomad el Espíritu Santo: 23 A los que remitiereis los pecados, les son remitidos: á quienes los retuviereis, serán retenidos. 24 Empero Tomás, uno de los doce, que se dice el Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.

Juan 6:67-71: 67 Dijo entonces Jesús á los doce: ¿Queréis vosotros iros también? 68 Y respondióle Simón Pedro: Señor, ¿á quién iremos? tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros creemos y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente. 70 Jesús le respondió: ¿No he escogido yo á vosotros doce, y uno de vosotros es diablo? 71 Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le había de entregar, el cual era uno de los doce.

Juan 6:50-71: 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo: si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre, y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. 52 Entonces los Judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos su carne á comer? 53 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo: no como vuestros padres comieron el maná, y son muertos: el que come de este pan, vivirá eternamente. 59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. 60 Y muchos de sus discípulos oyéndo lo, dijeron: Dura es esta palabra: ¿quién la puede oir? 61 Y sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, díjoles: ¿Esto os escandaliza? 62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del hombre que sube donde estaba primero? 63 El espíritu es el que da vida, la carne nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado, son espíritu y son vida. 64 Mas hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús desde el principio sabía quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. 65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir á mí, si no le fuere dado del Padre. 66 Desde esto, muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. 67 Dijo entonces Jesús á los doce: ¿Queréis vosotros iros también? 68 Y respondióle Simón Pedro: Señor, ¿á quién iremos? tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros creemos y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente. 70 Jesús le respondió: ¿No he escogido yo á vosotros doce, y uno de vosotros es diablo? 71 Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le había de entregar, el cual era uno de los doce.

Mateo 9:6-8: 6 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete á tu casa. 7 Entonces él se levantó y se fué á su casa. 8 Y las gentes, viéndolo, se maravillaron, y glorificaron á Dios, que había dado tal potestad á los hombres.

Mateo 5:48: 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Hebreos 12:2: 2 Puestos los ojos en al autor y consumador de la fe, en Jesús, el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y sentóse á la diestra del trono de Dios.

Hebreos 12:1: 12 POR tanto nosotros también, teniendo en derredor nuestro una tan grande nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta

Filipenses 4:19: 19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme á sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

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