Versículos de la Biblia sobre Videntes

2 Crónicas 9:29: 29 Lo demás de los hechos de Salomón, primeros y postreros, ¿no está todo escrito en los libros de Nathán profeta, y en la profecía de Ahías Silonita, y en las profecías del vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat?

1 Corintios 2:13: 13 Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual.

Amós 3:7: 7 Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto á sus siervos los profetas.

1 Crónicas 29:29: 29 Y los hechos del rey David, primeros y postreros, están escritos en el libro de las crónicas de Samuel vidente, y en las crónicas del profeta Nathán, y en las crónicas de Gad vidente

Deuteronomio 4:2: 2 No añadiréis á la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.

2 Crónicas 33:19: 19 Su oración también, y cómo fué oído, todos sus pecados, y su prevaricación, los lugares donde edificó altos y había puesto bosques é ídolos antes que se humillase, he aquí estas cosas están escritas en las palabras de los videntes.

Apocalipsis 22:18-19: 18 Porque yo protesto á cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere á estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.

2 Crónicas 12:15: 15 Y las cosas de Roboam, primeras y postreras, ¿no están escritas en los libros de Semeías profeta y de Iddo vidente, en la cuenta de los linajes? Y entre Roboam y Jeroboam hubo perpetua guerra.

1 Tesalonicenses 2:13: 13 Por lo cual, también nosotros damos gracias á Dios sin cesar, de que habiendo recibido la palabra de Dios que oísteis de nosotros, recibisteis no palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, el cual obra en vosotros los que creísteis.

Efesios 3:3: 3 A saber, que por revelación me fué declarado el misterio, como antes he escrito en breve

2 Pedro 1:21: 21 Porque la profecía no fué en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo.

1 Reyes 11:41: 41 Lo demás de los hechos de Salomón, y todas las cosas que hizo, y su sabiduría, ¿no están escritas en el libro de los hechos de Salomón?

Josué 10:13: 13 Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta tanto que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está aquesto escrito en el libro de Jasher? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró á ponerse casi un día entero.

1 Juan 5:7: 7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno.

2 Timoteo 3:16: 16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia

2 Timoteo 3:15: 15 Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús.

Colosenses 4:16: 16 Y cuando esta carta fuere leída entre vosotros, haced que también sea leída en la iglesia de los Laodicenses, y la de Laodicea que la leáis también vosotros.

Juan 21:25: 25 Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribiesen cada una por sí, ni aun en el mundo pienso que cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.

Marcos 13:1-37: 13 Y SALIENDO del templo, le dice uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. 2 Y Jesús respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada. 3 Y sentándose en el monte de las Olivas delante del templo, le preguntaron aparte Pedro y Jacobo y Juan y Andrés: 4 Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿y qué señal habrá cuando todas estas cosas han de cumplirse? 5 Y Jesús respondiéndoles, comenzó á decir: Mirad, que nadie os engañe, 6 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y engañaran á muchos. 7 Mas cuando oyereis de guerras y de rumores de guerras no os turbéis, porque conviene hacerse así, mas aun no será el fin. 8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres y alborotos, principios de dolores serán estos. 9 Mas vosotros mirad por vosotros: porque os entregarán en los concilios, y en sinagogas seréis azotados: y delante de presidentes y de reyes seréis llamados por causa de mí, en testimonio á ellos. 10 Y á todas las gentes conviene que el evangelio sea predicado antes. 11 Y cuando os trajeren para entregaros, no premeditéis qué habéis de decir, ni lo penséis: mas lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad, porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. 12 Y entregará á la muerte el hermano al hermano, y el padre al hijo: y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. 13 Y seréis aborrecidos de todos por mi nombre: mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo. 14 Empero cuando viereis la abominación de asolamiento, que fué dicha por el profeta Daniel, que estará donde no debe (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan á los montes, 15 Y el que esté sobre el terrado, no descienda á la casa, ni entre para tomar algo de su casa, 16 Y el que estuviere en el campo, no vuelva atrás á tomar su capa. 17 Mas ­ay de las preñadas, y de las que criaren en aquellos días! 18 Orad pues, que no acontezca vuestra huída en invierno. 19 Porque aquellos días serán de aflicción, cual nunca fué desde el principio de la creación que crió Dios, hasta este tiempo, ni será. 20 Y si el Señor no hubiese abreviado aquellos días, ninguna carne se salvaría, mas por causa de los escogidos que él escogió, abrevió aquellos días. 21 Y entonces si alguno os dijere: He aquí, aquí está el Cristo, ó, He aquí, allí está, no le creáis. 22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y darán señales y prodigios, para engañar, si se pudiese hacer, aun á los escogidos. 23 Mas vosotros mirad, os lo he dicho antes todo. 24 Empero en aquellos días, después de aquella aflicción, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su resplandor, 25 Y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes que están en los cielos serán conmovidas, 26 Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en las nubes con mucha potestad y gloria. 27 Y entonces enviará sus ángeles, y juntará sus escogidos de los cuatro vientos, desde el cabo de la tierra hasta el cabo del cielo. 28 De la higuera aprended la semejanza: Cuando su rama ya se enternece, y brota hojas, conocéis que el verano está cerca: 29 Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que está cerca, á las puertas. 30 De cierto os digo que no pasará esta generación, que todas estas cosas no sean hechas. 31 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. 32 Empero de aquel día y de la hora, nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 33 Mirad, velad y orad: porque no sabéis cuándo será el tiempo. 34 Como el hombre que partiéndose lejos, dejó su casa, y dió facultad á sus siervos, y á cada uno su obra, y al portero mandó que velase: 35 Velad pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa vendrá, si á la tarde, ó á la media noche, ó al canto del gallo, ó á la mañana, 36 Porque cuando viniere de repente, no os halle durmiendo. 37 Y las cosas que á vosotros digo, á todos las dijo: Velad.

Mateo 2:23: 23 Y vino, y habitó en la ciudad que se llama Nazaret: para que se cumpliese lo que fué dicho por los profetas, que había de ser llamado Nazareno.

Números 23:19: 19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta: El dijo, ¿y no hará?, Habló, ¿y no lo ejecutará?

Apocalipsis 22:18: 18 Porque yo protesto á cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere á estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro.

Juan 17:3: 3 Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios verdadero, y á Jesucristo, al cual has enviado.

Juan 10:35: 35 Si dijo, dioses, á aquellos á los cuales fué hecha palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada)

Mateo 24:1-51: 24 Y SALIDO Jesús, íbase del templo, y se llegaron sus discípulos, para mostrarle los edificios del templo. 2 Y respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? de cierto os digo, que no será dejada aquí piedra sobre piedra, que no sea destruída. 3 Y sentándose él en el monte de las Olivas, se llegaron á él los discípulos aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del mundo? 4 Y respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y á muchos engañarán. 6 Y oiréis guerras, y rumores de guerras: mirad que no os turbéis, porque es menester que todo esto acontezca, mas aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares. 8 Y todas estas cosas, principio de dolores. 9 Entonces os entregarán para ser afligidos, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10 Y muchos entonces serán escandalizados, y se entregarán unos á otros, y unos á otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán á muchos. 12 Y por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará. 13 Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo. 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio á todos los Gentiles, y entonces vendrá el fin. 15 Por tanto, cuando viereis la abominación del asolamiento, que fué dicha por Daniel profeta, que estará en el lugar santo, (el que lee, entienda), 16 Entonces los que están en Judea, huyan á los montes, 17 Y el que sobre el terrado, no descienda á tomar algo de su casa, 18 Y el que en el campo, no vuelva atrás á tomar sus vestidos. 19 Mas ­ay de las preñadas, y de las que crían en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huída no sea en invierno ni en sábado, 21 Porque habrá entonces grande aflicción, cual no fué desde el principio del mundo hasta ahora, ni será. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva, mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23 Entonces, si alguno os dijere: He aquí está el Cristo, ó allí, no creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios, de tal manera que engañarán, si es posible, aun á los escogidos. 25 He aquí os lo he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: He aquí en el desierto está, no salgáis: He aquí en las cámaras, no creáis. 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre. 28 Porque donde quiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas. 29 Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán conmovidas. 30 Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo, y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria. 31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro. 32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca. 33 Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, á las puertas. 34 De cierto os digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan. 35 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. 36 Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo. 37 Mas como los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca, 39 Y no conocieron hasta que vino el diluvio y llevó á todos, así será también la venida del Hijo del hombre. 40 Entonces estarán dos en el campo, el uno será tomado, y el otro será dejado: 41 Dos mujeres moliendo á un molinillo, la una será tomada, y la otra será dejada. 42 Velad pues, porque no sabéis á qué hora ha de venir vuestro Señor. 43 Esto empero sabed, que si el padre de la familia supiese á cuál vela el ladrón había de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad apercibidos, porque el Hijo del hombre ha de venir á la hora que no pensáis. 45 ¿Quién pues es el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su familia para que les dé alimento á tiempo? 46 Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su señor viniere, le hallare haciendo así. 47 De cierto os digo, que sobre todos sus bienes le pondrá. 48 Y si aquel siervo malo dijere en su corazón Mi señor se tarda en venir: 49 Y comenzare á herir á sus consiervos, y aun á comer y á beber con los borrachos, 50 Vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera, y á la hora que no sabe, 51 Y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas: allí será el lloro y el crujir de dientes.

Mateo 1:1-25: 1 LIBRO de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. 2 Abraham engendró á Isaac: é Isaac engendró á Jacob: y Jacob engendró á Judas y á sus hermanos: 3 Y Judas engendró de Thamar á Phares y á Zara: y Phares engendró á Esrom: y Esrom engendró á Aram: 4 Y Aram engendró á Aminadab: y Aminadab engendró á Naassón: y Naassón engendró á Salmón: 5 Y Salmón engendró de Rachâb á Booz, y Booz engendró de Ruth á Obed y Obed engendró á Jessé: 6 Y Jessé engendró al rey David: y el rey David engendró á Salomón de la que fué mujer de Urías: 7 Y Salomón engendró á Roboam: y Roboam engendró á Abía: y Abía engendró á Asa: 8 Y Asa engendró á Josaphat: y Josaphat engendró á Joram: y Joram engendró á Ozías: 9 Y Ozías engendró á Joatam: y Joatam engendró á Achâz: y Achâz engendró á Ezechîas: 10 Y Ezechîas engendró á Manasés: y Manasés engendró á Amón: y Amón engendró á Josías: 11 Y Josías engendró á Jechônías y á sus hermanos, en la transmigración de Babilonia. 12 Y después de la transmigración de Babilonia, Jechônías engendró á Salathiel: y Salathiel engendró á Zorobabel: 13 Y Zorobabel engendró á Abiud: y Abiud engendró á Eliachîm: y Eliachîm engendró á Azor: 14 Y Azor engendró á Sadoc: y Sadoc engendró á Achîm: y Achîm engendró á Eliud: 15 Y Eliud engendró á Eleazar: y Eleazar engendró á Mathán: y Mathán engendró á Jacob: 16 Y Jacob engendró á José, marido de María, de la cual nació Jesús, el cual es llamado el Cristo. 17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones: y desde David hasta la transmigración de Babilonia, catorce generaciones: y desde la transmigración de Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones. 18 Y el nacimiento de Jesucristo fué así: Que siendo María su madre desposada con José, antes que se juntasen, se halló haber concebido del Espíritu Santo. 19 Y José su marido, como era justo, y no quisiese infamarla, quiso dejarla secretamente. 20 Y pensando él en esto, he aquí el ángel del Señor le aparece en sueños, diciendo: José, hijo de David, no temas de recibir á María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 21 Y parirá un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque él salvará á su pueblo de sus pecados. 22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo que fué dicho por el Señor, por el profeta que dijo: 23 He aquí la virgen concebirá y parirá un hijo, Y llamarás su nombre Emmanuel, que declarado, es: Con nosotros Dios. 24 Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió á su mujer. 25 Y no la conoció hasta que parió á su hijo primogénito: y llamó su nombre JESUS.

Amós 5:1-27: 5 OID esta palabra, porque yo levanto endecha sobre vosotros, casa de Israel. 2 Cayó la virg
n de Israel, no más podrá levantarse, dejada fué sobre su tierra, no hay quien la levante. 3 Porque así ha dicho el Señor Jehová: La ciudad que sacaba mil, quedará con ciento, y la que sacaba ciento, quedará con diez, en la casa de Israel. 4 Empero así dice Jehová á la casa de Israel: Buscadme, y viviréis, 5 Y no busquéis á Beth-el ni entreis en Gilgal, ni paséis á Beer-seba: porque Gilgal será llevada en cautiverio, y Beth-el será deshecha. 6 Buscad á Jehová, y vivid, no sea que hienda, como fuego, á la casa de José, y la consuma, sin haber en Beth-el quien lo apague. 7 Los que convierten en ajenjo el juicio, y dejan en tierra la justicia, 8 Miren al que hace el Arcturo y el Orión, y las tinieblas vuelve en mañana, y hace oscurecer el día en noche, el que llama á las aguas de la mar, y las derrama sobre la haz de la tierra: Jehová es su nombre: 9 Que da esfuerzo al despojador sobre el fuerte, y que el despojador venga contra la fortaleza. 10 Ellos aborrecieron en la puerta al reprensor, y al que hablaba lo recto abominaron. 11 Por tanto, pues que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo, edificasteis casas de sillares, mas no las habitaréis, plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas. 12 Porque sabido he vuestras muchas rebeliones, y vuestros grandes pecados: que afligen al justo, y reciben cohecho, y á los pobres en la puerta hacen perder su causa. 13 Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo. 14 Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis, porque así Jehová Dios de los ejércitos será con vosotros, como decís. 15 Aborreced el mal, y amad el bien, y poned juicio en la puerta: quizá Jehová, Dios de los ejércitos, tendrá piedad del remanente de José. 16 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, el Señor: En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán, ­Ay! ­ay! y al labrador llamarán á lloro, y á endecha á los que endechar supieren. 17 Y en todas las viñas habrá llanto, porque pasaré por medio de ti, dice Jehová. 18 Ay de los que desean el día de Jehová! ¿para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no luz: 19 Como el que huye de delante del león, y se topa con el oso, ó si entrare en casa y arrimare su mano á la pared, y le muerda la culebra. 20 ¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz, oscuridad, que no tiene resplandor? 21 Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me darán buen olor vuestras asambleas. 22 Y si me ofreciereis holocaustos y vuestros presentes, no los recibiré, ni miraré á los pacíficos de vuestros engordados. 23 Quita de mí la multitud de tus cantares, que no escucharé las salmodias de tus instrumentos. 24 Antes corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo. 25 ¿Habéisme ofrecido sacrificios y presentes en el desierto en cuarenta años, casa de Israel? 26 Mas llevabais el tabernáculo de vuestro Moloch y Chiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis. 27 Hareos pues trasportar más allá de Damasco, ha dicho Jehová, cuyo nombre es Dios de los ejércitos.

Daniel 11:1-45: 11 Y EN el año primero de Darío el de Media, yo estuve para animarlo y fortalecerlo. 2 Y ahora yo te mostraré la verdad. He aquí que aun habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas más que todos, y fortificándose con sus riquezas, despertará á todos contra el reino de Javán. 3 Levantaráse luego un rey valiente, el cual se enseñoreará sobre gran dominio, y hará su voluntad. 4 Pero cuando estará enseñoreado, será quebrantado su reino, y repartido por los cuatro vientos del cielo, y no á sus descendientes, ni según el señorío con que él se enseñoreó: porque su reino será arrancado, y para otros fuera de aquellos. 5 Y haráse fuerte el rey del mediodía: mas uno de los príncipes de aquél le sobrepujará, y se hará poderoso, su señorío será grande señorío. 6 Y al cabo de años se concertarán, y la hija del rey del mediodía vendrá al rey del norte para hacer los conciertos. Empero ella no podrá retener la fuerza del brazo: ni permanecerá él, ni su brazo, porque será entregada ella, y los que la habían traído, asimismo su hijo, y los que estaban de parte de ella en aquel tiempo. 7 Mas del renuevo de sus raíces se levantará uno sobre su silla, y vendrá con ejército, y entrará en la fortaleza del rey del norte, y hará en ellos á su arbitrio, y predominará. 8 Y aun los dioses de ellos, con sus príncipes, con sus vasos preciosos de plata y de oro, llevará cautivos á Egipto: y por años se mantendrá él contra el rey del norte. 9 Así entrará en el reino el rey del mediodía, y volverá á su tierra. 10 Mas los hijos de aquél se airarán y reunirán multitud de grandes ejércitos: y vendrá á gran priesa, é inundará, y pasará, y tornará, y llegará con ira hasta su fortaleza. 11 Por lo cual se enfurecerá el rey del mediodía, y saldrá, y peleará con el mismo rey del norte, y pondrá en campo gran multitud, y toda aquella multitud será entregada en su mano. 12 Y la multitud se ensoberbecerá, elevaráse su corazón, y derribará muchos millares, mas no prevalecerá. 13 Y el rey del norte volverá á poner en campo mayor multitud que primero, y á cabo del tiempo de años vendrá á gran priesa con grande ejército y con muchas riquezas. 14 Y en aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del mediodía, é hijos de disipadores de tu pueblo se levantarán para confirmar la profecía, y caerán. 15 Vendrá pues el rey del norte, y fundará baluartes, y tomará la ciudad fuerte, y los brazos del mediodía no podrán permanecer, ni su pueblo escogido, ni habrá fortaleza que pueda resistir. 16 Y el que vendrá contra él, hará á su voluntad, ni habrá quien se le pueda parar delante, y estará en la tierra deseable, la cual será consumida en su poder. 17 Pondrá luego su rostro para venir con el poder de todo su reino, y hará con aquél cosas rectas, y darále una hija de mujeres para trastornarla: mas no estará ni será por él. 18 Volverá después su rostro á las islas, y tomará muchas, mas un príncipe le hará parar su afrenta, y aun tornará sobre él su oprobio. 19 Luego volverá su rostro á las fortalezas de su tierra: mas tropezará y caerá, y no parecerá más. 20 Entonces sucederá en su silla uno que hará pasar exactor por la gloria del reino, mas en pocos días será quebrantado, no en enojo, ni en batalla. 21 Y sucederá en su lugar un vil, al cual no darán la honra del reino: vendrá empero con paz, y tomará el reino con halagos. 22 Y con los brazos de inundación serán inundados delante de él, y serán quebrantados, y aun también el príncipe del pacto. 23 Y después de los conciertos con él, él hará engaño, y subirá, y saldrá vencedor con poca gente. 24 Estando la provincia en paz y en abundancia, entrará y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres, presa, y despojos, y riquezas repartirá á sus soldados, y contra las fortalezas formará sus designios: y esto por tiempo. 25 Y despertará sus fuerzas y su corazón contra el rey del mediodía con grande ejército: y el rey del mediodía se moverá á la guerra con grande y muy fuerte ejército, mas no prevalecerá, porque le harán traición. 26 Aun los que comerán su pan, le quebrantarán, y su ejército será destruído, y caerán muchos muertos. 27 Y el corazón de estos dos reyes será para hacer mal, y en una misma mesa tratarán mentira: mas no servirá de nada, porque el plazo aun no es llegado. 28 Y volveráse á su tierra con grande riqueza, y su corazón será contra el pacto santo: hará pues, y volveráse á su tierra. 29 Al tiempo señalado tornará al mediodía, mas no será la postrera venida como la primera. 30 Porque vendrán contra él naves de Chîttim, y él se contristará, y se volverá, y enojaráse contra el pacto santo, y hará: volveráse pues, y pensará en los que habrán desamparado el santo pacto. 31 Y serán puestos brazos de su parte, y contaminarán el santuario de fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación espantosa. 32 Y con lisonjas hará pecar á los violadores del pacto: mas el pueblo que conoce á su Dios, se esforzará, y hará. 33 Y los sabios del pueblo darán sabiduría á muchos: y caerán á cuchillo y á fuego, en cautividad y despojo, por días. 34 Y en su caer serán ayudados de pequeño socorro: y muchos se juntarán á ellos con lisonjas. 35 Y algunos de los sabios caerán para ser purgados, y limpiados, y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado: porque aun para esto hay plazo. 36 Y el rey hará á su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios: y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y será prosperado, hasta que sea consumada la ira: porque hecha está determinación. 37 Y del Dios de sus padres no se cuidará, ni del amor de las mujeres: ni se cuidará de dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá. 38 Mas honrará en su lugar al dios Mauzim, dios que sus padres no conocieron: honrarálo con oro, y plata, y piedras preciosas, y con cosas de gran precio. 39 Y con el dios ajeno que conocerá, hará á los baluartes de Mauzim crecer en gloria: y harálos enseñorear sobre muchos, y por interés repartirá la tierra. 40 Empero al cabo del tiempo el rey del mediodía se acorneará con él, y el rey del norte levantará contra él como tempestad, con carros y gente de á caballo, y muchos navíos, y entrará por las tierras, é inundará, y pasará. 41 Y vendrá á la tierra deseable, y muchas provincias caerán, mas éstas escaparán de su mano: Edom, y Moab, y lo primero de los hijos de Ammón. 42 Asimismo extenderá su mano á las otras tierras, y no escapará el país de Egipto. 43 Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto, de Libia, y Etiopía por donde pasará. 44 Mas nuevas de oriente y del norte lo espantarán, y saldrá con grande ira para destruir y matar muchos. 45 Y plantará la tiendas de su palacio entre los mares, en el monte deseable del santuario, y vendrá hasta su fin, y no tendrá quien le ayude.

Daniel 9:1-27: 9 EN el año primero de Darío hijo de Assuero, de la nación de los Medos, el cual fué puesto por rey sobre el reino de los Caldeos, 2 En el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años, del cual habló Jehová al profeta Jeremías, que había de concluir la asolación de Jerusalem en setenta años. 3 Y volví mi rostro al Señor Dios, buscándole en oración y ruego, en ayuno, y cilicio, y ceniza. 4 Y oré á Jehová mi Dios, y confesé, y dije: Ahora Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos, 5 Hemos pecado, hemos hecho iniquidad, hemos obrado impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus juicios. 6 No hemos obedecido á tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron á nuestros reyes, y á nuestros príncipes, á nuestros padres, y á todo el pueblo de la tierra. 7 Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy á todo hombre de Judá, y á los moradores de Jerusalem, y á todo Israel, á los de cerca y á los de lejos, en todas las tierras á donde los has echado á causa de su rebelión con que contra ti se rebelaron. 8 Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes, y de nuestros padres, porque contra ti pecamos. 9 De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado, 10 Y no obedecimos á la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales puso él delante de nosotros por mano de sus siervos los profetas. 11 Y todo Israel traspasó tu ley apartándose para no oir tu voz: por lo cual ha fluído sobre nosotros la maldición, y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios, porque contra él pecamos. 12 Y él ha verificado su palabra que habló sobre nosotros, y sobre nuestros jueces que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal, que nunca fué hecho debajo del cielo como el que fué hecho en Jerusalem. 13 Según está escrito en la ley de Moisés, todo aqueste mal vino sobre nosotros: y no hemos rogado á la faz de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades, y entender tu verdad. 14 Veló por tanto Jehová sobre el mal, y trájolo sobre nosotros, porque justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras que hizo, porque no obedecimos á su voz. 15 Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste nombre cual en este día, hemos pecado, impíamente hemos hecho. 16 Oh Señor, según todas tus justicias, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalem, tu santo monte: porque á causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalem y tu pueblo dados son en oprobio á todos en derredor nuestro. 17 Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos, y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor. 18 Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye, abre tus ojos, y mira nuestros asolamientos, y la ciudad sobre la cual es llamado tu nombre: porque no derramamos nuestros ruegos ante tu acatamiento confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas miseraciones. 19 Oye, Señor, oh Señor, perdona, presta oído, Señor, y haz, no pongas dilación, por amor de ti mismo, Dios mío: porque tu nombre es llamado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo. 20 Aun estaba hablando, y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios, 21 Aun estaba hablando en oración, y aquel varón Gabriel, al cual había visto en visión al principio, volando con presteza, me tocó como á la hora del sacrificio de la tarde. 22 hízome entender, y habló conmigo, y dijo: Daniel, ahora he salido para hacerte entender la declaración. 23 Al principio de tus ruegos salió la palabra, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres varón de deseos. Entiende pues la palabra, y entiende la visión. 24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad, y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25 Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar á Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas, tornaráse á edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí: y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá á la ciudad y el santuario, con inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra será talada con asolamientos. 27 Y en otra semana confirmará el pacto á muchos, y á la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda: después con la muchedumbre de las abominaciones será el desolar, y esto hasta una entera consumación, y derramaráse la ya determinada sobre el pueblo asolado.

Isaías 46:9-10: 9 Acordaos de las cosas pasadas desde el siglo, porque yo soy Dios, y no hay más Dios, y nada hay á mí semejante, 10 Que anuncio lo por venir desde el principio, y desde antiguo lo que aun no era hecho, que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quisiere

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